Me parece injusto que la población que reside en El Pilar de la Mola tenga que pagar una igual presión fiscal (*) que el resto de los vecinos que vivimos “abajo” y más cerca de todo (del puerto, San Francisco, puestos de trabajo, el instituto de estudios, el Consell, etc.).
La gente que reside en esta meseta tiene que sortear una distancia de aproximadamente 15 km en cada trayecto de carretera para desplazarse hasta San Francisco (30 km ida y vuelta), conduciendo 33 curvas en el ascenso -con su riesgo agregado- que eleva el gasto del uso diario del coche (carburante, neumáticos, etc.). Es sabido entre los habitantes de Formentera que esta diferencia geográfica es un factor desmotivador muy importante a la hora de decidir dónde buscar casa para alquilar, un lugar para trabajar, u otros tipos de actividades de la vida cotidiana.
Entre otros temas importantes, una tienda en “La Mola” no disfruta del mismo número de clientes que el resto de tiendas en la isla, porque allí es muy difícil abrir un comercio todo el año dado que los impuestos al trabajo no permiten sobrevivir financieramente en los meses fríos del año.
Por lo tanto propongo que, utilizando el poder que otorga ser Gobierno del Consell Insular, se debería adecuar la legislación fiscalizadora a esta población para que se bonifiquen los impuestos municipales de forma importante y así poder otorgar preferencia al desarrollo de las actividades económicas y personales de quienes allí residan, haciendo atrayente vivir o generar trabajo en La Mola.
Esta importante bonificación de impuestos, podría incluso resultar en que los precios del costo de vida y de los alquileres de inmuebles pasen a ser inferiores que en el resto de la isla, ya que los dueños de los comercios y de los alquileres pueden trasladar su consiguiente aumento de la renta en bajar los precios de mercado, y de esta forma se ayudaría a paliar la urgente carencia de vivienda que sufre Formentera. Todos ganan.
Sólo falta voluntad política.
(*) Nota: En Formentera siempre gobernó la socialdemocracia (a veces de derechas, otras veces de izquierdas) tratándose de una forma de administración que reparte el capital de quienes lo generan entre los que no lo tienen -creando un panorama de todos empobrecidos- y para ello se basa en el mantenimiento -o aumento- de altos impuestos. A ver si pronto asoma algún partido político Liberal-Libertario federalista que pueda ofrecer esa oportuna reducción fiscal que realmente El Pilar de la Mola se merece.