Por J.A.Santos: Se le atribuye al ministro de Economía y Finanzas italiano del último gobierno de Berlusconi, Giulio Tremonti, la frase: “Di cultura non si vive, vado alla buvette a farmi un panino alla cultura, e comincio dalla Divina Commedia” para defender los recortes en cultura. Al final, entre 2010 y 2012 redujo en 280 millones de euros los fondos destinados a cultura.
Tremonti empezó socialista, se hizo berlusconiano y acabó fundando su partido ultraliberal. Tremonti es suprafuncional.
A José Ignacio Wert, el actual ministro de Educación, Cultura y Deportes, parece que le gusta que le den caña y, para disfrute de su descomunal ego, no duda en vaciar de contenido las carteras de sus tres ministerios a cañonazos de boutades: como la de que “más inversión no hace mejores alumnos” o la de que, a falta de dinero, la industria cultural ha de adoptar “un estado más positivo e imaginativo”.
Wert dejó de militar en Izquierda Democrática un año antes que se firmara la Constitución, pasó a ser de la UCD y le dieron un trabajo en el CIS y en el Consejo Asesor de RTVE, luego pasó a Coalición Popular y a fundar Demoscopia, a ser presidente de Sofres, y a tener distintos cargos dentro de la cúpula del BBVA. Hoy es tertulianoministro por el PP. Wert es un analfabeto suprafuncional.
Wert y Tremonti comparten la idea de que el arte no se come; que el arte no sirve para mucho.
Cuando confiamos en que nos gobierne gente que piensa así, estamos dando nuestra confianza a personas que ven en el artista un enemigo a exterminar. Porque estos políticos saben que el arte es la única expresión del intelecto que nos diferencia del resto de seres vivos; el ejemplo de que pensamos, razonamos y creamos porque pensamos, razonamos y creamos.
Es por esto que se reduce la inversión en educación, en cultura. No comeremos la celulosa en la que se imprime la Divina Commedia pero si que oleremos el estiércol de los cerdos de la granja. Hasta que se nos reviente la pituitaria.
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