@Noudiari / El cotejo de información genética efectuado este año entre las muestras tomadas a familiares y los restos de huesos encontrados durante la exhumación de la fosa de Sant Ferran no ha permitido obtener ningún resultado positivo puesto que estas últimas no contenían ADN suficiente, Sin embargo, el hecho de que los fragmentos de huesos aparecieran con orificios de bala y que la documentación oficial no certifica ningún entierro posterior por muerte a causa de arma de fuego son motivos de clarividencia que los restos encontrados durante la exhumación el pasado noviembre de 2017 pertenecen a parte de los cinco fusilados el 1 de marzo de 1937 en el cementerio de Sant Ferran de ses Roques.
Los testigos orales aseguraban cinco fusilamientos en la parte exterior de la tapia del cementerio, y que posteriormente fueron enterrados en una fosa común interior, la cual en la intervención arqueológica no fue encontrada; motivo por el cual, posteriormente, se hizo un inspección al osario común ante la posibilidad de que dentro se hubieran depositado los restos de esqueletos buscados. Se encontraron tres fragmentos de hueso –uno de húmero y dos de cráneo- con lesiones de arma de fuego con orificios de entrada de bala. Además, en el exterior del cementerio se encontraron restos de cuatro proyectiles de Mauser español a partir de una búsqueda con detector de metales.
La consellera Fanny Tur ha admitido que los resultados “a pesar de ser buenos no son como nos habrían gustado”. “Los huesos estaban en tan mal estado que no se ha podido extraer ADN para hacer la prueba, pero la investigación documental paralela nos permite asegurar que los restos exhumados corresponden a tres de las cinco personas asesinadas en la tapia del cementerio de Sant Ferran, a pesar de que no nos permite determinar la identidad de qué víctimas se trata” ha remarcado la consellera.
Con estas conclusiones “se cierra el relato”, cómo ha determinado la consellera. “El hecho de encontrar orificios de proyectiles en los cuerpos nos permite asegurar que los restos son de tres de las cinco personas asesinadas, porque los archivos demuestran que durante décadas no se enterró a nadie en el cementerio con disparo de bala”.
Para la consellera insular Susanna Labrador, las evidencias demuestran que los asesinaron en el cementerio y a la vez se muestra satisfecha: “hemos resuelto uno tema tabú, entre los familiares y la gente de Formentera, del cual no se hablaba”.