“Lo que otorga a las acciones humanas un sabor de justicia es esa nobleza o galantería de ánimo, que se da muy raras veces, que hace que un hombre desprecie las ventajas que podría obtener en su vida como resultado del fraude o del quebrantamiento de una promesa”. Lo escribió el filósofo británico Thomas Hobbes en el siglo XVII y representa una de esas frases intemporales que nunca pierden vigencia. Hoy nos viene como anillo al dedo para explicar otro lamentable fraude a la sociedad pitiusa perpetrado por la discoteca Ushuaïa y el exministro, con la complicidad de las instituciones insulares, y que guarda relación con esa figura jurídico-burocrática denominada “título habilitante”.
Para poner al lector en antecedentes es imprescindible recordar que el Govern balear publicó, a través del BOIB número 81, de 19 de junio de 2021, las condiciones relativas a la actividad del ocio nocturno durante la emergencia sanitaria motivada por el covid 19. En el capítulo 32 se decía: “No se permite el baile en espacios interiores y exteriores. Queda suspendida la actividad de los establecimientos que ejerzan las actividades propias de discoteca, sala de fiestas o sale de baile. Se suspende, asimismo, la realización de actividades asimilables a las de discoteca en cualquier otro tipo de establecimiento, incluidas las fiestas en piscinas o instalaciones exteriores de establecimientos hoteleros, así como embarcaciones”.
Frente a esta ley específica, creada para evitar la propagación de la enfermedad y la saturación de los servicios sanitarios; es decir, una norma concebida para evitar muertes, cabe preguntarse: ¿existe algún local o establecimiento de ocio en la isla de Ibiza al que se le haya permitido el privilegio de operar al margen de esta ley? La respuesta es que sí.
El Ayuntamiento de San Josep, dando respuesta a una denuncia interpuesta ante distintos organismos por Space Beach Club S.A., en fecha 21 de septiembre de 2021, nos contestó de esta manera en relación a las fiestas que se estaban celebrando con música y baile diariamente en el exterior del hotel Ushuaïa, a pesar de la prohibición: “Revisados los archivos municipales, no consta que la policía local haya tenido constancia del incumplimiento por parte del establecimiento señalado, de la normativa aprobada como consecuencia de la crisis sanitaria. En cuanto al título habilitante para el ejercicio de la actividad, el establecimiento Ushuaïa Ibiza Beach Hotel obtuvo el título habilitante municipal mediante la tramitación del expediente APJ-08/11, el cual habilitaba a la actividad de hotel y club, incluyendo actuaciones musicales al aire libre”. Llevaba fecha de 29 de octubre de 2021.
Según el portal Welcome to Ibiza y a tenor también de diversas publicaciones que aparecieron en las redes sociales, el hotel Ushuaïa abrió sus puertas con fiestas al exterior, con música y baile, el 31 de julio hasta el 3 de octubre. Sin embargo, según la respuesta del consistorio, la policía local, durante estos más de dos meses de actividad, no se enteró de lo que toda Ibiza sí conocía: que en el palmeral del hotel se estaban celebrando fiestas diariamente.
Los inspectores o rastreadores del Consell Insular, que sí inspeccionaron y levantaron denuncias en otros establecimientos en los que se desarrollaban fiestas similares, tampoco consideraron que allí se estaba infringiendo la ley de forma escandalosa y flagrante, con absoluta impunidad. A no ser que el silencio administrativo y la discreción estuvieran aliados con la complicidad. Tal vez el insólito “título habilitante” otorgado por el Ayuntamiento de San Josep, que luego analizaremos y que Ocio de Ibiza expone como un inaudito privilegio que permite desarrollar una actividad de discoteca al aire libre sin disponer de licencia de actividad, también eximía de cumplir los protocolos covid.
Pero, ¿qué es un título habilitante? Se trata de un documento jurídico otorgado por el órgano competente de la administración, que permite la ocupación o el uso de un bien de dominio público de un modo que excede, limita o excluye el uso de que corresponde a todos.
¿Cuáles son las virtudes que posee este hotel, que cambiando al segmento del lujo puede llevar en sus entrañas un “nasciturus”? Una vez tiene lugar el parto, con la apertura del hotel-discoteca Ushuaïa, el 28 de mayo de 2011, no se produce la inscripción necesaria para dotarlo de identidad, con su correspondiente ADN, en los registros civiles y mercantiles. No existe documento alguno, regular o irregular, que lo habilite para desarrollar la actividad de música y baile, hasta la primera señal, ese documento público APJ-08/11 del Ayuntamiento de Sant Josep. Ello permite constatar que, entre el 28 de mayo y el mes de agosto, dicho establecimiento operó y funcionó diariamente con una excepcional y beatífica conmiseración por parte de las administraciones públicas, para que la música ejecutada al exterior, previo pago de la entrada, sirviera como ariete para desarmar a toda la competencia del ocio.
Con la apertura del Ushuaïa, la hostelería y la industria del ocio nocturno, con todo su sistema de licencias, saltaron del equilibrio y la legalidad a un vacío sepulcral. De pronto, sus licencias legítimas, que suponen un valor añadido para sus negocios, quedaron hechas trizas. Ese preciso instante marca el cambio a un nuevo modelo turístico, que irrumpe desde la ilegalidad y a través del intrusismo; es decir, cuando un actor ejerce una actividad profesional sin título o autorización necesaria para ello.
El señor exministro, con su ejército de propaganda, ha dinamitado el ordenamiento jurídico que nos habíamos otorgado. Me vienen a la memoria sus declaraciones públicas al comienzo de la pandemia: “Mientras haya covid, en el Ushuaïa no se hará ninguna fiesta”. Menuda lección de cinismo. Nada perpetúa más la injusticia que la creencia del privilegiado en que su privilegio es justo.
No se puede concebir una reconversión más brutal que ésta. De una declaración responsable ha nacido un monstruo, que no tiene ni pies ni cabeza, pero que ha dañado a la sociedad entera. Con un simple escenario, sin paredes, techos, puertas ni ventanas, ni tampoco licencia de actividad, se ha dado lugar a una inscripción en el registro de actividades recreativas del Consell Insular d’Eivissa, con fecha 2 de diciembre de 2016, con aforo total de 7.866 plazas, distribuidas 70 en barra, cero en sala y 7.796 en terraza. Menudo disparate. Ya el 28 de enero de 2021, dicho registro alude a las mismas 7.886 plazas, aunque sin especificar dónde está colocadas.
Lo que ha llevado adelante el exministro, con la incubación en los despachos de este título habilitante, se traduce en un desprecio vil a toda la industria del ocio. Escupe en la dignidad de todo el sector y vilipendia las licencias, depreciando su valor patrimonial, a pesar de lo difícil y complicado que resulta obtenerlas. Con su astucia, descaro y arrogancia, ha demostrado que no hacía falta una licencia de actividad regulada, arruinando a buena parte del sector y, de rebote, a otros segmentos de la economía isleña. El incremento de valor patrimonial que se le ha proporcionado al hotel, que además factura unas cantidades astronómicas, representa el más importante escándalo urbanístico y la mayor escuela de tejemanejes administrativos, por no llamarlos con palabras más gruesas, que jamás hayamos visto en esta isla.
Por Pepe Roselló
Totalmente de acuerdo.
Zzzzzzzzzz
Más cansino que una ópera de Wagner.
Algunos abueletes se pasan por las obras, otros toman el sol paseando por el puerto, y otros por el contrario no se hacen a la idea que su tiempo pasó y que ya no pueden enmendar sus errores.
Entre la envidia y el rencor este buen hombre no vive.
otra de las triquiñuelas del ayuntamiento corrupto!!
Cinismo es lo tuyo, que ahora pretendes abrir otro establecimiento del mismo estilo en ses variades…
Y no es que defienda lo que este señor critica, simplemente es que lo de este señor es pataleta de las gordas…
Como es posible que una persona con tamaña cultura y conocimientos haya podido hacer parte de la MAFIA del ocio de Ibiza por tantos años y a la vez haber sido uno de los principales agentes de destrucción ambiental y turística de la isla.