Evitar el más que cercano fin de vida del vertedero de Ca Na Putxa tiene dos posibles soluciones: llevar los residuos en barco a Mallorca para que los quemen en su planta de valorización (incineradora, para que nos entendamos), o tratarlos aquí.
Teniendo en cuenta que los residuos no reciclables producidos al año en Ibiza son de algo más de 80.000 toneladas, cifra que va en aumento, llevar esto a Mallorca implicaría lo siguiente: casi 30 viajes de ida y vuelta de camiones del vertedero al puerto todos los días hábiles del año, acumulando la basura en un área que se tendría que habilitar a tal efecto, hasta que llegara un barco específicamente para esta labor que se la llevara hasta la isla vecina. Estas cifras, que son medias anuales, serían inferiores en invierno y superiores en verano, especialmente en temporada alta.
Con esta “solución” se generan múltiples problemas. El primero de todos es la falta de conductores que ya tenemos en la isla, pues estos viajes tensionarían todavía más un sector que ya está al límite desde hace tiempo, provocando posibles desabastecimientos de servicio. El segundo sería la saturación que provocaría este tráfico, especialmente a través de la Avenida 8 de Agosto y en verano. El tercero sería que los malos olores, que ahora se generan de forma ocasional y localizada en el vertedero, se irían paseando por todo el puerto de Ibiza. El cuarto problema es que tendría que construirse un depósito específico para residuos en el puerto (y me pregunto dónde, porque no hay sitio), lo que implicaría que las personas que llegan a nuestra isla en barco verían a su izquierda el maravilloso patrimonio histórico de Dalt Vila, y a su derecha una montaña de basura con sus correspondientes olores al bajar del ferry o del crucero. A todo esto le sumaríamos la contaminación provocada con estos centenares de viajes de camión y barco cada año, que podríamos situar en unas 100 toneladas de combustible y unas 265 toneladas de CO2 en el caso de los camiones, y en unas 1.100 toneladas de combustible y 3.500 toneladas de CO2 en el caso de los barcos.
En el caso de construir una planta de valorización, para poder quemar todos los residuos aquí, conseguiríamos, además, generar una parte significativa de la electricidad que consume nuestra isla cada año, algo que, lógicamente, también produciría emisiones contaminantes, pero que nos ahorraría al mismo tiempo unas 10.840 toneladas de CO2 de la central térmica de GESA, que en 2022 emitió 221.948 toneladas.
Teniendo en cuenta que una planta de valorización genera unos 575Kwh por tonelada de residuos procesados, tendríamos una producción de más de 46.000Mwh anuales, equivalente al consumo anual de 14.200 hogares, lo que implica un 4,9% de la energía que consumió Ibiza en todo el año 2022. En conclusión: una central de valorización en Ibiza ahorraría un total de 14.605 toneladas de CO2 al año, cifra equivalente a las emisiones de 9.730 coches en todo un año, y ayudaría a alcanzar las cifras marcadas por la Unión Europea sobre producción de energías renovables (de acuerdo con la legislación de la UE, el 50% de la energía producida en plantas de valorización se considera renovable).
Es importante remarcar que el ahorro de emisiones contaminantes con la segunda opción es un ahorro neto para el conjunto de nuestra sociedad, porque si se transportan los residuos se quemarán de igual forma en una isla que está al lado. Creo que es extremadamente insensato pensar que un problema desaparece sólo porque tiramos la basura al patio del vecino y dejamos de verla, y que, por lo tanto, las emisiones de la planta de valorización de Mallorca no se producirían o no se pueden tener en cuenta a la hora de tomar esta decisión.
Lógicamente la construcción de una planta de valorización implica una inversión inicial muy grande, pero teniendo en cuenta la amortización que habría con el tiempo gracias a la producción de energía eléctrica, termina siendo una solución mucho más barata que llevar camiones y barcos llenos de basura a Mallorca.
Los datos aquí plasmados son fácilmente contrastables y se basan en información del año 2022, publicada por organismos como el Consell Insular d’Eivissa, el Observatorio de Sostenibilidad de Ibiza ‘Ibiza & Formentera Preservation’, o el Grupo TERSA, además de noticias publicadas en medios locales.
Ahora toca que a quienes compete tomar la decisión tengan el rigor suficiente para tomar la decisión correcta. La demagogia barata y el populismo que han demostrado en esta cuestión formaciones políticas como el PSOE, posicionándose de forma taxativa sin justificarse de forma racional y con datos, no pueden tener cabida en una decisión estrictamente técnica.
Javier Torres Serra, miembro de Cs y portavoz del Grupo Municipal de Sa Veu des Poble en Sant Joan de Labritja
Hola Javier
Y todos los vecinos de cala llonga ,can furnet,roca lisa etc qué solución tienen ?
Oler a basura y quemado de residuos todos los 365 días del año ?