La Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural ha llevado a cabo la primera reunión del comité de expertos en el marco del proyecto de la Estrategia Balear de Tiburones y Rayas.
Y es que en el archipiélago balear, y según el Libro rojo de los peces de las Illes Balears, de las 56 especies de selacios registradas, un total de 34 (un 60 %) están amenazadas, y de ellas, 17 están en peligro crítico o ya se han extinguido a nivel regional. Aun así, las Illes Balears constituyen un área relativamente rica en selacios en el ámbito del Mediterráneo occidental.
En el acto, que ha sido presidido por la directora general de Medio Natural y Gestión Forestal, Anna Torres, y el director general de Pesca, Antoni M. Grau, se han abordado todo un abanico de posibles medidas para mejorar el estado de conservación de los peces condrictios en las aguas de las Illes Balears.
Todos los miembros del comité lo son a título individual, pero entre los participantes hay técnicos del Govern y del Consell d’Eivissa, científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO), expertos vinculados a organizaciones conservacionistas como Save the Med, SharkMed y Marilles y pescadores experimentados.
«Con la intención de poner en valor el papel de las poblaciones de condrictios como indicadoras del estado de salud de los ecosistemas marinos, este proyecto de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural quiere ser un referente en la recuperación de las poblaciones de elasmobranquios en las Illes Balears», ha destacado Torres.
En esta línea, Grau ha explicado que «el objetivo es gestionar las pesquerías desde un punto de vista ecosistémico, tal como obliga la Política Pesquera Común, y promover acciones en favor de este grupo zoológico».
La reunión del grupo de expertos que se ha producido hoy es el primer paso de esta Estrategia. En este contexto, ha indicado Grau, la presencia de representantes del sector pesquero «es fundamental para poder tener una visión veraz de la aplicabilidad de las medidas y para que la pesca sea partícipe del mecanismo de toma de decisiones».
En cuanto a los temas tratados, ha habido una gran diversidad: medidas restrictivas o voluntarias para la pesca recreativa y profesional; nuevas tallas mínimas (para la musola, por ejemplo); adiestramiento de los pescadores profesionales en el manejo de los tiburones para asegurar que se sueltan sanos y salvos; localización de zonas de concentración (ligadas a la reproducción) de pastinacas, rayas mariposas, musolas, etc., para poder fijar vedas locales temporales; extensión del proyecto de cría y liberación de pintarrojas (S. stellaris) a otras especies; estudio de la población de clavel (Rostroraja alba) de Formentera, que está en clara expansión; mejora y expansión de la red de seguimiento electrónico de peces Balearic Tracking Network, para disponer de más datos del movimiento y del espacio vital de los condrictios, así como estudios diversos sobre la biología o las capturas de condrictios.
Finalmente, se ha producido un intercambio de opiniones, preguntas y propuestas sobre los tiburones, lo que pone de manifiesto el acierto y la necesidad de haber convocado este comité. Ahora, la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural analizará las conclusiones de la reunión y, cuanto antes, iniciará los procesos, con medios propios o con colaboraciones privadas, para llevar a cabo las medidas que sean más factibles.
Importancia de los selacios
Habitualmente, los selacios están en el vértice de las cadenas tróficas y juegan un papel clave en la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas marinos, de forma que su declive puede conducir a consecuencias ecológicas graves, incluyendo efectos en cascada.
Con todo, la relación entre la desaparición de los condrictios y la pesca es indiscutible y podría ser parcialmente reversible. En las Illes Balears la presión pesquera se ha reducido mucho en los últimos 40 años porque, desde 1986, la flota pesquera profesional ha perdido el 75 % de los efectivos, lo que ha facilitado que se recuperen algunas especies, con un notable incremento de las capturas declaradas de rayas.
Así mismo, en los últimos 25 años en las Illes Balears se han creado un buen número de áreas marinas protegidas, que alcanzan decenas de miles de hectáreas, 4.400 de las cuales son integrales. En muchas de ellas, las poblaciones de peces vulnerables a la pesca han experimentado recuperaciones espectaculares, con incrementos de biomasas de hasta un 800 %, aunque afectan casi exclusivamente los peces de escama, en particular especies sedentarias en niveles medios y altos de las cadenas tróficas (serránidos, espáridos y esciénidos, principalmente).