Ha hecho falta una crisis mundial y sus terribles consecuencias para darnos cuenta de que en este país no existe una democracia real, que la Constitución que nos rige a todos los españoles es una gran mentira, y que el interés general se convierte en el interés de unos pocos, los de siempre, los que han mandado y mandan desde que el mundo es mundo.
La Carta Magna, que este 6 de diciembre cumplió 35 años, pudo ser un gran logro en 1978, eso no se discute. Este país venía de una travesía por el desierto de casi cuatro décadas y tenía una tremenda sed de derechos y libertades. En esa situación, nos daba igual ocho que ochocientos, lo único que queríamos era democracia, al precio que fuera. El problema es que nos dieron gato por liebre y nos vendieron un Seiscientos como si fuera un Ferrari. Durante un tiempo nos creímos la mentira, pero poco a poco se ha descubierto el tinglado.
Hemos visto que no todos somos iguales ante la ley. Un banquero, un político o un duque pueden robar casi impunemente, que no pisarán la cárcel, salvo por accidente. No es lo mismo nacer en Andalucía que en Catalunya, por ejemplo. Los españoles son mayores de edad a los 18 años. Entonces, ¿por qué nos tratan siempre como a niños, por no decir como a imbéciles?…
No tenemos derecho a una vivienda digna y adecuada. Si la tienes, te desahucio y se la queda el banco, que la necesita más que tú. Tenemos derecho a la justicia, la educación y la sanidad, pero los más pudientes tienen más derechos que tú, faltaría más. Tú vete a la pública, que es para los pobres. Se reconoce el derecho a la protección de la salud, pero si eres extranjero y sin papeles… lo llevas crudo. Haber nacido español.
Los partidos políticos son la manifestación de la voluntad popular. No, sólo la de sus votantes. ¿Dividir los poderes ejecutivo, legislativo y judicial? ¿Para qué? Si de esta forma se trinca más ¿Quieres tener el derecho a la negociación colectiva laboral? Fácil, te hacemos un ERE y a correr. ¿Huelga y protesta pacífica? De eso nada, que estás más bonito callado y sin abrir la boca. ¿Más prestaciones sociales y por desempleo? Ya lo dijo en el Congreso la diputada del PP Andrea Fabra, que es una hija de… Fabra. Que se jodan ¿Derecho al trabajo? ¿Y a una remuneración suficiente? ¿Tú estás loco o es que vives en otro planeta? En cuatro palabras: seis millones de parados.
Seguimos con un chiste. Va uno de Lepe y dice “los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa, en el marco de una política de estabilidad económica. De manera especial realizarán una política orientada al pleno empleo” (artículo 40). Fin de la cita. ¿Qué dices? ¿Qué también se garantiza mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad? Ese chiste también es bueno…
Eso sí, ni hablar del peluquín con que determinada región pida el derecho a decidir si quiere o no la independencia. Lo dice el artículo 2 y ya se sabe, la Constitución es sagrada e inviolable y se cumple al pie de la letra. Lo que señale el artículo anterior, eso de que la soberanía nacional reside en el pueblo, del que emanan los poderes del Estado, no hay que tenerlo en cuenta. Era otra broma. Me perdonarán entonces si el pasado viernes, en el Día de la Constitución, no tenía nada que celebrar.
En definitiva, va a ser que no vivimos en una democracia. Lo nuestro más bien es una timocracia, en su doble sentido: es un timo y aquí sólo gobiernan los poderosos. Y si no te gusta, te aguantas o emigras del país, que al fin y al cabo eres un antisistema y un muerto de hambre. Jó-de-te.
Grande!!!
Grande!!!