@Bianca Sánchez-Gutiérrez / Pese a lo decepcionante y/o sorprendente que pueda resultar el título de este artículo a quienes piensen como Inés Arrimadas o como el Partido Popular en general, solo hay una cosa cierta de la huelga del 8 de marzo: ésta debe ser, sobre todo, política.
En estos días previos estamos asistiendo a un escenario mediático infoxicado con todo tipo de publicaciones que reproducen las opiniones de unas y otros acerca de lo que se debería hacer el 8-M. Inés Arrimadas ya anunció que Ciudadanos no iba a apoyar la huelga feminista porque estaba politizada y sostenía argumentos en contra del capitalismo, lo que demuestra que para el partido del “extremo centro”, supuestamente socialdemócrata y liberal está por delante perpetuar el sistema económico neoliberal que explota a mujeres en todo el mundo antes que garantizar los derechos de las mismas, prueba de ello es que, entre sus planes, está regular los vientres de alquiler.
El Partido Popular, por otra parte, tampoco se hizo de rogar. La ministra Isabel García Tejerina opinó que era mejor que las mujeres, en lugar de huelga general, hiciéramos una huelga ‘a la japonesa’, una técnica de presión laboral que consiste en trabajar más de lo estipulado por contrato. Como si las mujeres no hiciéramos eso ya en nuestros hogares, lo que también conocemos como el ‘trabajo doméstico’ y de los cuidados, y que no revierte en ningún beneficio económico o de cotizaciones en la seguridad social. Rafael Hernando, Portavoz del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, advirtió esta semana que las mujeres no estamos “para perder parte del salario con estas cosas”, eliminando así radicalmente el legítimo derecho a la huelga de los ciudadanos, pero -sobre todo- de las ciudadanas que están preocupadas por “cosas”. Y mientras tanto internet se llena de artículos que explican a los hombres qué deben hacer ese día para apoyar (o no) la huelga, porque ni siquiera son capaces de quedarse atrás y ceder el protagonismo un solo día al año a quien debe tenerlo.
Quien todavía piense que el 8-M debería no politizarse, es que no entiende en qué medida la unión del patriarcado y del capitalismo azota a las mujeres. El feminismo es un movimiento social, cultural, político y colectivista, por lo que no podemos desvincularlo de las ideologías, sino todo lo contrario. Solamente a través de la política, regulando leyes que garanticen los derechos de las ciudadanas, se podrá alcanzar la igualdad y la justicia social que todo estado democrático debería buscar. Así, yo les lanzo, lectores y lectoras, algunas preguntas: ¿qué tipo de huelga quieren ustedes que las mujeres hagamos si ésta no es política? ¿cómo pretenden ustedes que acabemos con la brecha salarial si no es exigiendo a la política que legisle para equiparar salarios? ¿cómo vamos a romper el techo de cristal si no es regulando el mercado laboral para que las mujeres no quedemos en puestos intermedios y alcancemos lugares de toma de decisiones igual que nuestros compañeros? ¿cómo vamos a parar las violencias machistas si no es exigiendo al gobierno que dote de una vez de presupuesto al Pacto de Estado contra la Violencia de Género aprobado en 2017? ¿cómo vamos a materializar la tan deseada conciliación laboral y familiar si no es aprobando leyes que faciliten a las mujeres trabajadoras poder hacerse cargo de sus familiares sin que por ello peligre su puesto de trabajo? ¿cómo paramos la feminización de la pobreza si no es a través de políticas públicas de empleo? ¿cómo vamos a crear conciencia de que hombres y mujeres somos iguales si permitimos que se regule la prostitución y el Estado se convierta en el proxeneta de las mujeres prostituidas, para mayor gloria de los puteros? Si todo ello no necesita de la política, díganme ustedes entonces cómo lo hacemos.
Últimamente en todos los bares a los que voy veo muchas camareras, que han ido sustituyendo a camareros varones.
Según parece, ellas se quejan menos, no discuten con los clientes y son más eficaces.
Pero también parece ser las contratan por el poder de atracción que despiertan entre la clientela masculina.
Y ante este hecho yo me pregunto: es una victoria del feminismo que haya tantas camareras o es otro hecho provocado por el machismo de la sociedad?
Buena pregunta.
A ver, yo trabajo, tengo niños y también hago tareas del hogar, no estoy tirado en el sofá. ¿Debo hacer huelga yo también?. No es un tema de genero.
¿Crees que las mujeres hacemos la huelga del 8 de marzo porque trabajamos, tenemos niños y hacemos tareas del hogar? Lo que yo creo es que no has entendido nada.