Recientemente, escuchamos por prensa el martilleo constante de los medios de comunicación conservadores la necesidad de aumentar el gasto en defensa y los anuncios rimbombantes de un Donald Trump sacando músculo con declaraciones y decretos exprés que parecen poner contra las cuerdas a la vieja Europa.
Sus constantes amenazas para que la Unión Europea invierta más en armamento vienen acompañadas de toda la fanfarria que le conceden sus medios de comunicación afines tanto de este lado del Atlántico como del otro. Todo ello, aderezado y contextualizado debidamente en la amenaza que supone la Rusia de Putin, mostrándolo como un ser despótico, ávido de poder y de resucitar de nuevo el extinto imperio de los zares.
La vieja y cansada Europa, ya no recuerda su pasado de supuestas glorias coloniales que empujaron al continente a la que se denominó la Gran Guerra, porque hasta la fecha, en aquel 1914 nadie se imaginaba que fuera el pistoletazo de salida para las masacres que habrían de venir con la que luego fue la II Guerra mundial.
Ya nadie recuerda en la vieja Europa que, por verbigracia de ambos conflictos, las potencias dominantes hasta la fecha (Gran Bretaña, Francia y Alemania) pasaron a ser meros títeres de las políticas marcadas por los verdaderos vencedores de la réproba Alemania nazi.
Que el lavado de cara que hizo Hollywood con dicho conflicto, nos vendió que el famoso “Día D” nos vino a salvar de la Alemania nazi, cuando la verdad es que fue para frenar la imparable máquina de guerra que suponía la Unión Soviética. Y si alguien duda de tal afirmación, que pregunten a las víctimas del bombardeo de Dresde qué opinan del asunto.
Ya nadie recuerda que los Estados Unidos, fueron los que promovieron la OTAN, porque la Unión Soviética, en su Gran Guerra Patria, fue la que verdaderamente derrotó y liberó a Europa de las fauces del nazismo.
Ya nadie recuerda que la OTAN, se formó y organizó incluso con militares reciclados de la derrotada Alemania nazi para defenderse de la amenaza soviética; sin embargo, una vez derrotada y desaparecida la URSS, la OTAN se mantiene vigente.
Ya nadie recuerda que los EEUU tienen más de doscientas cincuenta bases repartidas por el mundo para defender su libertad y que la actual OTAN se suministra de armas compradas en industrias de los EEUU.
Que desde su entrada hasta su famoso “brexit”, la Gran Bretaña ha minado el fortalecimiento de la Unión Europea, con políticas supuestamente soberanas, pero completamente serviles a los intereses económicos de los grupos financieros anglosajones de ambos lados del charco.
Ya nadie recuerda que la inquina de Inglaterra contra Rusia es heredara desde el s. XIX y que por simpática capilaridad, los EEUU la han hecho propia.
La prensa nos bombardea con todo tipo de argumentos a favor del apoyo y la solidaridad con Ucrania, demonizando las políticas de Putin. Como si las políticas de Estados Unidos fueran entes abstractos luminosos de luz espiritual que debamos seguir como la polilla a la bombilla. Que rápido nos olvidamos de Vietnam, de la Tormenta del Desierto o de Afganistán.
Por su parte, los miembros de la Unión Europea, no han sabido tener una solo voz, parecen una orquesta sin director donde cada uno toca como puede su partitura, dejándose engatusar y manteniendo una alianza ponzoñosa con un supuesto aliado que, en aras de la estandarización armamentística, no ha permitido que la Unión Europea tenga su propia industria de guerra que pudiera competir en los mercados internacionales. Creyeron que el Tío Sam los vendría a salvar como en las dos guerras mundiales.
La solidaridad con Ucrania no sólo ha servido para deshacerse del material de guerra a punto de caducar (si no estaba ya caducado), sino que también ha supuesto un poco de capitalismo destructivo para mejorar la economía estadounidense a costa de nuestro Estado del Bienestar.
Ahora Trump, sostiene que Europa debe aprender a defenderse y aumentar el gasto militar, pero gastándolo en sus industrias, todo acompañado de gestos histriónicos que bien recuerdan la época de fascismos supuestamente superados.
A lo mejor la Unión Europea tendría que plantearse nuevas amistades.
A lo mejor la Unión Europea, tendría que mirar menos hacia la OTAN y tratar de ver con otros ojos a nuestros vecinos los rusos.
A lo mejor la Unión Europea, tendría que hacer más grande el “brexit” y buscar una solución pactada entre una Rusia amenazada por las tradicionales políticas anglosajonas y una Ucrania enardecida por cánticos de sirena.
Ya nadie recuerda que las dos guerras mundiales tuvieron un coste enorme en suelo europeo.
Ya nadie recuerda, que en dichos conflictos quien se desangró literalmente, en vidas y en economía fue la vieja Europa.
David Álvarez.
Esquerra Unida Eivissa i Formentera
ya es hora de que alguien hable claro, gracias!