Pronto dejaremos la pandemia atrás y será fundamentalmente gracias a las vacunas. Ya han recibido una primera dosis casi 62.000 pitiusos (casi la mitad de la población diana) y uno de cada cuatro habitantes ya está completamente inmunizado. Aunque a todos nos gustaría que el proceso fuese más rápido, lo cierto es que avanza a buen ritmo, lo que permite que muy poco a poco se vaya retomando cierta normalidad y con ella, el optimismo.
Habrá temporada turística (de hecho ya la hay) pero nada comparable con el año 2019. Soy de los que opina que el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, no otorgará a España (ni a Balears) en el semáforo verde que permitiría a los británicos viajar libremente a Ibiza y Formentera. Prefiere seguir poniendo trabas artificiales para lograr que ante la perspectiva de tener que guardar cuarentena a su regreso, amén de las múltiples pruebas PCR que salen por un ojo de la cara, los potenciales turistas queden disuadidos de viajar. Pero las ganas que tienen de salir a comerse el mundo, comparables a las que tenemos todos nosotros, hará que mucha gente opte por visitarnos aunque su gobierno les penalice con una cuarentena absurda y superflua.
Sin toque de queda y sin restricciones a la movilidad que el Govern de Francina Armengol deseaba prolongar injustificadamente, únicamente quedan los controles en los aeropuertos. El famoso código QR que debe uno exhibir al llegar a Balears, un mal menor al que nadie se opone. Vía libre para la apertura del ocio nocturno, posiblemente el sector económico más perjudicado por la pandemia. Y al que muchos quieren volver, como demuestran las continuas fiestas ilegales, botellones y saraos varios que no paran de sucederse en todas partes y contra los que es imposible luchar. La gente quiere volver a disfrutar de la noche, ya sea ordenada o desordenadamente si lo primero no es posible. El primer paso será la apertura de bares y restaurantes hasta las 2 de la madrugada. Y si a la gente que está de vacaciones no se le da opciones para seguir divirtiéndose responsablemente y con seguridad, seguirán la marcha de cualquier manera.
Pero hay que seguir vacunando porque esa es la clave. Así, hay que felicitar al Govern por su acuerdo con Policlínica Nª Sra. del Rosario para que la sanidad privada colabore en el proceso (Ibiza es el único lugar de Balears donde eso va a suceder), lo que permitirá vacunar a más gente y más rápido. Es el único camino posible para recobrar lo antes posible nuestras vidas tal como eran antes de la irrupción del Covid.