William Marotta, un mecánico casado de 46 años de Kansas, vive una situación kafkiana: el Departamento de Infancia y Familia de su estado le reclama más de 6.000 euros en gastos médicos y una pensión alimenticia para una niña de tres años. Nada raro si no fuera porque se le reclama la paternidad como donante de esperma.
Según se ha publicado, Marotta es víctima de un vacío legal porque la pareja formada por Angela Bauer, de 40 años, y Jennifer Schreiner, de 34 y madre biológica, realizó la inseminación por su cuenta sin recurrir a una clínica o un médico autorizado, con lo que ahora el mecánico puede ser considerado responsable de la paternidad.
Hasta el momento, las madres se hacían cargo del mantenimiento de la niña, incluso después que rompiesen su relación cuando ésta tenía un año. Sin embargo, a Angela Bauer se le diagnosticó una grave enfermedad y la expareja acudió a los servicios sociales para pedir cobertura médica para su hija. Como Kansas no admite los matrimonios homosexuales, ella no fue reconocida como madre legal y Schreiner fue considerada madre soltera. Además, según explican, «nos amenazaron con no darnos las ayudas si no decíamos el nombre del donante». A partir de allí, el problema fue más allá y llegó hasta William Marotta, aunque las madres se opongan a que éste deba pagar pensión alimentaria.
Finalmente, la expareja homosexual accedió y los servicios sociales se pusieron en contacto con Marotta para exigirle el pago de 6.000 dólares en gastos médicos de “su hija” y de una pensión alimenticia, algo a lo que ambas mujeres se oponen, además de que afirman que le apoyarán en todas las acciones legales que emprenda.