@Noudiari/Representantes de las cooperativas agrícolas de las Pitiüses (Agroeivissa, Santa Eulària Sant Antoni y Formentera), así como del Consell de Formentera han conocido este viernes por la mañana todo el procedimiento que está desarrollando el Ayuntamiento para gestionar los lodos de la depuradora que debería trasladar y gestionar Consell de Ibiza y Govern balear.
El alcalde, Vicent Marí; y el técnico municipal de Medio Ambiente, Javier Gómez, han organizado una visita por una aplicación agrícola ya finalizada y han enseñado otra en proceso, donde se ha podido ver cómo se desarrolla la actividad y comprobar la ausencia de olores, la no proliferación de insectos y la calidad del adobo agrícola resultante.
En el encuentro también se ha explicado que Santa Eulària destinó el año pasado 40.700 euros a gestionar los lodos extraídos y que inicialmente se había hecho la previsión de gastar 100.000 euros este año. Sin embargo, el Consistorio ha señalado que esta cifra puede subir hasta los 130.000 euros puesto que Abaqua había apuntado a una emisión de lodos semanal equivalente a 6 camiones de 15 toneladas y en realidad se están extrayendo 9 y 10 camiones semanales.
En este sentido, Marí ha reclamado que se firme ya el convenio al que se han comprometido el Govern balear y el Consell de Ibiza para asumir los gastos generados por esta aplicación al 2015 y al 2016 y que, de momento, tiene que asumir íntegramente el municipio.
Allí también se ha explicado que desde la última semana de abril (en que se descubrió que hacía dos semanas que no se sacaban los lodos de la depuradora) hasta el 30 de junio, se han extraído 765 metros cúbicos (equivalente a una tonelada) de lodos y se han usado 4.334 m3 de restos de poda triturada, todo con un coste de casi 41.000 euros.
Esta cifra supone unos 53,40 euros por m3 de restos de la depuradora, la mitad del coste estimado por el Gobierno, que anunció que este año destinaría 800.000 euros para sacar 8.000 metros cúbicos de barros otras depuradoras de la isla. Con el añadido de que el sistema empleado en Santa Eulària permite el aprovechamiento del material resultante a los campos locales y supone una impronta de carbono (emisiones de gases en todo el procedimiento de la gestión, que se incrementan notablemente en el traslado en barco).
En el encuentro, se ha remarcado a los asistentes que se han hecho múltiples pruebas para encontrar la cantidad necesaria de restos de poda para evitar filtraciones al tierra y salida de malos olores y que los análisis hechos tanto de las aguas subterráneas como de la tierra donde se han hecho las aplicaciones descartan contaminaciones por metales pesados o por bacterias.
Además, se ha destacado la buena calidad del adobo resultante para su aplicación a los campos de cultivo, especialmente para el forraje, aunque también se puede aplicar también para cultivos hortofrutícolas.