Por R. B.:
Fue el día de San Valentín. Un hombre que se encontraba pescando detrás de la Isla de las Ratas se encontró con una tortuga flotando a la deriva y la remolcó hasta la orilla. En la arena, justo en la zona frente al bar Albatros, agentes de la Policía Local de Vila dieron el aviso al Institut Balear de la Natura (Ibanat), pero no pudieron hacer nada por salvar la vida al ejemplar de Caretta caretta o tortuga boba que había hallado el pescador.
Según informó Ibiza-blog.com, la tortuga presentaba graves heridas en una de sus aletas traseras y aunque en un principio los ciudadanos que se congregaron a su alrededor no sabían si había sobrevivido o no, tanto los agentes de la Policía Local de Eivissa como los del Ibanat advirtieron que la tortuga estaba muerta.
La llamada tortuga boba es una especie protegida en el mar Mediterráneo, donde se encuentra en peligro de extinción. A pesar de que se ha prohibido su pesca, cada año se encuentran varios ejemplares de tortugas bobas muertas o malheridas al enredarse con sedales y demás residuos que arroja el hombre al mar. De hecho, las bolsas de plástico constituyen una de las amenazas más graves para este tipo de tortugas, ya que las confunden con su alimento favorito, las medusas, y les causa muerte por asfixia.