@N. C. / La apuesta por los coches eléctricos en Baleares (y gran parte de Europa) ha pasado de 0 a 100 en tiempo récord. Recordemos que el Govern aprobó el pasado febrero la Ley de Cambio Climático y Transición Energética de Baleares, que impedirá circular con nuevos vehículos diésel en las islas a partir de 2025, mientras que la prohibición se ampliará a los nuevos automóviles de gasolina en 2035. Sin embargo, varios científicos alertan de que el coche eléctrico contamina más que uno motorizado por un diésel moderno.
Los responsables del estudio, de hecho, afirman que incluso aumentan las emisiones de CO2, ya que la producción de las baterías y la manera de generar electricidad supondría una carga climática de entre un 11 y un 28 % más que un diésel. Para demostrarlo, han tomado de referencia dos coches, el Mercedes Clase C 220d diésel y el Tesla Model 3 eléctrico y ha comparado sus emisiones de CO2.
El estudio parte de la base de que el Mercedes cuenta con emisiones de CO2 de 117 gramos por kilómetro. Para ello, lo que toma en cuenta es cuántas emisiones generan las baterías de ambos coches a lo largo de su vida útil y cuánto dióxido de carbono se emite a la atmósfera en la generación de la electricidad para moverse.
La ecuación les dice que el vehículo eléctrico de referencia contaminaría entre 73 y 98 gramos de CO2 por kilómetro, es decir, menos que un coche diésel, pero esto no es todo.
Una batería para este modelo de Tesla contamina el clima con 11 a 15 toneladas de CO2 en su vida útil, unos 10 años, basándose en que este coche hará unos 15.000 kilómetros al año. Los responsables, a los 73 a 98 gramos de CO2 por km, le suman las emisiones de CO2 que genera producir la electricidad para la recarga de baterías que según Buchal, «a la hora de contabilizar estas emisiones nunca se tiene en cuenta que también se genera CO2». Por lo que el Tesla emite entre 156 y 181 gramos de CO2 por kilómetro, y por lo tanto, significativamente más que un Mercedes diésel similar.
Este estudio critica que la política europea clasifique los coches eléctricos como ‘cero emisiones’. El límite de CO2 de 59 gramos por kilómetro que se quiere establecer a partir de 2030 corresponde a un consumo de 2,2 litros de diésel o 2,6 litros de gasolina por cada 100 kilómetros y esto lo califican de «poco realista». Para el clima, dice el estudio, serían mejores los motores de gasolina que funcionan con metano, ya sus emisiones de CO2 son un tercio más bajas que las de un diésel.
Este problema, se viene diciendo desde el principio; hace décadas. Para solucionarlo, la energía debería ser nuclear, que es la única que puede dar corriente a un parque de más de una decena de millones de vehículos al mismo tiempo, más la industria y los hogares, sin emitir CO2. Pero la solución está politizada al más alto nivel. La estrategia del consumo de energía en Europa Occidental, está totalmente decidida, y pasa por el gas. El control de esta energía, ya ha costado la vida de más de un millón de personas en Asia. Naturalmente, la solución, al ser a nivel político, no será, ni de lejos, la más adecuada. Efectivamente, existen energías mucho menos contaminantes que la eléctrica para mover vehículos, pero no serán tenidos en cuenta. Ya está todo decidido. Adiós al petroleo, bienvenido sea el gas. Y suma y sigue.