Tengo una gran curiosidad por saber si la Demarcación de Costas ha respondido al alcalde de Sant Joan, cuando éste, a principios de julio, informó a dicha administración que el Hotel Six Senses, que desde sus desmesuradas plataformas de hormigón se vende a sí mismo como el summum del ecologismo y la sostenibilidad, había organizado una fiesta con enormes altavoces y abundante mobiliario en la zona de dominio público, pegada al mar.
Cuando la denuncia del alcalde se hizo pública, el hotel corrió a desmentirlo, asegurando que el evento tenía carácter puntual y se había desarrollado dentro de la parcela de dominio privado del resort. “Six Senses es escrupulosamente respetuoso con el acatamiento de sus obligaciones normativas y el respeto a la naturaleza y el entorno”, declaró un portavoz del establecimiento.
Ahora parece ser que propagar decibelios en una zona hasta ahora tranquila del norte, junto al mar, constituye una forma adecuada de respetar la naturaleza. No es que nos tomen el pelo, es que se ríen en la cara de todos los ibicencos. La versión del alcalde, en todo caso, resulta mucho más creíble porque llegó acompañada de una imagen en la que puede apreciarse que la fiesta se desarrolla sobre las mismas rocas a muy pocos metros de la orilla. En todo caso, un hotel que va de ultra ecologista y que dispone de miles de metros en terrazas, salas de eventos, jardines, etcétera, no tiene por qué organizar festivales en las rocas pegadas al agua.
El Hotel Six Senses, también llamado Xarraca Bay, constituye, según distintas organizaciones ecologistas y colectivos ciudadanos, una aberración urbanística y la obra que ha generado mayor impacto visual en los últimos años. Las fastuosas instalaciones del antiguo Club Vista Bahía, en Portinatx, de hecho, recibieron el premio Formigó 2021 de la organización ecologista GEN-GOB, “por invadir el dominio público marítimo terrestre para transformar un lugar emblemático y apreciado por la población local en un mar de cemento” y también “por su actitud hipócrita al llenarse la boca de buenas palabras cuando sus actos no hacen otra cosa que destruir territorios únicos y recursos naturales”.
En su día, toda Ibiza se llevó las manos a la cabeza por el impacto que tuvieron las obras de este hotel y, desde que se generó el escándalo, en cuanto el establecimiento abrió sus puertas, inició una intensa campaña de blanqueo, con publirreportajes en los medios nacionales y locales con los que pretenden que los ibicencos olvidemos la barbaridad que ha supuesto esta reforma hotelera. Otra cuestión en su legalidad que, aunque ha sido cuestionada por algunas organizaciones ecologistas, se ha beneficiado de una laxitud incomprensible por parte del Govern balear, que en su momento permitió crecimientos escandalosos en la volumetría de los hoteles, para dinamizar la economía a costa del paisaje.
El establecimiento de la Punta de sa Torre de Portinatx se ha aprovechado de estas especiales condiciones y ha transformado, por ejemplo, los bajos de la terraza de la piscina en las denominadas “cuevas”, que no son otra cosa que suites escandalosamente grandes, donde podrían vivir dos o tres familias, pegadas a la orilla del mar, donde antes no había nada. Todo muy sostenible.
En estos publirreportajes, los responsables del hotel se autocalifican como un alojamiento pionero y vanguardista en sus políticas ambientales, certificado con BREEAM, un sistema de construcción sostenible muy exigente y prestigioso. Se definen como “un ejemplo de rehabilitación hotelera y sostenibilidad a nivel nacional e internacional” y “un referente global por sus prácticas sostenibles”. Incluso han obtenido premios de dudoso prestigio por la sostenibilidad de la reforma, lo que demuestra que, o dichos galardones son comprados, o quienes los conceden no tienen la más remota idea de a quién benefician.
Alguna organización relacionada con el medio ambiente incluso les ha comprado esta moto averiada a cambio de financiación para sus proyectos, contribuyendo a la estrategia de blanqueo. Otros, por el contrario, se mantienen fieles a sus valores y compromiso social, y siguen denunciando la realidad del establecimiento.
La política informativa que siguen los responsables del hotel, en todo caso, sigue la máxima goebbeliana de que “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. El problema es que en esta mentira se han ido intercalando unas cuantas verdades molestas, que impiden que dicha estrategia hasta el momento les haya funcionado. Entre ellas, la fiesta denunciada por el alcalde a Costas, la pasarela/muelle sin autorización que quisieron instalar el verano pasado, taladrando las rocas de la orilla que tiene a los pies, o el famoso vídeo del actor Paco León, que promocionó el hotel arrancando una estrella de mar de los fondos situados frente al cabo donde se asienta.
Hasta ahora, Sant Joan era el único municipio de la isla que permanecía a salvo de esta Ibiza de cartón piedra, donde la superficialidad, el cinismo, la ‘estafa’ al turista y el lujo vacuo, imperan y se expanden como un tumor maligno. La propagación de este modelo turístico, por cierto, es paralela a la de las serpientes; nada está a salvo.
Sant Joan, hoy por hoy, aún constituye un territorio que mantiene el sabor de la Ibiza rural y apacible, donde todo tipo de gente se encuentra y se mezcla, generando esa atmósfera insólita que siempre nos ha caracterizado, libre de catenarias que separen y etiqueten en función del bolsillo de cada uno. Six Senses, sin embargo, puede ser la manzana podrida que acabe arruinando el cesto.
Cuanta verdad, gracias por el escrito. Me gustaría pensar que una idea va cuajando con estos textos, que el problema no es si eres rico o no, si vienes de san Joan o Kuala Lumpur, si estas aqui de 20 generaciones o a pasar un finde… El problema es la actitud Fucker en la nueva ola de la isla, todo vale para meterla… Es penoso que en tan poco hayamos cambiado el isleño risueño, el ritmo apacible y el buen vivir a cambio del dios unico del dinero, a cambio del todo vale para lograr ese tan buscado (y mal planteado) EXITO.
Resistencia! Que se sepa que una gran parte , diria la mayoria de isleños, no quieren ver como se pudre el cesto al completo.
No sobraría mencionar q los beneficios económicos q genera este hotel, y la gran mayoría de los demás establecimientos hosteleros de «lujo» q están apareciendo en la isla no se quedan en la isla, ya q esa marca es propiedad de IHG, el mayor grupo hotelero mundial. ( cuyos accionistas mayoritarios son, casuaaaalmente entidades finacieras q son a su vez accionistas de casi todo lo q se mueve en los mercados bursátiles globales. )
De eco solo la palabra, de sostenible la etiqueta, y de esencia ibicenca los q se hayan lucrado para permitir esto.
Si eres sostenible, ecológico, si te preocupas por el entorno y la naturaleza, no necesitas repetirlo hasta la saciedad y lucir galones de dudoso origen que lo acrediten. Si eres verdadero no encabezas tu web con una mentira ‘Ibiza will be Earth’s final refuge’ porque «Nostradamus nunca lo dijo, ni lo escribió, y no ya lo de la salvación sino que la isla ni siquiera aparece nombrada en sus profecías, ni en sus almanaques, ni en las cuartetas de sus centurias. De hecho ningún medio que ha difundido esa profecía ha sido capaz de señalar siquiera de dónde se deduce una referencia a la isla», esta explicación salió en prensa pero el bulo ya es imparable.
Sí es cierto que desde el interior de este mastodonte de hormigón las vistas son espectaculares, el problema es que como en todo, lo sano es ponerse en el lugar del otro, y ese es el problema, porque para los ibicencos, por desgracia, las vistas ya han dejado de ser espectaculares y ellos son los culpables.
Y mientras tanto, Costas prefiere molestar a los chiringuitos de toda la vida como en el Puerto de Portinatx…
Otro buen artículo, muy cierto y acertado.
este senor se olvida de la cementificacion que esta pasando en playa den bossa, en jesus, en cap martinet, en cas serres, en can furnet, en botafoch, edificios de miles de pisos vendidos a precios de locura y oribles pero todos callados y porque este senor no se queja de los cruzeros que contaminan con sus emisiones todos los dias?