R. B./ La exuberante Nicole Minetti ha estado presumiendo de bronceado en su cuenta de Instagram. La mujer acusada de proveer a Silvio Berlusconi de chicas bunga-bunga se ha alejado del mundanal ruido italiano para disfrutar del mundanal ruido de Eivissa, alternando las noches discotequeras con el sol diurno.
Con la piel color chocolate y minúsculos tangas de colores llamativos, como dicta la moda italiana a tenor de lo que se ve en nuestras costas, la exuberante exhigienista dental se ha olvidado por unos días de los juzgados, que últimamente visita con bastante asiduidad por su supuesto trabajo como madame para el mandatario italiano. Minetti, que siempre ha negado que ella se dedique a estos menesteres, ha argumentado ante el juez que ella amaba a Berlusconi y que, como buena enamorada, jamás le hubiera provisto de prostitutas para satisfacer su voraz apetito sexual.
A la espera del veredicto judicial, Minetti prefiere tomar algo de oxígeno lejos de Italia, ya sea por despecho o por una posible condena.