Eivissa se ha quedado sin existencias de palomitas ante el delicioso sainete que están representando los políticos del Consell de Eivissa. La tormenta se ha desatado a escasos meses de las elecciones por el impago y el retraso en la convocatoria de las subvenciones a las entidades deportivas, pero el impacto ha afectado al resto de departamentos, igualmente inútiles e incapaces de dar respuesta al embrollo.
El resultado, independientemente de qué incompetente cargo público tenga la culpa, es que se adeuda más de un millón de euros a los deportistas ibicencos. En la mayoría de los casos, los responsables de los clubes deben adelantar el dinero de sus bolsillos o implorar a sus proveedores para que les permitan retrasar los pagos una vez más. Lo hacen personas que no cobran por su trabajo y que dedican el tiempo libre a la formación y a la proyección del talento y a promover hábitos de vida saludables, algo que supuestamente debería ser una prioridad para las instituciones públicas.
Mientras trato de juntar estas letras, está previsto que el Consell de Eivissa sea el escenario de una reunión en la que se pone sobre la mesa la presentación de una candidatura para que la isla albergue el Campeonato del Mundo de triatlón multideporte, que la Federación Española de Triatlón (Fetri) ya se encargó de vender hace dos días con la broma de que podría dejar 20 millones de euros en la isla. El mismo organismo que presentó como un éxito arrollador el anterior Europeo celebrado en Eivissa, en el cual había categorías en las que la participación fue cuanto menos escasa. Todo esto sin entrar en analizar el nivel que tuvo la prueba en comparación con la élite de este deporte en el viejo continente.
Se trata de un nuevo ejemplo de manipulación de la opinión pública. Es la preparación de un escenario que será una nueva estafa para el deporte ibicenco: mientras unos sudan sangre para pagar las facturas, los grandes eventos deportivos vienen a cobrar cientos de miles de euros con la farsa de traer patrimonio a la isla mediante cifras que son mera especulación y con promesas edulcoradas a las instituciones. Una vendida de humo en toda regla. Una vez desmontadas las infraestructuras, apagados los focos y cobradas las facturas no queda nada que permita a los deportistas locales seguir creciendo.
La lista de estas grandes competiciones celebradas en la isla es larga y únicamente hace falta buscar en la hemeroteca para ver cómo los políticos de turno han salido en todas las fotos junto a los organizadores. Se trata de una estafa imperdonable al deporte local, que no se ha sublevado porque tiene mucha más dignidad que sus representantes. Y el circuito de motocross de sa Coma sigue en el aire después de más de dos décadas. Un auténtico despropósito.
Gran escrito de Vicent Torres, en donde xepone claramente que es una autentica estafa, electoralista y jaleando de unas grandes inversiones, cuando aqui el deporte no nos dan ni agua !!
Muy valiente, pues la gente se calla y no denuncia estas cuestiones.
Bravo !!
Fantastica explicacion de como funciona el deporte y las instituciones Ibicencas. Gracias por tu valentia