Por José Luis Torres
No hay nada más perverso que la ideología de género. Esta recurre, para imponerse, como lo han hecho antes que ella todas las ideologías totalitarias, a la coacción. No solo mediante el adoctrinamiento en los centros escolares, sino que sus tentáculos alcanzan las relaciones privadas y, como no, la persecución de todos aquellos que no estén de acuerdo con ella. Por cierto, yo no estoy de acuerdo.
Y no estoy diciendo que tenga algo en contra del feminismo que, con sus luces y aciertos, pretenden algo que, en principio, es justo, como lograr la igualdad de la mujer con el varón en la vida social superando prejuicios históricos (aún quedan cosas por hacer), que habían llevado a excluir a la mujer de la cultura, de la vida profesional y de la económica. Si bien hay que dejar muy claro que la ideología de género es algo muy diferente, aunque la realidad es que ha surgido del movimiento feminista.
Quienes promueven esta idea totalitaria lo hacen envueltos en un halo de buenismo: que si la lucha contra la violencia, contra la discriminación… Esa es una de sus bazas más importantes. Lo que está permitiendo, que tenga un fuerte avance, no solo en lo político, también en lo social, ya que a día de hoy esta ideología no se la identifica o no se la quiere identificar como lo que realmente es, una ideología fanatizada. Y lo peor de todo es que como en otros muchos casos similares están enganchados a la teta de los presupuestos públicos, y a través de nuestros impuestos hacernos comulgar con ruedas de molino.
Aquellos que nos oponemos a esta ideología desnaturalizada seremos despreciados. No importa. Lo que realmente importa es que se sepa que a través de esta ideología no solo pretenden hacer un lavado de cerebro a nuestros hijos, sino a una buena parte de la sociedad (a la que ya tienen bajo su influencia). Y no se te ocurra protestar contra tamaño despropósito o dejar claro que estas en contra de esta confabulación, porque tendrás que enfrentarte a calificativos, como mínimo, de fascista, por cierto, muy actual, o como homófobo.
Que no nos engañen, lo que realmente subyace detrás de este propósito es la destrucción de la familia, ya que según estos personajes esclaviza a la mujer y condiciona socialmente a los hijos. Para poder llevar a buen puerto su plan maquiavélico, son conscientes de que es inevitable acabar con la diferencia entre hombre y mujer, esto es fundamental para poder acabar con el matrimonio y la familia configuradas tradicionalmente, ya que se trata de estructuras de opresión de la mujer.
Para esta ideología no debe haber deferencia entre el matrimonio de un hombre y una mujer, con el de dos hombres o el de dos mujeres. Dios vio que no era bueno que el hombre estuviera solo y le hizo ayuda idónea, Eva (Génesis 2:18-23). No le hizo a Pepe ni a Juan, hizo a Eva. Ese es el concepto de matrimonio y de familia desde el principio de la creación. Todo lo demás son puras especulaciones y cantos de sirenos. Perdón, quería decir de sirenas.
Si algo tiene que tener muy claro esta sociedad es que la familia es el núcleo natural y fundamental de la misma, y en buena lid tiene que tener todo el derecho a la protección, no solo por parte de esta sociedad, también por parte del Estado (cosa que cada vez dudo más). Estoy convencido que hay una buena parte de esta sociedad que está en contra de esta ideología.
Otra de sus muchas facetas (o caretas) es que están tratando de eliminar del vocabulario, palabras como: «esposa», «marido», «madre», «padre». Alguien se preguntará el porqué de esta sin razón y la respuesta es simple: se trata de un ataque directo a linea de flotación de esta sociedad, es decir, a los valores de la familia, el matrimonio, masculinidad y femineidad. Quieren hacernos creer que estos valores son estereotipos de géneros anticuados y patriarcales que en el siglo XXI no tienen cabida ni razón de ser. No caigamos en sus mentiras, el origen de la familia es tan antiguo como la vida misma, y se remonta a los primeros actos de la Creación de Dios. Sí, ya lo sé, soy un carca religioso.
Una de las frases favoritas dentro de este ideario fue citada por Judith Butler: “Se puede ser mujer con un cuerpo de hombre o con un cuerpo femenino y se puede ser hombre con un cuerpo de mujer o con un cuerpo masculino: es indiferente porque cada uno se construye su orientación afectivo-sexual sin que haya ninguna base natural ni ética previa”. ¿En serio? Por mucho que se repita esta frase, cual mantra, nunca será verdad. Porque una mujer aunque se “implante” órganos sexuales de hombre, seguirá siendo mujer. Eso sí, con un mogollón de hormonas masculinas. Y un hombre que se “implante” órganos sexuales femeninos, seguirá siendo un hombre.
Otro de sus muchos desvaríos es incluir como parte de su agenda un “estilo de vida». Lo que realmente están promoviendo es la homosexualidad, el lesbianismo, así como toda otra forma de sexualidad fuera del matrimonio. Hasta tal punto que otra de sus perlas es hacernos creer que existen cinco sexos, que los géneros masculino y femenino deben ser abolidos. Para no hablar de hombre y mujer, sino de «mujeres heterosexuales, mujeres homosexuales, hombres heterosexuales, hombres homosexuales y bisexuales». Este desvarío neurona choca frontalmente con todas las pruebas científicas existentes, según las cuales, les guste o no, deja muy claro que sólo hay DOS opciones desde el punto de vista genético, hombre o mujer, fuera de esta absoluta verdad, no hay nada que pueda acreditar los otros tres “sexos”.
Frente a esta imposición ideológica, los creyentes presentamos la verdad, la del matrimonio entre un hombre y una mujer, que fueron creados a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26-27).
colosenses 2:8 dice: «Tengan cuidado: no se dejen llevar por quienes los quieren engañar con teorías y argumentos falsos, pues ellos no se apoyan en Cristo, sino en las tradiciones de los hombres y en los poderes que dominan este mundo.» La ideología de género es un apoyo encubierto a la depravación y degeneración humana porque se revelan en contra del orden constituído por Dios para el funcionamiento de la familia y el hogar : efesios 5:22-24 «Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. 23 Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo El mismo el Salvador del cuerpo. 24 Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo.»
Mare meva!!! D´aixó s´en diu integrisme religiós