Por Juan Antonio Torres Planells
Ayer comenzó el novenario al Santísimo Cristo del Cementerio y recuerdo cuando miré, por primera vez, a ese cristo en su capilla de la iglesia de San Vicente Ferrer y San Jaime, mal llamada iglesia de Santo Domingo, siendo yo un adolescente, cuando ayudaba algunas misas a don Isidoro Macabich durante el recreo de las clases en el Instituto Santa Maria, del que era profesor de religión, cuando ese centro docente era el único de bachillerato de la isla y tenía sus aulas en el antiguo convento de los dominicos en Dalt Vila.
Este Cristo no era igual a los demás que había visto. Este era de tamaño de un hombre real y con un cuerpo bien formado. Vestido con faldilla bordada, lucía a sus pies una pequeña cajita con un clavo y un sello de lacre en una cinta roja que lo certificaba como clavo perteneciente a la antigua y muy venerada imagen por los ibicencos devotos y necesitados de su ayuda, que fue destruida durante las primeras semanas de la guerra civil. La nueva imagen recogía las oraciones y devociones de los antiguos feligreses y los nuevos que asistían a rezarle, especialmente durante el novenario que se celebraba cada año desde 1848.
Mi abuelo paterno, empleado de joven en casa de don Ignacio Wallis Llobet, comentaba las veces que había ido a limpiar la capilla del Santo Cristo junto a mujeres de limpieza de la casa del personaje de Dalt Vila, pues dicha capilla la había ayudado a reformar y adornar junto con su devota esposa, doña Consuelo Tur y Palau. Por ello, podemos ver a lo alto de la capilla un escudo con las iniciales WT, iniciales también insertadas en las barandillas de su antigua casa de Dalt Vila de la calle Pedro Tur.
En 1848 ya existía la devoción a este Cristo que nos transmite paz en su semblante, pues aquel año se compuso el himno y canciones para su novenario. Por lo tanto, la novena que se le dedica tiene 170 años de antigüedad. Comenzó ayer, domingo, dentro de las fechas dedicadas a la Cuaresma, y antes de la celebración de la Semana Santa. Su celebración no siempre ha sido así. Los viejos semanarios de Ibiza del siglo XIX nos dan algunas pistas sobre su celebración. En el semanario ‘La Isla’ nos dice que se celebró en 1884 a finales del mes de septiembre, pues la iglesia estaba en obras, lo cual nos da a suponer que se celebraba en otras fechas anteriores. En 1885 se celebró la novena a partir del domingo, día 17 de mayo. El semanario ‘El Ebusitano’ nos da a conocer que durante los años 1887 y 1888 la novena se siguió celebrando durante el mes de mayo. El semanario ‘El Ibicenco’, en 1890, nos sigue señalando el mes de mayo como fecha de celebración de esta práctica religiosa hasta 1891.
Sin embargo, el semanario ‘Ibiza’, en 1892, ya nos señala el mes de septiembre como mes de celebración, así como que llegan predicadores de fuera de la isla para hacer las prédicas en dicho novenario. El semanario ‘La Bandera de Ibiza’ nos sigue informando, desde 1895, que el novenario al Santísimo Cristo del Cementerio se celebra a finales del mes de septiembre hasta primeros días del mes de octubre.
La celebración del novenario y la situación que padecía España con la guerra de Cuba fue motivo para que se celebrara en nuestra ciudad, el día 3 de octubre de 1898, la primera procesión penitencial de nuestra historia. Fueron sacados de la iglesia de Santo Domingo en procesión las imágenes de la Virgen del Rosario, el Ecce Homo del Hospitalet y la efigie del Santo Cristo, tan venerada en nuestra ciudad, con el nombre del Santísimo Nombre de Jesús, recorriendo las calles de la Carroza y bajada a la Marina por la calle Ancha, plaza Constitución y regreso a Santo Domingo. Pronto comenzarán de nuevo las procesiones penitenciales de Semana Santa, siendo la más antigua la del Cristo Yacente, desde 1944.
Las fechas de celebración del novenario de finales de septiembre a principios de octubre durarían hasta el año 2004, fecha en que se cambió su celebración a dos semanas antes a la Semana Santa.