Todos los mercados financieros sufren los efectos de la volatilidad en los últimos meses. Este fenómeno aparece en el mundo anglosajón como un Flight to quality. En las últimas semanas, los inversores quieren evitar riesgos, especialmente traspasar sus ahorros e inversiones hacia instrumentos menos arriesgados. De esta forma, el movimiento genera desconfianza y perturba las primas de riesgos y el acceso al crédito.
El escenario internacional afronta distintos problemas que obligan a un equilibrio fiscal: los confinamientos de Beijing y Shangai, la invasión de Ucrania con las retenciones del comercio internacional y el encarecimiento de las materias primas. Un problema ligado a otro y un objetivo: buscar un refugio hasta salir de las turbulencias.
Por un lado, las criptomonedas viven el inicio del invierno cripto. Un invierno que aparece cuando los precios caen sin recuperación por más de doce meses. Por ejemplo, Bitcoin, la criptomoneda más conocida, ha bajado cerca de un tercio en los últimos dos meses. Antes, la literatura financiera consideraba que no existía correlación con otros instrumentos financieros tradicionales. Sin embargo, desde noviembre de 2021 ha habido una devaluación progresiva. Las causas en este caso son familiares en los mercados tradicionales; la inflación y la subida de los tipos de interés.
Por otro lado, el ecosistema de las criptomonedas parecía que aprovechaba las grandes subidas de los mercados al alza. Como ahora sufren las caídas de los mercados a la baja. Si las principales bolsas han perdido entre 15% y 30%, las cripto el doble. Probablemente en el futuro, el efecto multiplicador subirá gracias al apalancamiento como lo ha hecho antes, en los momentos buenos, o quizás baje, como en los últimos meses por su volatilidad.
Uno de los principales instrumentos para evaluar esta situación son las stablecoins o monedas estables. Este tipo de cripto se asocian al valor de un bien material como el oro, otra criptomoneda o incluso el euro y el dólar. Además, existen monedas estables que trabajan con un algoritmo para mantener un precio fijo y sin estar asociadas a ningún otro valor. El objetivo es encontrar un refugio en los momentos de mayor incertidumbre.
El caso de Terra se define como un paradigma de estas stablecoins. Una cripto que no dispone del soporte de activos para asegurar su valor. En realidad, Terra utilizaba un algoritmo que negocia en cuestión de según su moneda con otra moneda adicional. El objetivo era que el algoritmo pudiera acuñar una nueva cripto adicional para comprar las monedas estables y así mantener la estabilidad de la última. Una especie de divisa de protección. Ahora bien, del dicho al hecho es otra cosa. La base de este sistema supone que la criptomoneda adicional posee al menos algún valor. El caso de Terra fue lo contrario. Luna, la cripto adicional, fue acuñada y pasó de trescientos millones de unidades hasta más de ocho billones.
A todo esto, ¿cuál es el papel de los bancos?
Las principales instituciones financieras y económicas estudian la idea de regular las monedas estables como un banco. Pero, ¿por qué han extraído ese tipo de conclusión? Las instituciones consideran que las monedas estables pueden sufrir fuertes presiones que pongan bajo una situación fuerte de estrés su validez. Los efectos todavía resuenan con la crisis de 2008, los mecanismos de estabilidad y garantía de depósitos. Todo ello podría pasar a ser una opción a seguir por estas criptos estables.
Evidentemente, las cripto estables que podrían ser aceptadas dentro de este nuevo diseño deberían disponer de un soporte con activos de alta calidad. Un banco que funciona con reservas completas donde no existen riesgos crediticios en contraposición a los bancos que utilizan reservas fraccionadas. De esta forma, las criptomonedas estables no necesitarían un sistema de garantía de depósitos y reservas de capital como los establecidos por los acuerdos de Basilea.
No sólo eso, las instituciones siguen con cautela el desarrollo del universo cripto. Una de sus preocupaciones reside en el posible crecimiento y los efectos sistémicos afectando a otros instrumentos. Por ejemplo, la regulación de las cajas de ahorro comparada a la de los bancos. Ahora mismo, existen una serie de monedas estables constituidas con buena base pero el miedo crecerá si más adelante arrastran pérdidas e interrupciones y caídas en los mercados financieros.
Otro punto de importancia es el pánico bancario aplicado en el mundo cripto. Aquí ha aparecido el bloqueo en los intercambios de plataformas o aplicaciones. Hace unos días, cuando se supo que no podían intercambiar las principales criptomonedas, apareció una nueva variante del caso del pánico bancario, pero diferente. Diferente porque no es una moneda estable ni un banco regulado, aunque utiliza parte de la jerga bancaria con productos como ‘ahorro’ y ‘depósitos’. Además, esta empresa prometía beneficios por encima de los dos dígitos. La palabra corralito cripto brotó entre las principales entidades asociadas a esa tendencia.
Ante una alzada espectacular, cualquier institución aparentemente con solvencia puede convertirse en una sin liquidez. Por tanto, el caso de la reforma bancaria europea sirve como fondo. La propuesta sería aprovechar las experiencias de la banca con el nuevo mundo que llega de las cripto.
Los acuerdos de Basilea establecen un andamio donde las entidades aseguran: un aumento y exigencia de capitales para absorber pérdidas, la inclusión de liquidez por la mejor gestión de riesgos y bolsas de capitales en los mejores ciclos económicos. Además, si un banco sufre una situación grave, el banco central le echa una mano con un préstamo de última instancia y si el banco quiebra, el sistema ofrece un mecanismo de garantía de depósitos para los depositantes.
Así que, éste es un ejemplo para un tipo de cripto estable. Una hipótesis que al menos daría una mínima base de protección a los inversores de estas cripto y una pequeña información transparente sobre sus inversiones. Es decir, hacer la distinción entre aquellas criptomonedas estables y no con una evaluación financiera.
Por último, la letra de una canción de Vetusta Morla nos lleva a un símil con las cripto volatilidades sin rumbo del viejo mundo. Los efectos de la corrección y nuevas monedas y proyectos más fuertes de un futuro lejano. Pero el pánico, la quiebra de plataformas cripto y la obligación de un equilibrio fiscal global, que permanecen.
El viejo mundo baila con el paso equivocado, pero el nuevo todavía no ha salido en los periódicos.