Desde que abrió sus puertas en 2014, siento una terrible curiosidad por conocer la radiografía del éxito o el fracaso de esa experiencia gastronómica denominada Sublimotion, ubicada en el hotel Hard Rock de Platja d’en Bossa, cuyos fogones dirige el famoso chef Paco Roncero. Cabe recordar que dicho establecimiento se define como el “restaurante más caro del mundo” y que, por tanto, su principal estrategia no radica en venderse como el local que ofrece los platos más sugerentes, el concepto de cocina más vanguardista o los ingredientes más exclusivos, sino como aquel donde más sube la cuenta.
El gusanillo me pica porque en anteriores temporadas las malas lenguas aseguraban que el concepto de Sublimotion es una ruina y que las noches en que tenían alguna reserva, que ni mucho menos eran todas, se veían obligados a buscar comensales de última hora para invitarles y así rellenar los huecos de esa mesa futurista para doce donde transcurre el ágape. Al parecer, es la solución para que los escasos clientes que sí abonan 1.500 euros más IVA por la degustación, no se acaben sintiendo unos cretinos por haberse dejado enredar por este tocomocho disfrazado de nirvana tecno-gastronómico. Sin embargo, es probable que solo sean habladurías y hasta tengan una lista de espera de incautos con fajos de billetes quemándoles los bolsillos. Los mismos que ponen en solfa el triunfo del invento añaden que el negocio se mantiene exclusivamente por una cuestión de imagen. Las cifras de negocio de Sublimotion, en todo caso, permanecen ocultas con tanto celo como la fórmula de la coca cola.
El caso es que la historia del restaurante sigue rodando y hace unos días ya anunció, a través de sus perfiles sociales, que vuelve para la temporada de 2022. Su nuevo eslogan dice: “Transformación, evolución y vanguardia. Bienvenidos a Sublimotion. Bienvenidos a la Metagastronomía”.
Metagastronomía, nada menos. El prefijo “meta-” viene del griego y significa “después” o “más allá”. Es decir, que nos anuncian que la gastronomía del mañana ya está aquí, en Ibiza, esperando a que vayamos a probarla. A 1.500 por barba más IVA, decíamos. Eso, si no han subido los precios porque el pescado, la carne, las verduras y el resto de productos están disparados. Miren el aceite de girasol… Desconozco cuál es el presupuesto que tienen los inspectores de la guía Michelin, pero, con todas las influencias que tiene el chef Paco Roncero, que luce dos en la entrada de su restaurante de Madrid, resulta extraño que aún no le hayan concedido ninguna para Sublimotion. Ni siquiera un Sol Repsol, que parece que los regalan. Tal vez el problema sea que los críticos que ejercen como embajadores de estas guías no reciben suficientes dietas como para sufragar la experiencia. Propongo que les anoten como comensales de relleno.
Es posible que los lectores de Noudiari recuerden que un año después de su apertura, Sublimotion protagonizó una final del celebérrimo programa televisivo Masterchef donde, a modo de publirreportaje, el establecimiento se autodefinía como “un espectáculo creado para emocionar los sentidos; un viaje experiencial diferente a cualquier cosa que haya vivido antes”. Tras escuchar la parrafada, pudimos comprobar a través del televisor que allí se cuece un menú degustación al estilo de cualquier restaurante de cocina de vanguardia, aderezado con unos efectos especiales tirando a ramplones, que se proyectan sobre la mesa y la pantalla circular que envuelve la estancia.
Tras la emisión, el divulgador gastronómico del diario El País Mikel López Iturriaga, cuyo blog El Comidista sigue siendo uno de los más leídos, calificó el restaurante de Platja d’en Bossa como un lugar para los “nuevos ricos más horteras” y añadió que “Sublimotion representa lo peor de nuestra alta cocina y la pretenciosidad en la que ésta es capaz de caer”. Visto el anuncio de la temporada de 2022, en cuanto a pretenciosidad siguen yendo sobrados. Sobre todo porque un menú degustación similar al que sirve en Ibiza Paco Roncero cuesta la séptima parte en los más reputados restaurantes del país, incluido el suyo de Madrid.
Allá cada cual con su dinero. A nadie le ponen una pistola en la cabeza para que vaya a dilapidar su fortuna a Sublimotion. Sin embargo, esta permanene asociación de Ibiza a un universo de frivolidad y derroche sí representa un lastre para nuestra imagen como destino turístico. Hemos pasado décadas tratando de combatir la visión etílica y narcótica que los medios de comunicación del mundo vierten sobre la isla y ahora, cuando ni mucho menos hemos conseguido erradicarla, persiste el bombardeo sobre el despilfarro ibicenco, como si éste fuera un lugar vedado a la gente normal. En unos tiempos tan aciagos, de crisis económica y social, iniciativas de esta índole aún chirrían más. A los ibicencos, a tenor de la lluvia de críticas con que se han despachado en las redes sociales, el menú degustación de Sublimotion se les ha indigestado incluso antes de haberlo probarlo.
De poco sirve que las instituciones proyecten campañas y eventos para potenciar los valores de la gastronomía y los productos locales, si luego lo que le llega al gran público es este desparrame. Engorda, aún mas, el aura de territorio de excesos que nos acompaña. Más que metagastronomía, metahorterada.
Ya se le echaba de menos al personaje este. Ley de la oferta y demanda. Si no te gusta no vayas. Pero de ahí a pretender influir en que negocios pueden abrirse y cuales no creo que dice mucho de la salud mental de este tipo. Si funciona mejor o peor es cosa de sus promotores, pero como mínimo, se agradece en estos tiempos que se continúen poniendo en marcha estas actuaciones. Parece que este jeta quiere tomar el relevo de algunos personajes que ya están de capa caída y desaparecidos, y que eran los paladines del ibicenquismo y su palabra era ley. Pues no hombre, no, bienvenidas sean todas las iniciativas que nos pongan en el mapa y nos den algo de promoción. Si no te gusta, o no tienes suficiente para poder disfrutar de la experiencia pues ajo y agua. Pero deja ya de dar lecciones y hacer el ridículo. La gente puede hacer con su dinero lo que quiera, y se descojona a mandíbula batiente cuando lee estas chorradas. A ver si tu nuevo colega te hace precio en su nuevo restaurante y nos cuentas. Pesao.
Ya salió el lameculos de turno de la Famiglia.
Se nota la mano llena de euros del exministro detrás tuya. No lo puedes disimular
Mirad niños, cuando hablas de una cosa de oídas, esto lo que os puede pasar. Alguien que se dice periodista y que trata de generar opinión deberia al menos tratar de informarse y basarla en datos rigurosos y no en cuchicheos de pueblo. Mas que nada porque de no hacerlo, como es el caso, caes en el ridiculo mas espantoso. Sublimotion arroja beneficios, cada años uma nuevos chefs al menú, se ha expandido a Dubai y es una experiencia gastronomica única.
Por cierto, nuevamente yerras al decir que «se promociona como el restaurante mas caro del mundo». Nunca jamás lo ha hecho ni habrás visto un anuncio o una promoción propia del restaurante que afirme eso. Es mas bien fruto de la invención de algun otro periodista poco informado, que al igual que tú, buscaba más un titular llamativo que le generara clicks, en lugar de aportar información rigurosa.
Pues si, mega horterada
No puedo juzgar la calidad gastronómica de este antro ni el de otras frivolidades que nos imponen bajo este marchamos de opulencia y de modernez. Para mi que es un cazabobos con posibles.
Lo que no entiendo es el ataque sistemático contra los escritos de Xescu, cuando es el único periodista -al menos hoy en día- que se enfrenta con argumentos a la imposición caciquil de estos siniestros personajes que han multipluicado sus fortunas a costa de la piel y de la paz de todos los ibicencos.
Ahora ya se ve a simple vista que se han llevado la isla por delante. Para disimular sus muy rentables disparates han de disparar contra quien les contradice y les desenmascara. Pues sepan algo: ustedes tendrán el dinero, pero no la razón. Ambas cosas a un tiempo no podrá ser.
Vamos a ver, Rosa, bonita, tus argumentos son aún más patéticos que del fulano este. dices «a costa de la piel y de la paz de todos los ibicencos». Pero cuando os vais a enterar de que no representáis a la gran mayoría de ibicencos. Algunos se creen que por tener algunos ocho apellidos ibicencos pueden decirnos lo que se debe o no hacer en nuestra isla, y eso ya no es así desde hace mucho tiempo. Ya son minoría. Con la excusa caciquil dan rienda suelta a toda su verborrea que no es otra cosa que envidia y frustraciones personales de todo tipo (que se lo digan al yayo del Space, por ejemplo). Total, ahora que tipejos como el Juan Luis Ferrer y algunos ecologistas están de capa caída, este viene a recoger el testigo. Nada nuevo.
Somos una gran mayoría los que no pensamos como vosotros y nos sentimos tan ibicencos como el que más, y queremos que todo vuelva a la bendita normalidad.
Se acerca el inicio de la temporada, hacednos un favor y meteos en la cueva y nos salgáis hasta el otoño.
Es una metahorterada…y lo sabes…
Otro ingreso en tu cuenta corriente
Lo de que es un negocio económicamente ruinoso y que tienen que meter comensales de relleno ya te digo, confirmado por gente que ha estado en el servicio y a quien no quiero comprometer. Otra cosa es que les salga a cuenta a nivel de imagen para promocionar el negocio principal.
En cuanto a la comida, pues está rica claro. Solo faltaría.
Hortera, vaya si lo es.
Ya pueden pasar a fustigarme por ejercer mi libertad de expresión. Adelante.
Ladran , luego cabalgamos.
Gracias Xescu por tus articulos.
Aviam, Quins Collons!, per el to dels teus comentaris, tu et deus sentir eivisenc, però de pega. Com dic tens un «tufillo» de mesetari ranci que esta a Eivissa per l´olor dels sous que mouen els esperpentics personatjes que retrata en Xiscu Prats. I si no t´agraden els seus comentaris, pues no els llegueixis però lo de insultar et retrata. Naltros si que estem fins els collons de mesetaris com tu, que venen només per picotetjar les molletes que deixen els personatjes que retrata en Xescu. Salut i infussions, carallot!
Así es. Negocio de «pega», con clientes «de pega», para atraer a millonarios que no saben ni que hacer con su dinero y que no triunfa ni regalando el menú. Un negocio penoso de estos que se abren en Eivissa para «exprimir» al máximo la marca de la isla y que no representa a la Gastronomía de Eivissa ni su calidad, ni su producto, etc.
Que es una megahorterada, no cabe la menor duda. Ahora sí, el Sr. Roncero está en su libre derecho en una economía de mercado de montar el negocio que le plazca y perder o ganar dinero.
Beneficia a Ibiza esta clase de negocios? Lo dudo pero hay opiniones para todos los gustos.
Hay quien cree que Ibiza necesita cuantos más millonarios mejor y los pageses son los primeros que se han subido al carro, vendiendo sus propiedades a troche y moche y sembrando la isla de mega mansiones y luego los ves en Can’Anneta quejándose de lo cara que se ha vuelto la vida en la isla, con una copa de herbes en la mano.
Y luego tenemos los ecologistas y los descendientes de los hippies que añoran la pureza del campo, las playas virginales, pero eso no da de comer a la plebe y los hoteles y urbanizaciones que se han comido prácticamente
todas las playas y la mitad de la costa, necesitan mano de obra para atender las hordas de guiris que nos visitan
y de los que vivimos todos, salvo los funcionarios y los curas.
Xiscu tiene parte de razón, de defender la Ibiza sostenible pero se olvida que a crear esta Ibiza, contribuimos todos y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Hay que buscar un equilibrio sostenible en una isla ya irreconocible pero sin añorar un pasado que ya no volverá.
Ibiza siempre fue una isla de conquista desde los Fenicios hasta los últimos millonarios de medio pelo y tendremos que adaptarnos. Y eso lo sabe el Fenicio errante.