Cuando la situación de los funcionarios del estado en Ibiza parece que ha tocado fondo y no puede ir a peor, nos enteramos de que la Comisaría de Ibiza lleva meses sin aire acondicionado, una nueva evidencia del maltrato que sufren por parte del Gobierno.
Tiempo atrás era muy común utilizar la palabra “defenestrar” para referirse al acto de destituir a alguien que ocupaba un cargo público, pero también tiene otro significado que parece más acorde a lo que se está haciendo por parte del gobierno con los funcionarios: arrojar a alguien por la ventana.
No hay semana que no nos levantemos con alguna noticia relativa a la pésima situación que viven los funcionarios del Estado. La última hace referencia a la Comisaría de Ibiza, que se encuentra sin aire acondicionado desde hace meses y no hay previsión de que la situación mejore, ya que desde Madrid no han renovado el contrato de mantenimiento.
Tener el gobierno parado por los caprichos a la hora de repartir los sillones entre PSOE y Podemos no puede afectar a la situación laboral de los funcionarios y a la atención al público de los ciudadanos. Una persona que acuda a la comisaría a renovar su documentación, poner una denuncia o, simplemente, a descargarse un certificado va a sufrir un calor insoportable. ‘Afortunadamente’, el calvario durará el tiempo que tarde en realizar el trámite, pero ¿se imaginan trabajar durante todo el verano en situaciones de calor con más de 30 grados en la oficina? Esta es la situación que se encuentran todos los funcionarios de la comisaría de Ibiza.
Lo hilarante del asunto llega con la solución que le han ofrecido a la comisaría ibicenca, que ha consistido en un puñado de ventiladores llegados desde Palma. Imagino que cuando se estropee el aire acondicionado en el despacho del señor ministro Fernando Grande-Marlaska apliquen la misma medida y así contribuir de manera activa a evitar el calentamiento global.
Lo peor de todo es que esta esperpéntica situación no es puntual: todas las administraciones dependientes del Estado en nuestra isla están sufriendo la dejadez del Gobierno desde hace muchísimos años. Sólo hay que pasar por cualquiera de ellas y preguntarles a los trabajadores para que las ganas de llorar sean incontrolables.
Las soluciones ofrecidas por parte de la Dirección Insular en Ibiza, la Delegación del Gobierno en Palma o, incluso, desde el Gobierno central han sido siempre la misma, animando a los funcionarios a que se las apañen como puedan. Además de demostrar la incapacidad y la ineptitud para la gestión pública, constituye una falta de respeto mayúscula hacia el ciudadano. Mucho me temo que, si se acaba llegando al esperado acuerdo de ‘sillones’ entre PSOE y Unidas Podemos, la situación no cambiará y seguirán arrojando a nuestros funcionarios por la ventana.
Por Roberto Algaba, Director Insular de Transportes y concejal de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de Ibiza.