Ibiza ha estado enamorada durante años de un tipo que la trata fatal. Un maltratador de libro, un tipo chutado de hormonas y con cadena de oro sobre el pecho, que siempre ha querido cambiar su personalidad y, en cierto modo, lo ha conseguido. Que la ha enterrado en montañas de droga, que la ha prostituido y que le ha ofrecido una vida de cartón piedra altamente instagrameable, altamente vacía.
Hubo una ruptura que algunos creímos definitiva. Pero no lo ha sido. Como tantas parejas reales que no soportaron el confinamiento, el virus y la apatía, terminaron por romper. Pero no porque se acabara el amor, no, rompieron porque no había otra cosa que hacer. Una parte de Ibiza sigue enamorada de ese tipejo que no hace más que hacerle daño. Así, que después de estar on a break durante la epidemia, en cuanto ha podido, el ex ha vuelto a la carga.
Ya se van notando sus efectos en las fiestas en villas que acaban en tiroteos y poniendo a Ibiza en titulares de todo el mundo, en aviones con pasajeras enloquecidas, en las furgos negras que esconden nada bueno tras sus cristales tintados … Poco a poco esta pareja está volviendo a lo mismo, porque parte de esta isla quiere volver a lo mismo, a la apuesta segura, que suele ser lo fácil. Como cantaba Amy Winehouse: You went back to what you knew.
Nosotras, sus amigas, le decimos horrorizadas: ¡Déjale ya! ¡Búscate un novio como el de Menorca, guapísimo, ecologista, tranquilo! y ella nos mira con sus ojos de Tanit retocados a lo Bella Hadid mientras sorbe un trago de su mojito y nos responde: aburrido.
Le decimos que seguro que hay algo intermedio, un chico con un punto salvaje pero que la respete y nos responde: sí, claro, espera que me abro un perfil en Tinder para encontrar al hombre de mi vida.
No hay nada que hacer, está volviendo con él. Lo vemos cada día y antes o después estará hasta el cuello de la misma porquería que estaba en el verano de 2019. Si una epidemia no ha podido con este amor tóxico creemos que ya nada podrá acabar con él. Pero estaremos ahí cuando todo se hunda, Ibiza, porque somos tus amigas.
Triste verdad
Gracias Laura por decir bien claro lo que muchos pensamos. ¡ Alro y claro!
¿Tiene en cuenta que en Menorca son más de 50.000 residentes menos?
Igual a Ibiza le sobran 50.000 personas. Viendo lo que hay, lo que tienen alli ( y como!), y las hordas de tarados de todo nivel económico que atraemos… Queremos tanto? Para que? para vivir enganchados a trabajar y así poder pagar todo al doble de lo que vale? Para que se pueda seguir construyendo sin parar en toda la isla, no para cubrir las necesidades habitacionales ,sino como negocio infinito sobre un espacio finito?
Esta isla repleta de VIVIDORES y de COBARDES.
A los vividores los conocemos, son estos que salen en prensa y TEF para decir lo que haga falta para que no les cierren su cantera, la que devasta el territorio.
A los cobardes no los conocemos, éstos se esconden, callan, aceptan, y después de la fiesta limpian sin pensar en el futuro que les espera a sus hijos en una isla que ni las playas, ni los caminos/carreteras, ni el campo! serán suyos.
EIVISSENCS, COBARDES.!!!
Una isla llena de chupópteros y gentuza, piratas de todo tipo, a meter sablazos a los turistas, MAFIOSOS, a hacer la temporada en cuatro días, da igual si revientan la isla , al ser gente sin arraigo se van a hacer lo mismo a otro sitio.
Un residente no puede vivir en esta Isla, un joven no puede comprarse una vivienda, no puedes ir a un kiosco en la playa a tomarte una paellita, , ahora se llaman beach club y tienen menus de ricos y en vez de oir el sonido del mar solo oyes musica a todo volumen de DJ de turno.
Pero digo, donde están nuestras autoridades, nuestras leyes , nuestros políticos para frenar todo esto?
Bravo Laura!!!!