EFE / «Yo que callaba, porque pasaba pena de decírselo a mi padre y a mi madre», ha declarado hoy una mujer con discapacidad mental del 76 % en el juicio contra el hombre acusado de abusar sexualmente de ella, que rechazaba las relaciones pero se sentía impotente ante el acusado: «Me hacía todo lo que quería».
La víctima, de 42 años, ha explicado al tribunal de la Audiencia de Palma, en un lenguaje infantil, que el hombre, de 50 años, conocido de su familia, la llevó en «un montón» de ocasiones a un descampado en la zona del Arenal y abusó de ella.
Por contra, el acusado ha descrito que era la mujer quien le telefoneaba constantemente para verle porque estaba enamorada y cuando él la rechazó porque «le tenía que parar los pies», ella, por despecho, se inventó los abusos y su familia le denunció.
La Fiscalía ha mantenido la solicitud inicial de 9 años de cárcel para el acusado por un delito de abuso sexual continuado y la defensa ha solicitado la absolución.
En la vista celebrada esta mañana ante la sección segunda de la Audiencia provincial, la mujer ha reiterado que los contactos sexuales con el acusado se realizaron contra su voluntad, aunque ha asegurado también que ella le llamó en alguna ocasión para contarle sus «problemas».
La madre de la víctima, que como tutora denunció los hechos, ha dicho desconocer si su hija llamó al hombre, que es hijo de una vecina, pero sí tiene constancia de que él la telefoneaba muchas veces.
La testigo ha relatado que supo de los presuntos abusos a través de una psiquiatra que trataba a su hija, que fue a quien la víctima contó lo que ocurría. Después le preguntó y ella le confirmó que la había llevado en coche a un descampado y que allí la toqueteó, aunque no que el contacto sexual fuera con penetración, como ha dicho hoy la víctima al tribunal.
«Mi hija es inocente aunque tenga 42 años (…). Le hacía caso porque le conocía de toda la vida», ha incidido la madre.
La doctora a la que la discapacitada relató los hechos ha constatado en su declaración que le refirió abusos sexuales compatibles con los episodios inusuales de impulsividad que la llevaron a su consulta.
«Ella me agobiaba, tuve que cambiar de teléfono»
El acusado ha manifestado que la mujer, a la que conoce «de toda la vida», quería que la llevara a pasear en coche, le daba regalos que él rechazaba y llegó a ofrecerle dinero, ante lo cual se desligó de ella.
Ha admitido que la llevó «dos o tres veces en coche» para que le acompañara a pasear al perro, pero siempre fue cerca de su casa y a un lugar transitado.
«Ella me agobiaba demasiado, tuve que cambiar de teléfono», ha abundado el acusado, que tiene claro el motivo de la denuncia: «Es porque la he rechazado».
Su abogado ha considerado que el testimonio de la denunciante carece de fiabilidad por su condición mental y por la falta de elementos de refuerzo de los presuntos hechos, que ni siquiera están datados temporalmente ni situados en un escenario concreto.
Además, el defensor ha llamado la atención sobre el largo periodo que pasó entre que la madre supo lo que su hija había contado a la doctora y la fecha en que puso la denuncia, cuyo detonante fue, a su juicio, que un sobrino del acusado llamó al timbre de la casa de la mujer de madrugada.
El juicio ha quedado visto para sentencia.