EFE / Un exprofesor de un colegio de Palma acusado de abusar sexualmente de al menos 10 alumnas menores ha negado este lunes en el juicio en la Audiencia de Palma haber realizado tocamientos por debajo del uniforme de las estudiantes entre 2016 y 2018.
La Fiscalía reclama para el hombre, un español de 64 años que sufre un trastorno bipolar, penas que suman 24 años de prisión por varios delitos de abusos sexuales continuados a menores, así como el pago de indemnizaciones de 600 euros a cada una de las menores por los daños causados.
En el juicio, que ha arrancado este lunes en la Audiencia de Palma, el exprofesor de matemáticas y ciencias de un colegio de Palma ha negado ser el autor de los abusos sexuales denunciados por 10 estudiantes que, en el momento de los supuestos episodios, tenían entre 12 y 17 años.
Agentes de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional lo detuvieron a finales de enero de 2018 por los supuestos abusos sexuales: “Me quedé sin palabras”.
A preguntas de la fiscal, el encausado, docente del colegio desde 1984, ha defendido que “nunca” tocó a sus alumnas por debajo de la falda del uniforme: “Puede que hayamos chocado pero nunca con intención de tocarle los pechos a las alumnas”.
Ha dicho que tenía buena relación tanto con los alumnos como las alumnas y que realizaba gestos de contacto, como tocar el cuello o el brazo de las jóvenes pero “nunca” con la finalidad de satisfacer su ánimo libidinoso.
“La palabra acariciar no describe lo que sucedió”, ha puntualizado el hombre, quien ha negado haber realizado “conductas inapropiadas” con sus alumnas, según le acusan la Fiscalía, la abogada del colegio y la representante del Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS).
Según la acusación pública, el acusado realizaba tocamientos por debajo de la ropa a las menores y les comentaba que en lo primero que se fijaba en una mujer eran los pechos, o les decía que provocaban con la falda del uniforme tan corta.
Sobre estos últimos comentarios, el exprofesor ha tildado de “ridículo” que los alumnos modificaran el pantalón del uniforme y las alumnas acortasen sus faldas. “Hay las directrices de guardar la uniformidad e incumplirlas les podía acarrear medidas disciplinarias”, ha alegado.
En relación al relato de una de las denunciantes, una alumna que por aquel entonces tenía 12 años y una discapacidad del 34 %, el acusado ha negado haberle dicho que quería mantener relaciones sexuales con ella.
También se ha desvinculado de la acusación de haber tocado el culo de una de ellas mientras hacía ejercicos en la pizarra o haberse acercado a las menores durante el tiempo de recreo para tocarles los pechos.
Las alumnas, que se sentían incómodas ante la actitud del docente, se quejaron a sus tutoras y a la dirección del colegio de Palma, que decidió apartar al docente de sus funciones: “Lo único que me dijeron es que había quejas y que eran varias”, ha añadido.
“He llegado a pensar que esto sea un complot y que si me demandaban podían sacar dinero”, ha comentado el hombre. También ha sugerido que quizás las quejas por los presuntos abusos sexuales surgieron “por el simple hecho de una de ellas a sentirse protagonista”.
El hombre ha reconocido que, en una ocasión, tuvo un incidente con una de las denunciantes, que le pidió que no le tocase, si bien ha añadido que le restó importancia a su queja.
La fiscal también reclama para el acusado cinco años de libertad vigilada y la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de las menores, así como comunicarse con ellas en un plazo de cinco años.
Una de las excompañeras de trabajo del acusado ha declarado ante el tribunal que tres estudiantes le contaron que se sentían incómodas porque el docente se acercaba “mucho” a ellas y que tocaba sus espaldas, y que no se lo dijeron al acusado porque sentían “miedo y vergüenza”.
Ha detallado que le llamó la atención lo angustiada que estaba una de menores, por lo que habló del asunto con el acusado e informó de ello a la jefa de estudios. Los presuntos abusos remitieron, si bien semanas después se repitieron en otro curso.
Otra profesora, que también ha declarado como testigo, ha contado que varias alumnas se quejaron de que el docente se acercaba mucho a ellas: “Me preocupé. Les dije que era algo serio y que no tenían que mentir. Me dio la impresión de que decían la verdad”.
El director del colegio, tras conocer las quejas de algunas alumnas, avisó a la UFAM, que al día siguiente acudió al centro para impartir una charla con estudiantes de diferentes cursos. Entonces, otras reconocieron que el docente había realizado tocamientos por debajo del uniforme.
Así, por precaución, la dirección del centro apartó al profesor de sus funciones y le informó del motivo de esta decisión. La carta de despido no llegó hasta finales de enero, cuando fue detenido como presunto autor de los abusos sexuales.