EFE / Vox ha asegurado este sábado que la agresión por parte de «feministas radicales» a tres chicas en Son Servera, una de ellas hija de simpatizantes, que el partido hizo pública ayer y sobre la que dijo tener un parte médico es un bulo, y ha anunciado acciones legales contra la vecina que lo difundió «de mala fe».
Al no tener respuesta a esas llamadas realizadas, y en el supuesto de que no denuncie ante la Guardia Civil, el partido ha comunicado por escrito a la mujer que la organización entenderá que: «todo ha sido una mentira por su parte, urdida con la intención de obtener un afán de protagonismo menoscabando la credibilidad del partido o bien, por motivos que desconocemos, ha querido perjudicar al partido».
Vox ha detallado que difundió la noticia porque la promotora de la misma envió un parte médico para sustentarla y comunicó al vicepresidente de Vox de Son Servera las supuestas incidencias del hecho mediante una serie de watsapps que el partido ha indicado que adjuntará a la denuncia.
El partido informó ayer de que el suceso no se había denunciado por «miedo» y afirmó contar con un parte médico de las lesiones sufridas por una de la hija de los simpatizantes y tener además constancia de un parte de lesiones de las otras dos agredidas, menores de edad.
La formación asegura que denunciará vulneración del derecho de imagen del partido, por «menoscabar de manera fehaciente su credibilidad», y pondrá a disposición judicial dichas conversaciones. «Desde Vox Baleares no vamos a permitir que mentiras inventadas por terceros puedan poner en peligro la credibilidad de nuestra formación política», señala la nota.
«Lamentamos la difusión de una noticia que ha resultado falsa y queremos puntualizar que no se trata de un ‘montaje de VoX’, sino de la señora García», añade la nota.
Hoy Vox ha calificado lo ocurrido de «lamentable error» y ha insistido en que, en las manifestaciones de ayer «se dieron múltiples casos de pronunciamientos totalitarios, sectarios y potencialmente generadores de violencia hacia los partidos que rechazan el feminismo radical y sectario».
Según el partido, los actos vandálicos en sus sedes de Palma e Inca «son claros ejemplos de esta actividad violenta y totalitaria».