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Iñaki Urdangarín ha leído esta mañana ante el juez Castro una declaración antes de someterse a sus preguntas. «La Casa de Su Majestad el Rey no opinó, asesoró, autorizó o avaló las actividades que yo desarrollaba en el Instituto Nóos», ha remarcado el marido de la Infanta Cristina antes de añadir que, «por el contrario, cuando tuvo conocimiento de la existencia de reproches políticos de las Administraciones públicas contratantes, la Casa de Su Majestad el Rey me trasladó las recomendaciones oportunas para que dejara de realizar una actividad que no consideraba adecuada para mi estatus institucional y así lo hice».
En esta ocasión, la declaración ante el juez Castro ha durado apenas media hora, en la que Urdangarín también se ha quejado de que «como consecuencia de la entrega y difusión de determinados correos y documentación presuntamente relacionados con este procedimiento, se ha producido en las últimas semanas un desplazamiento del foco de esta instrucción, de los hechos propiamente dichos hacia un proceso público al pretendido papel de la Casa Real en los mismos». De esta manera se refería el yerno del Rey a las comunicaciones publicadas en la prensa por su socio Diego Torres, mensajes de carácter privado en las que realizaba bromas de gusto dudoso y firmaba como «El duque em… Palma…do», una serie de correos cuyo contenido, por el momento, no parece relevante para la instrucción y que sólo han servido para menoscabar la ya de por sí deteriorada imagen del duque de Palma.
Tras declarar ante Castro, el fiscal ha tomado la palabra y le ha interrogado sobre el papel de García Revenga, secretario personal de las Infantas, en el Instituto Nóos. Urdangarín ha respondido que estaba presente en la institución como «amigo suyo y persona de máxima confianza».
Una entrada rápida y sin atender a la prensa
Con un abrigo cruzado y el cuello envuelto en una bufanda, así ha llegado Iñaki Urdangarín esta mañana a las 9.12h a los juzgados de Palma. Acompañado de su abogado, Mario Pascual Vives, el yerno del Rey ha recorrido la rampa de los juzgados de Via Alemanya a paso ligero y sólo ha mirado de reojo a los periodistas, sin detenerse a atenderlos antes de su cita con el juez Castro.
Urdangarín ha declarado sobre los cargos que se le imputan después de que el último informe de la Agencia Tributaria les atribuyera a él y a su ex socio, Diego Torres, un fraude de 240.000 euros en el impuesto de sociedades. Al duque de Palma, además, también se le acusa de haber defraudado dos cuotas superiores a 120.000 euros cada una correspondientes al IRPF de los años 2007 y 2008. Todo esto se suma al supuesto desvío de 5,8 millones de euros de diferentes administraciones públicas a través del Instituto Nóos.
El dispositivo policial que ha cercado el perímetro ha impedido que los ciudadanos se acercaran a la zona, aunque esto no ha impedido que el marido de la Infanta Cristina haya desfilado por la rampa de los juzgados con pitidos y gritos como banda sonora. La prensa, apostada en los balcones aledaños, ha llegado a pagar 3.000 euros por ocupar algunos de estos miradores, como si de la Semana Santa sevillana se tratase. El via crucis de Iñaki Urdangarín bien ha valido un buen puñado de euros.
Quienes no se han arrugado frente al mal tiempo y la lluvia que arrecia esta mañana en Palma han sido los manifestantes congregados en las cercanías de los juzgados, quienes han ignorado las bajas temperaturas y han madrugado para mostrar su indignación con este caso que ha hecho tambalearse los cimientos de la monarquía española. Pancartas con elefantes pintados con los colores de la bandera republicana se han alternado con otras manuscritas, gritos e imprecaciones que demostraban el malestar de los ciudadanos ante este presunto caso de corrupción.
Una pesadilla de la que Urdangarín no despierta desde 2010
La pesadilla de Iñaki Urdangarín comenzó el pasado 22 de julio de 2010, cuando el juez instructor del caso Palma Arena, José Castro, abrió una pieza nueva en la causa en la que solicitaba más información acerca de los convenios firmados en los años 2005 y 2006 entre el Insituto Balear de Turismo (Ibatur), la Fundación Illesport y el Instituto Nóos, presidido en aquella época por el yerno del Rey.
El juez Castro requería al instituto que presidía Urdangarín que acreditara haber rendido cuentas de la inversión del dinero recibido para la ejecución de los convenios firmados, así como que presentara las justificaciones pertinentes. Estos convenios, que fueron firmados el 17 de julio de 2005 y el 17 de septiembre de 2006, fueron el germen del Illes Balears Forum, un congreso internacional sobre turismo y deporte que pretendía devenir en un observatorio mundial especializado en estos dos campos.
Más adelante, el 8 de noviembre de 2011, el registro de las oficinas de una serie de sociedades satélite vinculadas a Nóos, así como del domicilio del socio de Urdangarín, Diego Torres, dieron lugar a la incautación de documentación sobre estos contratos. el mismo día, la Policía Judicial de Valencia también procedió al registro de las sedes de la conselleria de Presidència de la Generalitat Valenciana y de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
El duque despide 2011 con una imputación judicial: se abre la caja de los truenos
El 29 de diciembre de 2011 el juez Castro levantó el secreto de sumario sobre esta pieza del juicio y se dio a conocer la imputación del duque de Palma por presuntos delitos en la actividad relacionada con el Instituto Nóos por fraude fisca, prevaricación, evasión de impuestos, falsedad documental y malversación de caudales públicos.
Cuatro días después, el 2 de enero de 2012, se hace público el auto judicial donde se recoge que Iñaki Urdangarín y su socio Diego Torres recibieron 5,8 millones de euros del Intituto Nóos, la misma cantidad que percibió la entidad a través del Govern balear y del gobierno valenciano. Según se detalla en el auto, Nóos cobró 2.794.440 euros por consultoría estratégica entre 2004 y 2007 y 397.996 euros a través de De Goes Center for Stakeholder Management entre 2006 y 2007.
Según detalla la fiscalía, el Govern balear, a través de la Fundación Illesport, pagó 2.285.000 euros y la Generalitat Valenciana abonó los 3.519.533,90 euros restantes.
El duque de Palma recibió, por su parte, 747.889,54 euros entre 2004 y 2005 a través de la inmobiliaria Aizoon, de propiedad compartida con su esposa e hija del Rey de España, la Infanta Cristina. El resto del dinero fue recibido por su socio Diego Torres entre 2004 y 2007 a través de pagos de Virtual Strategies e Intuit Strategy Innovat.
El 11 de febrero de 2012 el socio de Urdangarín y la esposa de éste, Diego Torres y Ana María Tejeiro, fueron llamados a declarar pero se acogieron a su derecho a no hacerlo. Sin embargo, el cuñado de Torres, Miguel Tejeiro, sí declaró en calidad de secretario de Nóos y contable de varias de sus sociedades. Tejeiro abrió la caja de Pandora: reconoció que el duque de Palma y su socio tenían una sociedad en Belice, un conocido paraíso fiscal, que montaron para pagar menos impuestos.
El paseíllo de Urdangarín y la paradiña ante los medios
El 25 de febrero, hace casi un año, se produjo la esperadísima declaración de Iñaki Urdangarín ante el juez Castro en los juzgados de Palma. El duque se presentó con un semblante serio, preocupado y un aspecto muy desmejorado, y dedicó algunas palabras a los medios allí congregados en las que se declaró inocente y proclamó su confianza en la justicia. Ante el juez, Urdangarín declaró durante dos días en los que se desvinculó de la gestión de Nóos y exculpó a su esposa, la Infanta Cristina.
También admitió que el Rey le había solicitado en 2006 que abandonase su actividad empresarial en Nóos, así como que desoyó sus consejos y volvió a hacer negocios en 2008. Además, se vio obligado a confesar, a petición de la fiscalía, la existencia de una cuenta bancaria en Suiza.