El Camí de ses Pitreres a sa Llavanera, de unos 1.300 metros de longitud, comienza en el cruce con la Avinguda des Cap Martinet, en el área de ses Torres de Jesús, y finaliza en el Carrer de sa Llavanera, ya en el municipio de Eivissa. Su principal función es enlazar el núcleo urbano de Jesús con Vila. Además, para las 40 familias que residimos en el camino, esta vía es de uso obligatorio para acceder a nuestras casas.
Desde tiempo inmemorial, en el Camí de ses Pitreres se ha circulado en los dos sentidos. Hace unos días, el ayuntamiento de Santa Eulària des Riu nos ha informado (tarde y mal), de que a partir del 1 de abril esta vía tendrá un único sentido de circulación, en dirección a Vila.
Así pues, cuando los vecinos del Camí de ses Pitreres queramos desplazarnos al centro de Jesús para cualquier gestión, hacer la compra, tirar la basura, recoger a nuestros hijos de la parada del bus, llevarlos al colegio o al campo de fútbol, deberemos seguir la vía hasta su final, abocada a la Avinguda Vuit d’Agost, y rodear por la elíptica para volver a meternos en el pueblo. Hay unos tres kilómetros y medio por recorrer de diferencia.
En ese camino vivimos familias, con niños, con mayores, con personas con diversidad funcional, y de forma habitual nos desplazamos andando, en bici o en silla de ruedas. También hay otros muchos vecinos, no solo los que residimos aquí, que optan por usar este camino para hacer una vida saludable, y deciden venir a correr o caminar en grupo y disfrutar de uno de los pocos espacios de carácter rural que todavía existen en el Pla de Vila.
Recordemos que esta vía es el límite norte de la zona protegida de ses Feixes de Talamanca, de particular interés natural y cultural: un auténtico pulmón para los residentes en las zonas urbanas de Jesús y la ciudad de Eivissa.
El Ayuntamiento de Santa Eulària des Riu afirma que su decisión:
a) la avalan informes técnicos para la mejora de la seguridad (informes que no tienen un carácter vinculante y que, de forma sistemática, ignoran a los usuarios no motorizados);
b) es apoyada por la Associació de Veïns de Jesús (aunque representantes de esta entidad nos dicen que no se pronuncian a favor de esta medida);
c) que es una “prueba piloto” revisable (sin un plazo de tiempo que conozcamos, y sin ninguna medida de seguridad prevista a corto plazo: ni radares, ni badenes, ni zonas peatonales);
d) ayudará a la lucha contra el intrusismo en el transporte (¿de verdad aislar a los vecinos es la mejor solución contra los taxis pirata?).
Como es habitual en las decisiones sobre movilidad de nuestras administraciones públicas, para mejorar el tráfico en Jesús solo se han tenido en cuenta las necesidades del automóvil privado.
Tras las millonarias inversiones en las carreteras de acceso a este pueblo de los últimos años, el resultado es (¡sorpresa!) que el tráfico sigue colapsado durante la temporada turística. Apostar solo por los coches es una pésima estrategia, se sabe en todo el mundo excepto en esta isla.
Por no hablar del insuficiente servicio de autobús en el pueblo, que ofrece prácticamente las mismas frecuencias de paso que hace 30 años, cuando la población de Jesús era menos de la mitad que la actual.
Además, en la práctica, el sentido único de circulación en este camino expulsará a ciclistas, patinetes eléctricos y peatones (también del Camí de l’Horta, la única vía de tráfico pacificado en todo el pueblo).
Desconocemos si la medida que propone el Ayuntamiento aportaría algún efecto positivo. Pero lo que es innegable es que nos causaría un perjuicio directo para todas las familias del camino, y también para todos los vecinos y trabajadores de Jesús que no usan un coche para desplazarse.
La percepción de agravio, de que se vulneran nuestros derechos y de ser expulsados del pueblo es unánime entre los vecinos.
En diferentes conversaciones mantenidas durante los últimos años con representantes del Ayuntamiento, los residentes en el Camí de ses Pitreres a sa Llavanera hemos expresado nuestra voluntad de mantener el carácter rural de esta vía, la no ampliación de la calzada, la necesidad de reparar los muros de piedra que la limitan, el control de la velocidad de los vehículos con la instalación de badenes, la regulación del tráfico en horas punta y en los días que coinciden con conocidos eventos de establecimientos turísticos.
Sospechamos que para el Ayuntamiento estos no parecen ser argumentos de peso, pues su propuesta de sentido único implicaría un muy probable efecto llamada para el tráfico, contrario a lo que reclamamos.
En conclusión, nos dirigimos a la alcaldesa y al resto de miembros del equipo de gobierno en Santa Eulària des Riu: un camino es un camino, no una vía rápida para desatascar una gestión deficiente de la movilidad externa a nuestro lugar de residencia.
Les instamos a reconsiderar su propuesta y a trabajar para lograr una solución alternativa consensuada con los vecinos para la regulación del tráfico del Camí de ses Pitreres a sa Llavanera.
Associació de Vesins del Camí de ses Pitreres a sa Llavanera
(entidad en proceso de constitución)
Jesús, Santa Eulària des Riu, 31 de març de 2025
Hasta que los jerifaltes que nos gobiernan no tengan la decencia de reconocer que todo se les ha ido de las manos, no tendremos soluciones reales a todo lo que nos afecta, y el ejemplo del camino es solo la punta del iceberg.
¿Para que quiere el ayuntamiento que el camí de Ses Pitreres sea de sentido único hacia Ibiza? Si miramos la zona desde Jesús hasta Cap Matinet veremos que las razones son varias y una al mismo tiempo, dar salida a la en su día polémica urbanización de Ses Torres, dar salida al hotel discoteca Destino, y ahora al nuevo engendro que han revitalizado donde se encontraba el aquamar. Todo esto se hizo sin pensar lo más mínimo en que se necesitaban vías de circulación nuevas para absorber ese tráfico. Y ahora tenemos que sufrir acciones insostenibles y perjudiciales para la ciudadanía.
Se han hecho las cosas pensando solo en el beneficio inmediato y para unos pocos. Ninguno de los núcleos que he mencionado se debería haber permitido sin una consideración previa de movilidad, y ya no digamos de consumo de agua y energía.
Vivíamos en un paraíso que por culpa de intereses privados amparados en políticos puestos por ellos, se ha convertido en un infierno.