Entre nosotros existen personas racistas, xenófobas, homófobas, machistas, violentas y cobardes. Algunos los ubican en una determinada ideología, y quizás tengan razón, pero tengo para mí que los hay por todo, que votan a derecha e izquierda, si es que votan, porque recordemos que algo menos de la mitad de la población no se molesta en hacerlo.
Sucede que hasta hace algunos años, la gente que desprecia los Derechos Humanos y que se considera superior a otros seres semejantes a ellos, ya no se limita a soltar sus barbaridades en su casa o en la barra del bar. Ahora tienen las redes sociales a su alcance, singularmente Twitter, o como demonios se llame ahora ese estercolero que compró el magnate Elon Musk.
Lo más grave de todo es que lo hacen desde el anonimato más despreciable, como corresponde a cobardes incapaces de defender públicamente sus abominables ideas netamente fascistas. Crecidos en la impunidad, no se cortan un pelo en lanzar mentiras, en manipular, en difamar y, en suma, en delinquir sin el menor pudor, pues nadie puede saber a ciencia cierta la identidad de quienes así se comportan.
Algunos somos tan tontos de tener perfiles con nombre y apellidos, pero somos los menos. Eso nos obliga a cierta prudencia a la hora de escribir, pues un desliz nos puede llevar a los tribunales o a que un notario recoja firmas en Change.org para que cambies tu opinión sobre un asunto determinado, algo absurdo y un tanto esperpéntico. Pero si escribes con seudónimo en la red social X, los filtros desaparecen y sueltas la primera barrabasada que se te pasa por la cabeza.
Y así tenemos a cobardes afirmando malévolamente que el autor del homicidio a un chaval de 10 años en Toledo es musulmán, por pura islamofobia, porque últimamente se les ha antojado que la culpa de todos los males es de los pobres africanos que llegan en patera a centenares cada día. Por supuesto, era mentira, pero qué más da. Se trata de verter mierda y de empantanar el debate público.
¿Ustedes creen que si para abrir un perfil de Tiktok, Instagram, X o Facebook hubiera que facilitar el DNI o pasaporte, hacerse una foto y verificar la identidad, como hay que hacer en muchos trámites administrativos o bancarios, habría desaprensivos usando las redes para pedir fotos íntimas a menores, embaucándoles con no sé qué argumentos?
El anonimato en las redes sociales es una auténtica barbaridad a la que hay que poner fin. Mientras eso no suceda, habrá desgraciados que seguirán arrojando veneno sobre la convivencia pacífica. Impunemente, como hasta ahora.
TE DOY LA RAZON