@Noudiari / La asociación Terraferida ha elaborado el documento “Propuestas de emergencia ecológica y social para luchar contra el cambio climático” en el que explica que la crisis climática es una consecuencia más de la crisis ecológica y social a la que nos ha llevado el actual modelo de producción y consumo. Recuerda que es este modelo “el que lleva a sobrepasar, entre muchos otros límites ecológicos, el de absorción de gases de efecto invernadero (GEH) por parte del planeta y nos aboca hacia el colapso civilizador”. Apuntan así en una nota, que la emergencia climática es, en realidad, una emergencia ecológica y social.
La entidad recuerda que intentar corregir el cambio climático sin actuar sobre aquello que lo provoca no tiene sentido. La lucha contra el cambio climático exige revertir ya “las agresiones que diariamente cometemos contra el territorio, el suelo, el agua, la vegetación y los ecosistemas locales, como resultado de nuestras actividades, que son, cada vez, más aceleradas”.
Así, dice que para que la mitigación de GEH sea efectiva hay que revertir las políticas crecientistas en materia de turismo (y su promoción), territorio, energía , urbanismo e infraestructuras de todo tipos (carreteras, puertos, aeropuertos, desaladoras, …), «que se complementan para satisfacer una industria turística insaciable», puntualizan. «No se puede declarar la emergencia climática y pretender, a la vez, seguir actuando con la misma dinámica depredadora de territorio, recursos naturales y vidas humanas».
Terraferida recuerda que la industria turística no es una “industria sin humos” porque tiene una huella de carbono enorme derivada de las emisiones directas e indirectas que genera en el territorio y de las emisiones “importadas” que genera al exterior, como las del transporte aéreo internacional, que, entre 2009 y 2013, creció mundialmente de 3,9 a 4,5 GtCO 2 e y explicó el 8% de las emisiones globales.
Además, señalan que el turismo también tiene una huella ecológica todavía mayor que también genera emisiones, «vinculada al crecimiento urbanístico desmesurado, al consumo excesivo de territorio y recursos por parte de hoteles, segundas residencias e infraestructuras asociadas (como autopistas y aeropuertos) y a las inversiones relacionadas con la actividad turística, así como a la masiva generación de residuos, la destrucción del paisaje y pérdida de suelo fértil y la contaminación del agua y del suelo».
La entidad también recuerda que el crecimiento turístico «nos ha llevado a una situación de importantes desigualdades sociales y de emergencia habitacional, impulsada por el alquiler turístico, que irremediablemente se verá agravada por los impactos del cambio climático sobre los derechos humanos, el clima social y el sistema democrático”.
Todo ello ha “situado las Baleares en un escenario de insostenibilidad que no puede perpetuarse en el tiempo ni ecológicamente ni socialmente. En efecto, el crecimiento turístico nos lleva a un futuro con menos recursos, materiales y energía y más tensiones sociales y, por lo tanto, menos posibilitados de satisfacer las demandas de la industria turística que, se olvida a menudo, ya es muy vulnerable al cambio climático».
En este contexto, Terraferida plantea la necesidad urgente de parar el crecimiento turístico y de planificar y consensuar un modelo socioeconómico que consuma menos recursos, materiales y energía, genere menos residuos y frene las desigualdades sociales. Por eso, «proponemos toda una serie de medidas de emergencia ecológica y social, que se detallen a continuación, que buscan decrecer en el número de visitantes y plazas turísticas y contener el crecimiento urbanístico, medidas que consideramos esenciales para luchar contra el cambio climático.»
Sus propuestas de emergencia ecológica y social contra el cambio climático
- Reducir el número de visitantes que llegan por aire y por mar.
- Eliminar plazas turísticas legales e ilegales, hoteleras y de alquiler vacacional.
- Frenar el crecimiento urbanístico con una moratoria de licencias de nueva construcción, tanto a solo urbano como rústico. Pero, al mismo tiempo, ni una vivienda vacía más.
- Impedir la construcción de nuevas carreteras y todos los proyectos de ampliación, circunvalaciones y desdoblamientos previstos.
- Evitar la sobreexplotación y contaminación del agua y disminuir la utilización de agua desalada y el vertido de aguas residuales (vertido cero).
- Menguar la actividad de incineración apostando para reducir la generación de residuos (residuo cero) y por la reutilización y el reciclaje.
- Incrementar la superficie, y mejorar la conservación y protección de todos los espacios naturales marinos y terrestres .
- Establecer un modelo energético 100% renovable basado en los principios de soberanía energética, sin considerar criterios mercantilistas y solo utilizando suelo degradado y urbanizado existente.
- Diseñar una política fiscal verde finalista.
- Declarar la emergencia Ecológica y Social para revertir la situación actual e ir hacia un modelo socioeconómico que consuma menos recursos, materiales y energía, genere menos residuos y frene las desigualdades sociales.