Eduardo Inda celebraba esto en el plató de Ana Rosa en Mediaset: Podemos ya ha desaparecido, Podemos ya es una reliquia afortunadamente para las libertades, para la democracia y el sentido común y es que la Señora Díaz tiene otras formas, tiene otro talante, que no genera rechazo; la señora Montero, el señor Iglesias y el señor Echenique sí que generan un rechazo social importante.
Lo que sí es cierto es que a la «Vetada” ministra de Igualdad, Irene Montero, no se le puede negar la valentía. Como tampoco se puede negar que la máquina administrativa de los poderes fácticos de este país, véase los de Génova y ahora también los de Abascal, han sabido aprovechar el tirón “Feminista” usándolo cual instrumento para generar un calor emocional en ciertos sectores de la población. La apisonadora de la ultraderecha ha aplastado a Montero sin pestañear y, prueba de ello, eran sus gritos casi de auxilio en el Congreso: “Fascistas, panda de fachas”.
Cabe aquí el interrogante de esa manifiesta jugada calculada de aquellos actores que se conocen bien el pulso de este país y aquellos otros que se jactan de dialéctica intelectual pero carecen de experiencia, dado el resultado.
Quizás ya le toca a la izquierda española madurar.
Existe la clara evidencia de ese movimiento anti feminista que se articula a través de una organización neo conservadora y de populistas de derechas y que se ha dedicado a inundar las redes sociales y los medios de comunicación. La extrema derecha ha sabido jugar bien su baza y ha convertido el anti feminismo en su bandera política. Con este mensaje ha conseguido simpatizantes en gran parte de la población. Este movimiento anti feminista se fundamenta en lo “tradicional”, como el que abandera PP y Vox en España, que niegan que exista violencia machista y consideran que se criminaliza al hombre y se victimiza a la mujer al hablar de la violencia de género. Además se autodefinen como defensores de la familia tradicional y los valores tradicionales y se agrupan en redes neo conservadoras.
Esto se une al movimiento religioso de la nueva derecha cristiana que va en contra de las políticas de igualdad, abogando por la moral y por la defensa de la familia cristiana. Es decir, la suma de los catetos, los religiosos y los seculares, nos da como resultado una hipotenusa que defiende los valores tradicionales y el macho alfa por excelencia.
Hay un estudio reciente del Centro Reina Sofía sobre adolescencia y juventud que constata un claro retroceso de las ideas igualitarias, la negación de la violencia machista y la brecha entre chicos y chicas. Las encuestas muestran que la mayoría de los jóvenes creen que las mujeres se han pasado en su discurso feminista. La misoginia digital a través de hashtags en Twitter, creación de memes, o desde el mismo inocente TikTok e Instagram con millones de reproducciones se jactan de ridiculizar los argumentos del feminismo y banalizar la violencia de género. El truco está en viralizar mensajes de fácil consumo, superficiales y que no fomentan debate alguno. Además de usar a personajes de influencia en televisión y prensa para que promuevan ese discurso anti feminista.
Nos queda claro que Sumar se lleva a los votantes de Podemos, pero lo que no nos queda claro es: ¿Realmente la señora Díaz va a corresponder a ese ejercicio de izquierdas de la manera valiente en que lo ha hecho la ministra de Igualdad, Irene Montero?
Al poder en este país no se le puede manejar, lo que sí se puede es sorprender.