@Miguel Vidal / El buen jefe es el que se sabe rodear de buenos servidores. El que sabe escoger y cuidar las personas idóneas para que las cosas funcionen. Eso, que es una norma básica en las Empresas, debería valer también para los políticos, que se reparten las prebendas no sólo por afinidad ideológica, sino por lazos familiares o de amistad. No podemos extrañarnos por lo tanto que algunos se sitúen en cargos para los que no están preparados.
Es el caso, a mi juicio, de Miguel Cardenal Carro (Bilbao, 1968), presidente del Consejo Superior de Deportes desde el 13 de enero de 2012 y, para más inri, el único señalado por el dedo colocador que ha llegado a este alto cargo con cierto bagaje deportivo: el de haber sido de 2004 a 2011 miembro del Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol.
Nadie le discute su pedigrí del PP, ya que es hijo del que fuera Fiscal General del Estado Jesús Cardenal, y yerno del que fuera presidente del Partido Democrático Popular Óscar Alzaga, que son credenciales de peso dentro del partido y su idea del reparto de cargos.
Tampoco se le puede discutir su preparación académica: es Catedrático de Universidad en la especialidad de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. En al ámbito del Derecho Deportivo y desde la publicación de su tesis doctoral, «Deporte y Derecho. Las relaciones laborales en el deporte profesional» en 1996, ha continuado con esta línea de investigación preferente. Entre otras, destacan las monografías: «Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social: Deporte», «Regulación laboral del trabajo deportivo en Europa y América» o «Los deportistas profesionales».
Es decir, una lumbrera en lo teórico y otro error de Mariano Rajoy en la práctica al elegirle para un cargo desde el que Miguel Cardenal puede conseguir cargarse el deporte modesto. De momento el fútbol doméstico se ha puesto de huelga en Baleares y otras nueve Comunidades Autónomas, y ahora vendrán otros clubs, otros deportes, a protestar.
La pretensión de que los colaboradores de las Asociaciones sin ánimo de lucro que son los clubs aficionados se den de alta en la Seguridad Social, cuando hacen lo que hacen sólo por la gasolina de los desplazamientos, si es que la cobran, o el tener que presentar el Impuesto de Sociedades, no sólo es inviable económicamente, sino reprobable desde el punto de vista moral: pedirlo demuestra el profundo desconocimiento de la función social que ejercen los clubs. Un profundo desconocimiento de la realidad.
Todos los días habría que darles palos. Acabarán con el deporte modesto, porque siempre es más fácil meterse con los pobres que con los ricos. ¿Por qué permiten que los clubs profesionales deban tanto dinero a Hacienda?. ¿Por qué ayudan a los clubs profesionales y desprecian a los modestos?.
Todos los días habría que darles palos. Acabarán con el deporte modesto, porque siempre es más fácil meterse con los pobres que con los ricos. ¿Por qué permiten que los clubs profesionales deban tanto dinero a Hacienda?. ¿Por qué ayudan a los clubs profesionales y desprecian a los modestos?.
Col.locan aposta sa gent equivocada per embullar la troca. Son uns ineptes.
Col.locan aposta sa gent equivocada per embullar la troca. Son uns ineptes.