EFE / Los primeros pobladores de Baleares tenían genes de pastores de las estepas de Europa del Este, según un estudio en el que ha participado el Instituto de Biología Evolutiva (IBE-UPF-CSIC), que ha recuperado 61 nuevos genomas de humanos que habitaron en Formentera, Mallorca y Menorca hace 4.000 años.
Según ha concluido el estudio, que publica hoy la revista ‘Nature Ecology and Evolution’, los pobladores más antiguos de las Baleares descendían de pobladores ibéricos con patrimonio genético de pastores de Europa del Este.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores, liderados por la Universidad de Harvard, han analizado tres genomas de poblaciones que habitaron Mallorca, Menorca y Formentera durante la Edad del Bronce (2200-900 a.C.), y otros 58 genomas de Sicilia y Cerdeña datados entre el 5000 a.C. y el 1000 d.C., lo que constituye haber reconstruido las secuencias genómicas más antiguas del Mediterráneo occidental.
«Parece que la oleada de cambios genéticos y sociales que provocó la llegada de la ancestralidad de las estepas desencadenó de alguna manera el poblamiento de las islas Baleares», ha explicado el investigador del IBE-CSICa Carles Lalueza-Fox, coautor del estudio.
El trabajo confirma la evidencia arqueológica de que en la Edad del Bronce hubo contactos entre la Europa continental, África y las poblaciones de las islas del Mediterráneo Occidental (las islas Baleares, Sicilia y Cerdeña).
«Las evidencias arqueológicas y genéticas coinciden en que la Edad de Bronce fue un periodo de intercambios culturales sin precedentes. Este estudio viene a confirmar que el Mediterráneo fue una primera autopista, un lugar de comunicación y mercadeo entre los pueblos bañados por sus aguas», ha señalado Lalueza-Fox.
«No hay que olvidar que las islas Baleares se pueden ver desde algunos puntos de la costa catalana, y quizás algunos mercaderes locales se sintieron tentados de explorar el territorio», ha sugerido el investigador.
El equipo de investigación ha recuperado el genoma de tres individuos de Baleares: uno de Mallorca, en la Cova des Moro, de 4.300 años de antigüedad, el que sería el individuo más antiguo encontrado en las Baleares; otro de Formentera y otro en Menorca, en la Naveta des Tudons, el monumento prehistórico más importante de las Baleares y uno de los edificios más antiguos de toda Europa.
Estos tres individuos de la Edad del Bronce muestran el componente genético de los nómadas que llegaron a la península ibérica hace 4.000 años, procedentes de las estepas de Europa del Este.
Los investigadores también han recuperado información genética de 58 individuos que habitaron las islas de Sicilia y Cerdeña entre el 5000 a.C. y el 1000 d.C.
La mutación del cromosoma Y, característica de Iberia en la Edad de Bronce, también se ha encontrado en una muestra de Sicilia de ese periodo, pero no en la isla de Cerdeña.
«Resulta sorprendente que en algunas muestras de la Edad del Bronce de Sicilia se hayan encontrado las mutaciones ibéricas del cromosoma Y, lo que implica algún tipo de contacto poblacional entre Iberia (o las islas Baleares) y la isla italiana, aunque sin dejar de momento huellas genéticas en Cerdeña», ha apuntado el investigador posdoctoral en el IBE Íñigo Olalde.
Los resultados del análisis de las muestras recuperadas en Cerdeña, donde se desarrolló una cultura megalítica parecida a la talayótica de las islas Baleares, indican que ambas culturas no estaban conectadas, al menos desde el punto de vista genético.