Visitar Ibiza en diciembre es un auténtico placer. Aunque haya pocos sitios abiertos y las posibilidades de ocio y esparcimiento sean limitadas, tomarse un tiempo para pasear por los pueblos de Ibiza, contemplar tranquilamente las espléndidas iglesias, apreciar la arquitectura tradicional o tomarse un vermut en una terraza, es un auténtico goce para cualquier persona. Lástima que haya tantos lugares bellísimos y con encanto que muchos residentes no han visitado nunca; o excepcionalmente acompañando a algún amigo o familiar que viene a pasar unos días de descanso, aprovechando la temporada baja.
Ibiza en invierno es magnífica y desaparecen casi todos los inconvenientes que acarrea la llegada masiva de turistas de todas partes del mundo. De repente, apenas hay que hacer colas, no hay atascos ni grandes dificultades para aparcar, e incluso el transporte público parece adecuado al escaso número de viajeros que optan por usarlo. Aunque eso es sólo en apariencia, porque continúa siendo muy malo, viejo, con pocas frecuencias y, además, caro. El Consell d’Eivissa debe ponerse las pilas para resolver de una vez por todas este asunto, algo que puede suceder a finales del 2024, según ha anunciado el presidente Vicent Marí en su mensaje de Navidad. Yo, hasta que no lo vea, no me lo creo.
Pero retomando el asunto que nos ocupa, hay lugares preciosos que ningún residente en Ibiza debería dejar de contemplar, preferiblemente en temporada baja. Uno de ellos, abierto todo el año, es la Cova de Can Marçà, en el Port de Sant Miquel. En las profundidades de la isla, uno toma conciencia de lo poca cosa que somos. Nos creemos muy importantes y que el momento presente es lo único a tener en cuenta, pero nada más lejos de la realidad. Los 70 u 80 años que estamos en este mundo son una gota de agua en el mar, algo que nos recuerdan las formaciones calcáreas que se han desarrollado lentamente en las entrañas de una gruta con más de 100.000 años de existencia. Pese a ser un tesoro de valor incalculable, también es un lugar desconocido para muchos residentes, algo muy lamentable. Y hay tantos lugares bellísimos y especiales en Ibiza, insuficientemente valorados por quienes aquí viven, justamente porque los tenemos tan a mano, que animo a todos a que los visiten y los conozcan. Merece la pena.
Aprovecho la oportunidad que me brinda cada semana Noudiari para felicitarles el año nuevo. A todos los que leen mis Cavilaciones, feliz año 2024. Molts d’anys i bons!