@Noudiari/Desde el pasado 3 de marzo, cinco miembros de la Asociación Circular, Jonatan Glez, Marco Avara, David Fos y Marta Chandra, están realizando actividades de circo con diversidad funcional en las residencias de la tercera edad de Cas Serres en Ibiza y Sa Serra en Sant Antoni. Según informan desde la agrupación, «es un nuevo programa con materiales diseñados por Craig Quat, New Jersey (USA), para trabajar con personas con problemas de cognitivos, auditivos, visuales, mentales y físicos».
“Empezamos en las residencias haciendo espectáculos y animación con música, danza y circo, y pronto nos dimos cuenta de que lo que más recibían estás personas era el trato personal, de tú a tú, intercambiar unas miradas, palabras, una caricia o un gesto; agradecen mucho el contacto. Así que empezamos a buscar estrategias para jugar con ellos y con ellas», explica la asociación.
Tras investigar, los integrantes de la asociación han elegido este método para interactuar con los mayores, con el que están «consiguiendo que estas personas puedan agarrar, sostener y posar un vaso de agua, contribuyendo a que se conserven e incluso se restablezcan funcionales motoras primarias de estas personas».
«Queremos hacer llegar esta herramienta al máximo de personas en riesgo de exclusión social en Ibiza, así programaremos 2 visitas mensuales a Cas Serres y Sa Serra. Y también estamos intentando acercar este proyecto a las asociaciones que trabajan en Ibiza con Diversidad Cognitiva como APPNEEF y ADIF, con los que contamos poder empezar pronto este programa», señalan desde Circular.
Los objetivos del proyecto son «mejorar la participación de las personas con diversidad funcional en las actividades, dar visibilidad y mejorar la convivencia e igualdad entre todas las personas y crear una red de participación ciudadana, haciendo especial interés en los jóvenes de Ibiza».
El Circo Social
Según explican, el programa avanza de la mano de un terapeuta ocupacional, que hace de nexo entre el centro y los usuarios. «Es un modelo de trabajo en “Tandem”, es uno de los pilares del planteamiento del de circo del circo social. Cada uno de los dos animadores tiene un papel bien definido con las personas a que se dirigen estos programas», detallan.
El instructor es un artista social, una persona que comparte una habilidad técnica y una habilidad social, dotada de cualidades humanas y con una gran experiencia en trabajo con grupos, que se adapta a los participantes para que aprendan las disciplinas circenses.
Por su parte, el trabajador social es una figura cercana a la comunidad local, que conoce sus realidades y dificultades, con experiencia en las relaciones de ayuda personalizada. Su tarea es establecer una relación de confianza con los participantes y transformar las lecciones de circo en lecciones de vida.
Estos talleres se enmarcan en el Circo Social, «un proceso de enseñanza-aprendizaje de técnicas circenses que tiene como finalidad la inclusión de personas, indiferentemente de cuál sea su situación personal y/o económica y el desarrollo de su comunidad».
«El circo es una estrategia innovadora de intervención social y comunitaria en expansión en numerosos sectores de la educación de todo el mundo, basada en la enseñanza práctica de las diversas disciplinas circenses, como son malabares, acrobacias, aéreos, equilibrios, clown…», detalla la agrupación.