Se empieza pidiendo cita al médico de cabecera en el centro médico correspondiente, quien después de la correspondiente valoración deriva al especialista. En este caso al servicio de oftalmología. Con la solicitud del especialista firmada por el médico de familia el pasado 25 de setiembre, bajas a recepción a pedir cita al especialista; entregas petición y tarjeta sanitaria y en pocos minutos obtienes contestación:
– ¡Ya está usted en lista de espera para el oculista!
– Perdone, ¿lista de espera?
– Sí, lista de espera. En algunas especialidades no damos cita en los centros médicos, le ponemos en lista de espera y ya le llaman de Can Misses!, contesta con educación la recepcionista.
– Pero, ¿sabe usted si hablamos de una semanas, dos, o un mes?
– No, pero al ser la primera consulta supongo que no tardaran, pero esto depende de la lista de espera.
Pasadas dos semanas, llamamos al teléfono de citas del hospital preguntando sobre la cita en cuestión y después de pedir la historia clínica, informan que ya estamos en lista de espera.
– Sí, esto ya lo sabía, pero ¿podría decirme más o menos cuando podrán dar esta cita?
– No, esto no depende de mí. No le puedo contestar.
Y por fin, cuando ya han pasado tres semanas de la visita al médico de cabecera sin que te hayan llamado del hospital y sin saber si esta llamada se producirá en los próximos meses, es cuando empiezas a buscar teléfonos de consultas privadas de oculistas para pedir cita de pago. Y en esto estamos.
Es por ello que me pregunto ¿Por qué no dan una fecha para las consultas de especialistas el mismo día de la petición? Sea la cita para 7, 14 o 60 días. De esta forma los pacientes y sus familias podrían decidir si esperar la cita de la Seguridad Social o pedir una cita privada de pago. La fórmula actual es un insulto a lo ciudadanos.
Joan Torres,
Sant Antoni
En mi caso, estuve en urgencias por una cardiopatía. Cita de urgencia a cardiólogo. Y aún sigo esperando.
Jo fa 1any estic llista espera per l,otorrino! Ara q ho dius, demà cridare.