El senador por Ibiza y Formentera, Juanjo Ferrer, ha optado por el camino más sencillo: la demagogia. Consciente de la imposibilidad de sacar adelante sus propuestas en un Senado donde su grupo político está en franca minoría, ha decidido centrar su discurso en ataques al Partido Popular.
La representación en el Senado de Ibiza y Formentera está en manos de un grupo político que apenas tiene peso en la cámara alta. Las propuestas que formula Ferrer a menudo son iniciativas populistas que no tienen ninguna posibilidad de prosperar, pues carecen del respaldo necesario. Pero, en lugar de aceptar esta realidad y trabajar en soluciones que realmente beneficien a los ciudadanos, el senador ha optado por una estrategia más fácil: la crítica vacía y constante hacia el PP, el grupo mayoritario.
El último episodio de esta demagogia tuvo lugar cuando Juanjo Ferrer propuso que los habitantes de Baleares tengan prioridad a la hora de comprar viviendas en las Islas. ¿De qué modo pretende el senador Ferrer que se priorice a unos compradores frente a otros, por razón del lugar de nacimiento? Aunque no lo parezca, Ferrer es jurista y sabe de leyes. ¿No ve que su propuesta comporta una discriminación intrínseca por razón de residencia? Además, todo el mundo es libre de comprar y vender según le convenga, sin que la Administración pueda intervenir, como norma general; y aún menos para establecer discriminaciones.
Al margen de esto, las ocurrencias, que no propuestas, de Ferrer, no están alineadas con las prioridades políticas de la mayoría, y ni siquiera cuentan con un mínimo consenso. Pero, en lugar de reconocer la inviabilidad de sus planteamientos, el senador lanzó una retahíla de acusaciones sin fundamento, intentando presentar al PP como el enemigo de los ciudadanos de las Pitiusas, gente perversa que está al servicio de los ricos. Un planteamiento propio de Venezuela, no de una izquierda sensata y razonable.
Cuando un político sabe que sus ideas no tienen respaldo mayoritario para salir adelante, existen dos caminos: el trabajo serio y la negociación, o el populismo bananero. El senador Ferrer ha optado claramente por lo segundo. En lugar de optar por un diálogo constructivo o buscar alianzas que permitan avanzar en políticas beneficiosas para los habitantes de las Pitiusas, prefiere el discurso facilón y radical.
Este tipo de comportamiento no es nuevo. Los políticos que saben que su margen de maniobra es nulo, suelen refugiarse en la demagogia para mantener el apoyo de sus votantes. Pero a largo plazo el electorado percibe estas estrategias como estériles, porque, al final, la política se mide en resultados, no en discursos.
No cabe duda de que la minoría política a la que pertenece el senador de Ibiza y Formentera le deja en una situación de nula influencia. Trata de compensar su irrelevancia con la permanente acusación a los ‘populares’, una estrategia burda y estéril.
La política del enfrentamiento constante y la demagogia tiene un límite. Los ciudadanos de Ibiza y Formentera no se benefician de las acusaciones vacías, sino de políticas reales que mejoren su calidad de vida. En vez de dedicarse a la confrontación, el senador Ferrer debería estar buscando acuerdos que, aunque modestos, puedan generar cambios tangibles.
El PP no tiene la culpa de que su grupo político esté en minoría en el Senado. Lo que sí es cierto es que mientras el senador siga apostando por la crítica sin soluciones, su impacto en la vida de los ibicencos será nulo. Y, al final del día, lo que importa en política es lo que se consigue, no lo que se dice desde la tribuna, con abundancia de teatralidad y cero resultados.
Bueno, cada uno en su escala, pero eso es básicamente a lo que se dedican todos los políticos.
Si no fuese así, si realmente trabajasen constructivamente para el beneficio de los ciudadanos, España sería un cohete económico y social a tenor de la cantidad de políticos que tiene.
En cambio somos un país mediocre en la cada vez mas irrelevante Europa.
sr perpinya cambie el chip y deje a venezuela en paz , estos son asuntos domesticos … relativice
Y, al final del día, lo que importa en política es lo que se consigue, no lo que se dice desde la tribuna, con abundancia de teatralidad y cero resultados. tampoco lo que dicen en la prensa nuestros gobernantes insulares , solo saben brindar al sol…amigo
Venezuela? No querrá decir SUIZA? «La Ley Koller regula la adquisición de bienes raíces por no residentes. Esta ley limita la compra de propiedades residenciales por parte de extranjeros y se aplica de manera estricta. Ciertas regiones, especialmente las zonas turísticas como Zúrich, Ginebra y estaciones de esquí, tienen restricciones y cuotas adicionales sobre la propiedad extranjera. Los extranjeros también están generalmente restringidos a la compra de propiedades que no superen los 1,000 metros cuadrados de terreno.»