@D.P./ «Taliesin» (en galés «cima luminosa»), así llamó el arquitecto Frank Lloyd Wright (1867-1959) a su mansión cercana a Spring Green, Wisconsin. Fue el refugio que construyó para él y su amante Mamah Borthwick, en unas tierras heredadas de su madre y fue el escenario del mayor drama de su vida. «Taliesin» es uno de los mejores ejemplos de «Casa de la Pradera» el concepto que desarrolló F.L.W. aplicable a grandes mansiones, donde la «horizontalidad» se integraba mejor al terreno y se imponía a la «verticalidad» victoriana del SXIX.
Las crónicas cuentan que el 15 de Agosto de 1914, mientras permanecía en Chicago supervisando la vertiginosa construcción de los «Midway Gardens», uno de sus sirvientes negros, Julian Carlton originario de Barbados, acabó con la vida de siete personas, entre las cuales se encontraban dos niños.
Mientras la familia cenaba apaciblemente, Julian Carlton se presentó a la mesa pidiendo un poco de gasolina para limpiar unas manchas. Al rato Carlton volvió a la mesa atacando sorpresivamente a Mamah Borthwick, seccionándole la cabeza de un hachazo, luego vació varios litros de gasolina por la casa y en escasos minutos todo estaba en llamas. La sorpresa y la voracidad del fuego creó el caos y la confusión en el interior de la vivienda y los dos niños de Mamah con el resto de los presentes se encontraron atrapados sin poder salir de ese infierno, porque el mismo Carlton había recorrido la casa trancando puertas y ventanas, cerrando todas las posibles vías de escape.
Los pocos supervivientes saltaron por las ventanas que pudieron romper, pero el asesino les esperaba fuera empuñando el hacha que no dudaba en utilizar contra ellos. Carlton desapareció al ver que se acercaban los vecinos pero fue atrapado y llevado a prisión. Poco antes el asesinó había intentado suicidarse bebiendo ácido, motivo por el cual murió a los pocos días sin explicar el motivo de sus crímenes.
Tras el fatídico suceso, Lloyd Wright que había recibido un telegrama urgente y había volado al lugar de los hechos, dijo: «todo fue arrasado por la pesadilla, de llamas y muerte, de un loco». En el incendio se perdió todo el trabajo proyectado por el arquitecto en los últimos cinco años.
Esas tierras heredadas habían sido habitadas por la familia de su madre durante la Guerra Civil y el pequeño Frank solía visitarlas en vacaciones. El lazo afectivo era muy fuerte y, por lo tanto, la historia no acabaría aquí. Wright decidió construir la casa nuevamente como homenaje a su amada Mamah Borthwick y la llamó «Taliesin II». De esta manera disipaba los fantasmas de la tragedia familiar.
Pasados los años, en abril de 1925 durante una fuerte tormenta, la casa recibió la descarga de un rayo en sus líneas telefónicas, incendiándola por segunda vez hasta reducirla a cenizas. En un acto de templanza y tosudez, Lloyd Wright, construyó por tercera vez la casa de la «Cima Luminosa» y la habitó sin más contratiempos junto a su tercera esposa, la bailarina de origen montenegrino Oglivanna Lazovich (1898-1985), hasta su muerte el 9 de Abril de 1959.
En esta casa diseñó gran parte de su obra. La «Fallingwater», el «Guggenheim Museum», el «Johnson Wax Headquarters» entre otras, la utilizó como «laboratorio» para experimentar con nuevos diseños arquitectónicos y fue el punto de reunión con el grupo de aprendices que él formaba profesionalmente.
Diego Pikabea, carpintero, artista, pintor de lienzos y de almacenes, uruguayo en Eivissa y amante de la cultura pop. ‘Fuera de órbita’ es su espacio en Nou Diari