@Susana Prosper/ Llevo días investigando un misterio. Me tiene intrigadísima y muy ocupada, pero voy a empezar a contarlo desde el principio. Tengo una amiga que colabora en una tienda de cosas de segunda mano que pertenece a una ONG. Hace unos días, entre los artículos que la gente dona, encontró un libro que pensó que me gustaría. Así que me lo envió por correo. Me hizo mucha ilusión recibirlo. Lo que no imaginábamos, ninguna de las dos, es que ese libro me iba a tener tan sumamente entretenida.
El libro está nuevo. Al verlo tuve la sensación de que no había sido leído. Me pareció un libro de esos que pasan la vida en una estantería sin que nadie los abra nunca. Por la tarde me senté a leerlo. A las pocas páginas, me sorprendió encontrar una errata subrayada a lápiz y un símbolo de “check” o “visto” en el margen. El mismo símbolo que se suele poner al corregir un examen. Me dije sonriente “¡Vaya! Pues sí que estabas equivocada. Este libro no sólo ha sido leído, sino que ha sido hasta corregido”. Seguí leyendo y volví a encontrar otra palabra subrayada a lápiz y otra marca igual en el margen. Esta vez no era una errata, era simplemente la palabra “becario”. Un párrafo después aparecía señalada la palabra “tendero” y unas líneas más abajo “fatuidad”.
Lo extraño es que aquí las frases marcadas no tienen un significado especial. Son frases normales, frases sin ninguna poesía. Frases del montón.
Mi sorpresa iba en aumento. Por un momento pensé que era una primera edición y podrían ser anotaciones para el traductor del libro. Quizás un editor, quizás el propio traductor. Pero no me cuadraba. Analizándolo más y volviendo a leer las frases en las que éstas palabras aparecen, no me parecía que hubiera necesidad de corregir nada. Entré en Google y busqué información del traductor. Ahí descarté el tema. Este tipo es uno de los mejores. Ha sido premiado varias veces y ha traducido a grandes escritores.
Dejé de leer la historia y me dediqué sólo a buscar palabras subrayadas. Todas aparecían con el mismo símbolo en el margen. Son palabras como: Prestación, ganado, entramado, armazones… Encontré también frases subrayadas, incluso un párrafo entero. Eso me pareció más normal. Yo también subrayo frases que me gustan. Lo extraño es que aquí las frases marcadas no tienen un significado especial. Son frases normales, frases sin ninguna poesía. Frases del montón.
Emocionada con mi curioso descubrimiento, comenté el tema en casa. La teoría de mi hijo fue que quizás, el lector misterioso, señalaba las palabras que no conocía para buscarlas en el diccionario y una vez comprendidas, marcaba en el margen el símbolo de “visto”. Es una buena teoría. Me quitó todo el misterio de cuajo, una pena, pero hay que reconocer que es una teoría muy lógica.
El trazo a lápiz es tembloroso y algunas veces la línea dibujada no abarca la palabra completa. ¿Será alguien mayor, de ahí que el trazo sea poco firme?
Muy lógica, sí, pero que no me convencía del todo. En el texto aparecen palabras mucho más enrevesadas y mucho menos frecuentes que “tendero” o “becario”. Así que seguí mirando qué más encontraba y apareció subrayado “Napoleón”. Ahí cambió todo. La teoría de mi hijo no me vale. Puedes no saber lo que es “entramado” o “armazones”, pero ¿no conocer a Napoleón? No me lo creo. No me lo creo porque ¿Qué hace alguien que no conoce a Napoleón leyendo un libro sobre la madre de Marcel Proust? El libro es una biografía de esta señora. No tiene sentido.
Seguí rebuscando palabras marcadas y me fijé en dos cosas: el trazo a lápiz es tembloroso y algunas veces la línea dibujada no abarca la palabra completa. ¿Será alguien mayor, de ahí que el trazo sea poco firme? ¿Por qué escoge esas palabras y esas frases sin ninguna importancia aparente? ¿Por qué en algunas palabras solo está subrayada una sílaba? Llevo días haciéndome preguntas.
Sólo pude descifrar claramente unas palabras. Las escribí en el traductor y se me heló la sangre.
Pero ahí no acaba la cosa. Cuando fui a cerrar el libro, en una de las últimas páginas, una página en blanco, encontré escrito a lápiz un pequeño texto en un idioma que desconozco. El tipo de letra es de alguien mayor. Es una caligrafía de las antiguas y no la comprendo bien. Sólo pude descifrar claramente unas palabras. Las escribí en el traductor y se me heló la sangre. El idioma es finlandés y las palabras significan: “instrucción recibida”.
No me negaréis que es todo un misterio. Si descubro algo más os lo cuento. ¿Qué esconde Madame Proust?
Espías,código secreto,encriptación?.Hay que pensar que Europa hace 70 años era un nido de espías…Interesante
Seguiré investigando
Que intriga,si descubres algo más dimelo me encanta .
Por supuesto!
Histeria tiene razón. Un libro, es una manera infalible de mandar un mensaje. El sistema es simple: el emisor y el receptor tienen el mismo libro. El emisor envía un mensaje en el que constan grupos de cuatro números, por ejemplo: 18491 21954. ¿Verdad que no parecen grupos de cuatro números? Pues lo son. Los dos primeros corresponden a la página, el segundo al párrafo, el tercero a la palabra, y el cuarto a la sílaba de la palabra. El sistema es indescifrable, pues para conocer el mensaje, hay que dar con el libro, sino es imposible de descifrar. Este sistema efectivamente, era muy empleado por la resistencia durante la segunda guerra mundial, pero también durante la guerra fría. Es simple y eficaz. Ello explicaría que en algunas palabras, sólo estén subrayadas algunas sílabas, y también que las palabras sean “normales”. También explica el comentario. Pero hay algo más inquietante: un espía nunca pondría “instrucción recibida”. Los mensajes recibidos, se memorizan y se queman. Pero el que parezca haber sido hecho por la misma persona (por la edad) que hizo las anotaciones, tal vez indique que era un libro de “practicas”.
Qué interesante lo que cuentas.
Muchas gracias Alderaan!