Se anuncia un servicio estatal “de ayuda” para emprendedores y pequeñas empresas. ¿Es así como debe ayudar el Estado a crear riqueza? ¡Veámoslo!
No me deja de sorprender la línea completamente estatista que rige en nuestro país. Está perfectamente claro que nos gobierna una socialdemocracia de manual. Para muestra, nos gastamos el 50% del PIB en su costo: lo digo para que lo sepan aquellos que señalan al “neo” liberalismo a la hora de excusarse de las políticas que lesionan nuestra economía.
En esa línea estatista, ahora en Formentera el Consell nos “ayuda” a iniciar una empresa; mediante el pago mensual de 50 euros, otorga un espacio físico -con sus muebles- para instalar un emprendimiento comercial o pequeña empresa, y entre otras cosas, tener un acercamiento directo al Consell y así conocer de primera mano los “beneficios” que este provee.
No creo que esta administración pueda reemplazar la calidad y la eficiencia que ofrece el sector civil en asesoramiento para crear una empresa, pero de inicio ya desvía la atención del emprendedor hacia su estela estatal.
Lo que más me duele de este “Formentera Impulsa” –donde exploto, digamos-, es que el Estado ofrecerá la información de cómo pedir subvenciones desde el inicio mismo del proceso de creación de una empresa, por lo que terminará siendo un lugar para reclutamiento de nuevos clientes al amparo mercantilista estatal, dado que nuestros gobernantes son conscientes de las malas condiciones para emprender que se soportan en España.
En vez de, promover políticas capitalistas semejantes a los principales países de Europa -que hagan viable la renta de las empresas-, mantienen un creciente gasto público y su consiguiente alta presión fiscal. “Estamos, de hecho, a la altura de Argentina, Italia, Grecia o Bolivia”.
Si el triste camino recorrido las últimas décadas por la socialdemocracia y su -mal- rendimiento (en estos momentos la deuda en España es de 1.503.799 M) no nos dicen que debemos cambiar el rumbo político, y si además seguimos permitiendo que las políticas pobrecistas de subvenciones “a barra libre” se sigan estimulando, las generaciones venideras nos reclamarán la irresponsabilidad ante semejante ineficacia.
Recordar: «los mismos que te ofrecen subvenciones, son los que provocaron que las necesites”.
Por Pedro Galli