Laura Ferrer Arambarri / El Covid lo acapara todo pero no hay que olvidar otras noticias que reflejan pandemias cotidianas.
La Policía Nacional de Ibiza ha desarticulado una organización criminal que se dedica a la trata de mujeres para explotarlas sexualmente.
En la información facilitada por la propia Policía explican que, en mitad de una pandemia, hay una altísima demanda de los servicios de prostitución en Ibiza.
Hay tanta demanda que las mujeres tienen que estar disponibles, maquilladas y dispuestas a ser penetradas y vejadas 22 horas al día. Sí, solo dos horas de descanso.
Como los prostíbulos están cerrados por el Covid (¿no deberían estar cerrados por otros motivos?) la actividad se ejerce en pisos de manera clandestina y sin control alguno. Allí dentro todo se vuelve incluso más sórdido.
Los proxenetas buscan a mujeres pobres y con hijos a su cargo. Así es más fácil para ellos esclavizarlas y extorsionarlas, tirando de esa dependencia a los pocos ingresos que sacan. Las hacinan en pisos, a veces tienen que dormir en el suelo, las obligan a drogarse, las exponen a contraer enfermedes venéreas y, ahora, al Covid. Mientras, ellos viven en casoplones en la isla y conducen coches de alta gama.
Todo esto está pasando en la ciudad de Ibiza, a pocos metros de nosotras.
A hombres que probablemente conocemos o saludamos les gusta follarse a mujeres pobres y esclavizadas.
Esto sí que es una peste.