Laura Ferrer Arambarri / Los clichés sobre la reina Cristina de Suecia (1626-1689) pesan como losas: hombruna, desviada, traidora, fría, calculadora… y la lista sigue. Fue juzgada sin piedad porque no cumplió con ninguno de los roles de género que una mujer de su época debía cumplir, empezando porque no quiso ser madre y dar un heredero al trono que ocupó… y del que abdicó.
Desmontar todos estos prejuicios no es sencillo y esa ha sido la tarea de la escritora ibicenca Rebecca Beltrán, que ha hecho un enorme trabajo de investigación para trazar un personaje lleno de matices en la biografía que ha escrito sobre esta reina controvertida.
«Cristina de Suecia sería demasiado moderna para el siglo XXI, qué decir del suyo, el XVII. Su concepción de la libertad personal era tan avanzada y revolucionaria que nadie en su época pudo entenderla.”, valora Beltrán. que afrontó este nuevo capítulo de la Colección Poderosas de la editorial RBA, tras la biografía de la emperatriz Sissí, sabiendo que se enfrentaba a un hueso duro de roer. El resultado es un libro tan ameno como acurado en los detalles históricos, y en el que el lector descubre a la reina intelectual, inquieta, inconformista, una mujer que, de haberse hecho un tatuaje, este habría sido la palabra libre en letras mayúsculas.
«Cristina de Suecia sería demasiado moderna para el siglo XXI, qué decir del suyo, el XVII. Su concepción de la libertad personal era tan avanzada y revolucionaria que nadie en su época pudo entenderla”
“Me apasiona la doble vertiente de esta reina. Por un lado, es una mujer sumamente cultivada e inteligente, refinada y muy diestra con la diplomacia. Por el otro, también era la digna hija del León del Norte: valiente, intrépida y sin miedo a enfrentarse a nada ni a nadie, ya fueran reyes o papas”, relata la autora.
“Nunca sabremos qué hubiera ocurrido en Europa si Cristina de Suecia no se hubiera visto obligada a abandonar el trono por su negativa a casarse y tener hijos. Quizá el siglo XVII, en lugar de ser tan sangriento, hubiera pasado a la historia por haber acogido una revolución cultural que se hubiera expandido desde el sur, Roma, hasta el norte, Estocolmo”, aventura la escritora.
Uno de los alicientes de este libro para Beltrán ha sido adentrarse en la convulsa Europa del siglo XVII. “El panorama histórico es fascinante. Tras la cruenta Guerra de los Treinta años, todas las potencias europeas pugnaban por dominar la escena en un momento en el que Europa se vio forzada a redefinirse tras tres décadas de enfrentamiento. Al mismo tiempo, la Reforma y la Contrarreforma también se batían en duelo por la preponderancia religiosa, en plena época de florecimiento cultural y científico, protagonizado por filósofos como Descartes, Spinoza y Hobbs, científicos como Galileo, Huygens y Pascal…», enumera.
La abdicación al trono por parte de Cristina de Suecia fue vista como una verdadera traición a su patria. El Papa Alejandro VII llegó a decir de ella que era “una reina sin reino, una cristiana sin fe y una mujer sin vergüenza”.
El Papa Alejandro VII llegó a decir de ella que era “una reina sin reino, una cristiana sin fe y una mujer sin vergüenza”.
Nadie pudo negar, sin embargo, el poder de su intelecto; un ansia de saber que le valió apodos como la Minerva sueca o Palas Atenea pero esa vertiente ha quedado enterrada bajo el peso de varias biografías que se centraron en sus tendencias sexuales y que e incluso la calificaron de «neurótica» por de reprimir su «natural» sexualidad femenina.
Muchos nos hemos construido una Cristina de Suecia a imagen y semejanza de Greta Garbo en la película de Rouben Mamoulian, una cinta que no oculta su homosexualidad pero que se centra en un romance heterosexual “para dar a entender que algunas mujeres pueden conocer episodios de ambigüedad sexual, pero que la madurez las devolverá al recto camino, pues, si no, el precio a pagar será la soledad y el exilio”, reza el libro.
“La historia oficial ha querido ridiculizar a Cristina de Suecia y hacernos llegar una caricatura de una reina fea, de modales rudos, con impulsos obscenos… En cambio, muchos de los que la conocieron destacaron de ella su sensibilidad hacia el arte, su amor por el libre albedrío y todo lo que hizo por mantener el mecenazgo de innumerables artistas y científicos. La incomprensión y la ignorancia, como ocurre con muchos personajes femeninos de la historia, se vuelve insulto y escarnio”, concluye Rebecca Beltrán.
La colección Poderosas de RBA, se centra en sacar a la luz la verdadera historia de las mujeres que han hecho Historia, se puede adquirir en quioscos y librerías y está también disponible online.