Este reportaje se centra en las geniales caricaturas de Raúl Moya pero también podría hablar de sus trabajos de cartelería y murales, de la guitarra que ha decorado para Can Jordi Blues Station, de los geniales cabezudos de los Rolling Stones que creó para la Flower Power o de su faceta como músico, ya que es acordeonista en los grupos Moonshine Band y Ardello Eixo, entre otros.
Así es este maño-pagès aficando en Ibiza desde 2006: creativo, polifacético e inquieto.
Empezó como ‘caricaturista de calle’ en el Passeig de ses Fonts en Sant Antoni, una experiencia agridulce por la competencia mal gestionada de algunos compañeros, pero una casualidad lo llevó a trabajar en Lío, donde ya ha sumado seis temporadas. Allí ha tenido la suerte de caricaturizar a uno de sus ídolos de la infancia, Michael Jordan, o comprobar que astros como Leo Messi o Cristiano Ronaldo son accesibles y cercanos en las distancias cortas.
Nacido en Huesca, Moya se crio en Zaragoza, donde estudió Artes y Oficios, hasta que en el año 1995 se trasladó a Valencia a cursar la carrera de Bellas Artes. Allí vivió hasta 2006, año en el que ya se instaló en Ibiza definitivamente después de trabajar previamente en la isla varias temporadas. Y eso que entró con el pie un poco torcido en la isla: «Vine por primera vez en 2003, presuntamente con un contrato de relaciones públicas en El Divino (actual Lío) pero me pasé todo el verano pegando posters», relata entre risas.
Ya por entonces comenzó a ofrecer sus servicios de caricaturista en Platja d’en Bossa, aunque se sentía como un delincuente porque tenía a la policía detrás todo el día. Así que comenzó a trabajar en mercadillos haciendo caricaturas. En 2006 consiguió un sitio fijo en el Passeig de ses Fonts de Sant Antoni con los caricaturistas. Allí estuvo nueve años… que comenzaron muy bien pero que acabaron no tan bien por el mal ambiente que se creó, sobre todo cuando comenzó a escasear el trabajo.
“En el año 2009-2010 comenzaron a aflorar los beach-clubs y grandes locales de Platja d’en Bossa y eso tuvo un impacto en el turismo que venía a Sant Antoni. Nosotros trabajábamos mucho con el turismo familiar, pero dejó de venir, y se notó un cambio en la ruta turística de la isla«, relata. La falta de trabajo acentuó los problemas con otros caricaturistas y el ambiente se enrareció de tal modo que pensó en dejarlo.
Y entonces sucedió algo que lo cambió todo. «Trabajando en uno de los eventos de Rock Nights, que era una fiesta que organizaban Marcos Torres, Diego Calvo y Ángeles Blanes Noguera, en Somni, una persona se acercó a mí y me pidió que hiciera caricaturas en su boda. Resultó ser el batería del grupo Stereophonics, Javier Weyler«, recuerda.
Aquello fue toda una experiencia, ya que tuvo que ir al evento disfrazado de miembro de los KISS, pero, en todo caso, fue un éxito. Moya se dio cuenta de que su trabajo tenía potencial en eventos y abrió otro campo profesional bajo la marca Cartoon Show.
Así, en una de las bodas en las que le contrataron vieron su trabajo Francisco Ferrer, director de Pachá, y Juanan Martinez, director de Lío por entonces. Inmediatamente le ficharon y se incorporó a la plantilla del conocido restaurante-cabaret en 2015.
«Para trabajar en un lugar como este tienes que tener una actitud divertida, generar buen ambiente y confianza. En Lío he cogido mucho rodaje porque hago unas 1.500 caricaturas por temporada», relata.
Está curtido, sí, pero encontrarse al mítico jugador de la NBA Michael Jordan le descolocó por completo. «Desde que era un niño era mi ídolo: dibujaba sus zapatillas, me compraba revistas de básquet… era un semidiós para mí. Me avisaron de que estaba y me costó dos intentos acercarme a su mesa porque estaba impresionado. Mide casi dos metros, te mira a los ojos intensamente, lo tenía frente a frente… se dio cuenta de que me estaba poniendo nervioso ¡e incluso me tocó la pierna para ponerme más nervioso!», recuerda sobre ese día. «Finalmente le encantó la caricatura, pero ese día no fui capaz de hacer nada más; después de eso caminaba a dos palmos del suelo», dice con una sonrisa.
Otra sorpresa fue el imponente actor Dolph Lundgren (Ivan Drago en Rocky), que resultó ser encantador, como también los jugadores de fútbol Cristiano Ronaldo o Leo Messi, que fueron muy agradables y educados.
Se ha quedado con las ganas de caricaturizar a los miembros de U2, que estuvieron en Ibiza el mes de octubre pasado, o a Johnny Deep, que tampoco quiso posar. Moya comprende que hay famosos que prefieren pasar por Ibiza de la manera más discreta posible. “Hay que entenderlo”, asegura.
Su trabajo le ha llevado incluso fuera de las fronteras de Ibiza. “Esta rama dedicada a eventos me ha permitido hacer cosas muy curiosas como acudir a una boda a Indonesia para trabajar solo una hora en un evento«, recuerda. “Fue todo un reto. La celebración era en la isla de Komodo, con la mala suerte de que, cuando ya estaba todo montado, cayó una cortina de agua que mojó los papeles que había preparado. Así que los tuve que secar con un secador”, relata, riéndose.
Con Ibiza Magic Club, del mago Lucas Di Giacomo, viajó hasta un festival ecuestre en Arabia, que fue un súper éxito para él. Había filas de gente esperando por su caricatura. «La anécdota más impactante que me llevé de esta experiencia fue que una señora me pidió una caricatura para regalarla a su hija… Pensé que me iba a mostrar la foto de su hija pero, no, quería una caricatura de ella: la mujer iba vestida con un burka completo, de pies a cabeza, solo se le veían los ojos. Y yo que pensaba que lo había hecho todo en el mundo de las caricaturas en estos 15 años… pero siempre te sorprendes. Obviamente le pinté unos ojos muy bonitos y le encantó», explica.
Invierno trabajando… y tocando
Aunque su trabajo como caricaturista es de temporada alta, Moya no para de trabajar en invierno, con proyectos de ilustración para instituciones, empresas y particulares. Ha hecho, entre muchos otros trabajos, las animaciones para un vídeo de un aula didáctica sobre reciclaje en Ca Na Putxa junto a Félix Sánchez, de Visuarama, o las ilustraciones del libro de Montse Monsalve sobre la moda de Ibiza Adlib: una historia de cuento. Y eso dejando al margen algunos de sus numerosos trabajos como cartelista y muralista.
Acordeonista prácticamente autodidacta, Moya había tocado en varios grupos de Ibiza hasta que encontró la horma de su zapato: «Vi un cartel en Santa Gertrudis en el que decía literalmente: se necesita acordeonista para grupo de rock celta, anímate, que te divertirás… y así ha sido», relata sobre su primera toma de contacto con la banda Moonshine band, en la que ha hecho familia con Sean Mackey, Dennis Herman y Danilo Martínez Boerr. “Estar al lado de Sean y Dennis es maravilloso porque son unos maestros de la música y se aprende muchísimo a su lado”, valora.
También es miembro de Ardello Eixo, una formación de música folk gallega promovida por el gaiteiro afincado en Ibiza Javier Vázquez, natural de Muxía. Y, además, está implicado en el proyecto Malagüero, de música tradicional instrumental, y anteriormente había tocado en Esfera Roja.
Mientras finaliza la entrevista en Can Jordi Blues Station, Moya cruza los dedos para que esta temporada pueda vivir de su gran pasión sin grandes sobresaltos. La pandemia fue un golpe durísimo tanto para él como para otros artistas que trabajan sobre todo en temporada. Incluso tuvo que irse de Ibiza unos meses para poder trabajar y generar ingresos. «Así que ahora no digo que ‘no’ a nada porque trabajar de lo mío es un gusto. Estoy feliz de haber podido hacer de mi gran pasión un trabajo del que puedo vivir«, sentencia. Y así, entre una cosa y otra, se enfrenta a constantes retos: “para un artista es fundamental no tener un trabajo monótono”, concluye.