En Ibiza hemos adoptado la hipócrita costumbre de permitir a los mayores tunantes que pululan entre nosotros, los mismos que atentan contra el medio ambiente, la convivencia o directamente contra las ordenanzas, el blanqueo de sus conductas mediante el patrocinio de iniciativas de sostenibilidad, deportivas, humanitarias, etcétera. Utilizan unas migajas del pastizal que obtienen con sus negocios a costa de exprimir el territorio ibicenco hasta más allá de los límites razonables, para vincularse a proyectos emblemáticos y positivos para fagocitar su buen nombre y el prestigio de quienes los impulsan. Así lavan sus atropellos, pensando que los ibicencos tenemos la memoria de los peces.
Vivimos en una sociedad sobrada de cinismo, que tolera estas contradicciones sin despeinarse ni avergonzarse. Sin embargo, esta transigencia con el que abusa y luego trata de enjalbegar su imagen a golpe de talonario, tiene consecuencias. La más importante, recurriendo a la metáfora, es que aquel que acepta pactos con el diablo acaba renunciando a su alma.
Esta reflexión viene a cuento de dos noticias que se han producido estas últimas semanas. La primera no ha trascendido a la opinión pública, quizás porque resulta tan ilustrativa de esta hipocresía que a los involucrados les ha dado vergüenza difundirla.
Si acceden a la página web de la Aliança per l’Aigua observarán que dos de sus principales asociados han desaparecido del listado de miembros y entidades colaboradoras. Se trata de dos de los colectivos ecologistas más importantes de la isla, el GEN-GOB y Amics de la Terra, tal y como consta en el acta de la reunión de febrero de la Junta Directiva de esta organización, creada para promover una gestión integrada y sostenible del agua. La Aliança per l’Aigua la conforman el Govern balear, el Consell Insular d’Eivissa, los cinco ayuntamientos ibicencos y múltiples representantes de la sociedad civil, del sector agrícola y también entidades privadas.
El GEN-GOB y Amics de la Terra se han marchado sin hacer ruido, cabe imaginar que para evitar dañar la imagen de una entidad que debe seguir trabajando por la racionalización del uso del agua en la isla. Sin embargo, merece la pena revelar las razones de su baja.
Tal y como consta en la citada acta, según han confirmado varias fuentes, las dos entidades ecologistas han renunciado a seguir en la Aliança per l’Aigua debido a que este organismo se financia con dinero procedente del Fondo de Sostenibilidad del Hotel Six Senses, situado en Portinatx, que ha generado un escándalo tras otro desde que comenzaron las obras de construcción y abrió sus puertas. Dicho establecimiento, provocó un enorme impacto visual en la punta de Portinatx, provocando gran alarma social. Luego se dedicó a tratar de construir muelles ilegales y además acabó haciendo algo aún peor, si nos atenemos a los objetivos que persigue la Aliança per l’Aigua: Six Senses tiene abierto un expediente administrativo sancionador por verter agua residual al mar.
Las dos organizaciones ecologistas justificaron internamente y por escrito su marcha aduciendo la incoherencia y contradicción que implica que empresas de dudosa trayectoria, como Six Senses y alguna otra, formen parte de la Aliança. ¿Cómo se justifica, por ejemplo, la presencia del beach club Blue Marlin, que infringe las ordenanzas con sus fiestas ruidosas en la orilla de es Jondal, en plena naturaleza, entre las entidades colaboradoras?
Se incorporan otros argumentos, como que no se tengan en cuenta los impactos que generan las desaladoras o la indiferencia del organismo hacia la necesidad de decrecer, pero el gran asunto que ha motivado la salida ha sido la presencia de Six Senses entre los patrocinadores. Imagino que la conciencia de las personas que toman las decisiones en el GEN-GOB y en Amics de la Terra no ha podido soportar tamaña contradicción, que atenta contra la misión y los valores que se le presuponen a la entidad y redunda en su descrédito.
La segunda noticia a la que aludía al principio, otro alarde de hipocresía, sí se hizo pública en los medios de comunicación. Me refiero a las quejas que el gerente de la Asociación Ocio de Ibiza, José Luis Benítez, ha lanzado sobre la carestía de los precios de la vivienda. Según dijo, sus asociados, entre los que figuran los principales beach clubs y discotecas de la isla, están perdiendo trabajadores muy buenos por esta causa.
Argumenta Benítez que sólo encuentran habitaciones para compartir y que, a pesar de ser empleados repetidores, con unos contratos muy competitivos, con buenos horarios, salario y propinas, están dejando de acudir a la isla, y achaca el problema “a la vivienda turística que se alquila ilegalmente”.
Vivienda turística ilegal hay en todas partes, Mallorca y Menorca incluidas, pero en ningún otro lugar de España, y me atreverá a decir que de Europa, los salarios “competitivos” de los trabajadores no les dan para pagarse un techo digno bajo el que vivir.
Cabe subrayar, en primer lugar, que la causa de que el precio de la vivienda se encuentre en estos niveles desorbitados es, precisamente, el turismo de lujo desaforado que impulsan los propios asociados de Ocio de Ibiza, junto con algunas cadenas hoteleras, fondos de inversión del sector inmobiliario, etcétera. Todos ellos han provocado la burbuja en la que nos hallamos inmersos y produce sonrojo que ahora se lamenten.
En segundo término, no se puede hablar de salarios “competitivos” si éstos resultan totalmente insuficientes como para cubrir el coste de una vivienda digna. Quieren clientes de superlujo, pero no están dispuestos a pagar el coste real de la vida de un trabajador en la isla para atenderlos.
Lo dicho, vivimos en una isla que profundiza, cada vez más, en un cinismo insostenible.
El tema que tracta en Xescu Prats és un problema de la justícia espanyola que malfuncioa des del 39. Per ara només m´en fio i amb algues reserves en la justicia europea. Gairebé tots els jutges s´han iniciat amb lleis franquistes, moltes injustes. A en Xescu enhorabona
De acuerdo con xescu en todo menos en ke la hipocresía perjudica a los ibicencos aquí la hipocresía y cobardía te obliga a mentir, la mayoría xe tropelías y chanchullos las inician familias ibicencas con dinero o estan implicadas, encienden la antorcha ke otros recojen para continuar con el abuso de todo tipo. Ahora hay ke tener narices para denunciarlo siendo ibicenco xke o todos están pringados o callan x interés. La isla de la hipocresía ke nació cuando llegaron los fenicios o piratas y aprendieron a sacar algo del ke llegaba luego turismo, trabajadores peninsulares, rumanos, colombianos, marroquíes y así hasta ahora. Mafia y piratería más ke hipocresía y te aseguro ke la medalla se la llevan cuatro familias iibicencas, los demás son aprendices.
Déjame adivinar, te refieres a los Ferrer, los Torres, los Cardona y los Marí.
La isla de la hipocresía no sería tal de no ser por la hipocresía de los «poderosos» locales, q con su ansia de más dinero la han llevado a donde está hoy, apoyados por otros hipócritas locales, cegados por los millones, q consiguen impunidad para q sus clientes construyan mansiones con piscinas y lagos q se llevan miles de camiones de agua potable, reformen sin licencia rni respeto alguno casas payesas centenarias, y con eso y mas revienten la economia local conviertiendo chiringuitos populares en beach clubs con precios insultantes, hoteles d turismo familiar en «luxury» de postín..
Es tal el nivel de corrupción e hipocresia q hasta la mayoria de propietarios se han apuntado, casa q hace 10 años costaba 700€ al mes ahora cuesta 3500€.
Y los gobernantes? Por qué no paran el mercado ilegal de una vez? Por qué se niegan a limitar los precios de alquiler? Xicu, la solución no es pagar más para q los trabajadores puedan alquilar, la solución es frenar esta locura. Pero viendo lo visto nuestros gobernantes y nuestros poderosos y su legión de enchufados van por otro camino, i ja fa massa temps.