Estamos a punto de clausurar la temporada de verano y en Sant Antoni nada ha cambiado: el Ayuntamiento sigue sin encontrar el equilibrio entre el ocio (ya no solo nocturno, ahora 24h al día) y el descanso de los vecinos, y los acontecimientos de este año dan prueba de ello, sino díganselo a los vecinos.
Empezando por los que viven cerca de Amnesia, la asociación de vecinos ya rogó el año pasado que se hiciera una insonorización de la discoteca, a lo cual el Ayuntamiento de Sant Antoni se comprometió, pero ¡sorpresa!, este año muchos siguen sin poder dormir debido al ruido, la contaminación lumínica y un largo etcétera.
La asociación de vecinos de Can Bonet, como ya hicieron el año pasado (sin éxito), ha vuelto a quejarse exigiendo que se controle el caos que se genera por la fiesta del 528 (donde el antiguo Gala Night): colapso circulatorio, ruido…
Este mes los vecinos del centro de Sant Antoni, afectados por la actividad del Hotel Ibiza Rocks, han registrado 400 firmas para exigir soluciones a los problemas que genera este hotel en sus alrededores, “es como tener un Ushuaïa en el centro del pueblo” rezaba un titular en prensa, los vecinos reclaman que el Ayuntamiento tome medidas para controlar los ruidos que sufren desde hace años.
Ruido desde el mar: ha habido embarcaciones fondeadas en las aguas de Caló des Moro que montan discotecas en el mar que duran hasta la madrugada, impidiendo a los vecinos dormir, que llamaron a la policía pero el ayuntamiento no tomó cartas en el asunto.
Como en 2023, se ha vuelto a celebrar una macro fiesta privada en el paraje natural de Cala Gracioneta, hecho que ya denunció la oposición el año pasado, puesto que esto puede sentar un peligroso precedente. Ante las quejas de los vecinos, la policía y la seguridad privada del evento se limitaba a decir “el alcalde lo ha autorizado”. No tengo más preguntas, señoría.
Si antes era el West End, ahora tenemos hoteles con licencia musical o beach clubs que molestan las 24h del día y eventos como los mencionados arriba con barra libre para el desfase. No es de recibo que el Ayuntamiento haga “oídos sordos” y no actúe ante las quejas de los vecinos para evitar estos excesos, pues se está vulnerando su derecho al descanso. Y es responsabilidad del ayuntamiento velar por el bienestar de todos los ciudadanos, ¿prima el interés general o el interés privado? El Partido Popular nunca ha querido cambiar el modelo turístico de Sant Antoni, y el precio lo pagamos los vecinos. El mismo perro, con distinto collar.
Sra Roselló ya que habla de ruido y molestias se ha olvidado comentar las fiestas / merendolas que organiza la asociación de filipinos en el recinto de la iglesia de can Bonet con altavoces y focos (que te dejan ciego) incluidos. Que por cierto, me parece que eso no es un uso religioso…y también me parece ya una falta de respeto y una apropiación de un espacio religioso para un uso privado. .