@LauraFArambarri / Jennifer López, si estás leyendo esto, te pido por favor que hables públicamente de tu menopausia. Las mujeres (y los hombres) lo necesitamos. Necesitamos que Sandra Bullock, Salma Hayek, Mónica Bellucci, Robin Wright, Cindy Crawford o Jennifer Aniston hagan un #Metoo de la menopausia.
Todas ellas tienen más de 50 años y salen a menudo en los medios. Pero lo habitual es que sus rostros y cuerpos vayan acompañados de un titular que ensalza lo buenísimas que están “a pesar de su edad”. La misma J.Lo nos dejaba a todos boquiabiertos hace poco luciendo una réplica del vestido verde de Versace que llevó hace 20 años. ¡Estupendo! Pero, por favor, admitamos también nuestro momento vital y hablemos de ello.
La menopausia se esconde porque es sinónimo de mujer mayor, vieja y no deseable. Es decir, lo peor de lo peor, porque contradice todos los mensajes de la publicidad, las canciones, las series y las películas. Contradice toda la construcción del género femenino: cuando ya no es atractivo, desaparece. No hay más que ver el revuelo que ha causado la aparición pública de la artista Alexandra Grant, novia de Keanu Reeves, porque lleva el pelo blanco y tiene aspecto de tener la edad que tiene. ¡Abominable!
La prueba de que la cosa está cruda es que me ha costado horrores decidirme a escribir esta columna porque en ella voy a confesar, oh cielos, que a mis 43 años tengo una menopausia quirúrgica sobrevenida por una operación.
Después de la cirugía me enteré de que hay un montón de mujeres que tienen menopausias precoces en la veintena o en la treintena. Me enteré de qué eran los sofocos, los dolores articulares, las dificultades para dormir, las oscilaciones de ánimo horrorosas. Y también aprendí que todo es llevadero y que se puede vivir con ello. Es una etapa más. Se acepta y pa’lante.
Las mujeres tenemos derecho a hablar de ello públicamente. Que se sepa que lo pasamos bastante mal. Que hay días, semanas y meses en que esto es un horror.
Pero las mujeres tenemos derecho a hablar de ello públicamente. Que se sepa que lo pasamos bastante mal. Que hay días, semanas y meses en que esto es un horror. Y por mucho de que trate de imponerse el misterwonderfulismo de que quejarse es de personas coñazo, unas lo pasamos mejor, otras regular y otras fatal. Y tenemos derecho a quejarnos y a exigir mejoras en la información, en la asistencia médica y en el apoyo que se da a las mujeres en esta etapa.
Una chica me contó hace poco que, hace ya unos años, su padre reunió a todos los hermanos y les explicó que su madre estaba pasando por la menopausia; “un periodo delicado de su vida” y que debían “apoyarla y comprenderla”. Me quito el sombrero. Porque si las mujeres andamos medio desinformadas sobre lo que es la menopausia, para los hombres directamente es un misterio que no tienen muchas ganas de resolver o que les parece un fastidio.
Como tantas otras luchas feministas, esta empieza sacándola a la luz, hablando de ella con normalidad y no con rechazo. Deja que tu menopausia salga del armario.
Me quito el sombrero yo también. Excelente artículo de opinión que comparto al 100%. La menopausia, esa gran desconocida para los hombre y buena parte de las mujeres, hasta que les toca y se dan de bruces con ella y sus consecuencias.