Por: María Nory Qué tiempos aquellos en los que el redactor jefe de turno te gritaba aquello de: «¡Búscame una noticia!».
Hoy, las nuevas tecnologías y la falta del gen periodístico en la sangre de muchos de los nuevos cachorros salidos de las facultades de Ciencias de la Información ha desembocado en un contínuo de artículos o informaciones de ‘cubrir el expediente’ que probablemente estarán haciendo revolverse en su tumba a Ortega y Gasset. La famosa ‘nevera’ de los periodistas para los días con pocas noticias de relevancia ha sido sustituida por una repaso a lo más destacado de Twitter. De este modo, la falta de agilidad mental provocada por los excesos de la noche anterior hace que se pueda rellenar el hueco e incluso recibir una palmada en la espalda del jefe por ser la noticia más leída. Una ironía si tenemos en cuenta que el periodismo de verdad está siendo asesinado…
La última y más notable ha sido la controversia creada por el peinado del actor Imanol Arias en la gala de Nochevieja de La 1 de Televisión Española. Algo que probablemente no hubiera pasado de un mero comentario entre copa y copa de cava tras dar la bienvenida al nuevo año acabó siendo tendencia (o como se dice ahora, trending topic) en las redes sociales.
No les negaré lo gracioso de los comentarios. De hecho pasé un rato más que agradable con algunos tweets, pero eso no quita para que me parezca poco periodístico el que un chiste se acabe anclando en la portada de uno de los periódicos más importantes del estado. Por esa regla de tres, Chiquito de la Calzada debería escribir el artículo de la contra de El País.
Pero lo más hilarante de todo es que el tweet que desencadena la noticia publicada por www.elmundo.es sea de un periodista de ABC y ex redactor del medio de comunicación ibicenco Última Hora.
Iván Muñoz, autor del comentario en la mencionada red social, hacía un repaso a peinados de celebridades de los años 70 que destacaban por su voluptuosidad comparándolos con el que lucía el protagonista de ‘Cuéntame’ a la hora de dar las campanadas de fin de año.
El autor del artículo de El Mundo en su versión on line no sólo aprovecha el comentario para hacer un artículo sino que lo jalona con imágenes de todos los citados en ese tweet y en otros parecidos.
Que el periodismo de ‘Primera Plana’ u otras obras de arte cinematográficas estaba en decadencia ya era más que sabido. De lo que no tenía noticias es de que los mismos que estudiaron Ciencias de la Información por su amor a la profesión quisieran matarlo, eso me sorprende más.
Estimada María Nory, gracias a ese tuit y a la polémica a ti te han dado una espacio para escribir hoy. Vamos a intentar no ser tan pedantes e hipócritas, por favor. No creo que al redactor de El Mundo le parezca una noticia ni un trabajo super periodístico. Es entretenimiento para los lectores y parte de su trabajo para llegar a fin de mes.
Muy de acuerdo en algunas cosas, totalmente en contra en otras. Cierto es que las nuevas tecnologías están invitando a hacer un periodismo de salón que aleja de la realidad a muchos medios, aunque habría mucho que matizar sobre si Internet y las redes sociales son un mundo paralelo o un fiel reflejo de las corrientes de opinión que fluyen por la sociedad.
En un mundo ideal, el que nos gustaría como ciudadanos formados e informados, lo mejor sería que los medios tuvieran decenas de periodistas dedicados a investigar y escribir tomándose el tiempo que fuera necesario para recabar, reflexionar y contrastar su material. ¿La realidad? Empresas de comunicación talmente adelgazadas que apenas pueden llegar a cubrir lo mínimo mientras sus directivos, directores y jefes de sección piden llegar a todo y más. Así se funciona ya en la mayoría de redacciones, aunque es un mal que desde hace tiempo sufren incluso pequeñas cabeceras ancladas en el pasado y que aún ningunean Internet, como bien hay ejemplos incluso en vuestra bella y pequeña isla. Mal, por tanto, no necesariamente ligado a las nuevas tecnologías sino al mal obrar de sus responsables desde tiempos de Gutenberg
Es por ello atrevido hablar de «falta de sangre de los redactores», concepto impensable en alguien que ha decidido dedicar su vida a la comunicación, sino presión asfixiante y exigencia desmedida de los que mandan y que, al final, lleva a frivolizar el contenido. Aunque, no lo olvidemos, es algo que el lector demanda, como bien indica que la pieza que nos ocupa llegue al Top Ten de uno de los diarios más leídos de este país.
Y, recordemos, es también labor del medio de comunicación la de formar y entretener junto a la de informar, apartado este último al que pertenece -y así está convenientemente destacado en la cabecera de la sección- la información referida.
Que chorrada de artículo!!!
A jo m’ha agradat.
muy interesante el comentario dejado por ‘Romerito’ / sobre si muere, lo matan y quién y cómo… al #periodismo / a favoritos