Diga lo que se diga, al ser humano lo que nos gusta es la juerga, la diversión, el pasar unos buenos ratos que nos hagan olvidar la rutina diaria y los problemas. Y si es con música, mejor. Pues de este tipo de diversión en Ibiza hablaremos.
Las gentes pudientes de la ciudad crearon su club de esparcimiento, en 1896, conocido como “El Neutral”, situado en un piso del puerto de Ibiza, donde llevaron a cabo durante algunos años unas veladas artísticas con baile. Las llamaron soirées íntimas, lo cual ya nos da a entender que cualquiera no podía participar en ellas. En estas veladas semanales, se llevaron a cabo recitales de canto y bailes de salón, amenizadas por los hermanos Vicente y Juan Mayans Marí, a los que se les uniría con el tiempo su hermano Enrique y su alumno Manuel Marí Seguí.
Estos mismos músicos fueron los que acompañaron, durante años, las actuaciones de los artistas de las compañías de zarzuelas y variedades que venían a Ibiza a actuar en los teatrillos de la Sociedad Artística y de la Academia del Pueblo, también situados en edificios del puerto. Ellos también crearon varias charangas de música, desde 1881, agrupaciones que sirvieron para dar conciertos y amenizar fiestas en la calle.
La población aprovechaba acontecimientos puntuales para hacer bailes modernos y verbenas, y una de las fechas que más éxito tuvo, en nuestra historia reciente, fueron los bailes de Carnaval. La primera vez que tengo noticia de estos bailes carnavalescos fue el martes de Carnaval de 1885, que se celebró un animado baile popular en la plaza del Mercado Viejo, baile que acabó a las 12 de la noche. ç
En los años siguientes siguió la misma animación en los bailes de Carnaval. En 1890, se formó una estudiantina para animar los Carnavales y sus bailes en la calle. Aquel mismo año, durante la celebración del día de los Santos Inocentes (28 de diciembre) actuó por primera vez la Charanga Ibicenca en uno de los teatrillos del puerto para amenizar, con música popular, un baile. Interpretaron el pasodoble A la pelea, la habanera Coquetuela, la mazurca Alvarita y el vals El Santañés.
Sea como sea, las primeras verbenas populares organizadas por la gente de la ciudad se iniciaron a finales del siglo XIX. El semanario Ibiza, de junio de 1892, da cuenta que “La naciente sociedad, que con el título de Eden han establecido varios jóvenes de buen humor, inauguró sus tareas recreativas con agradable no menos concurrida fiesta callejera. Sabidos son los pormenores de esta clase de fiestas. Banderas y gallardetes, farolillos de color, arcos de arrayán o yedra, uno que otro transparente con inscripciones alegóricas y abundante ración de charanga por la noche (…) La gente acude y se divierte sin gastar dinero, cosa muy recomendable”.
A finales del mes de junio de aquel año, el mismo semanario nos dice que “El Seminario acaba de organizar una fiesta en la calle de las Monjas, desde la Torreta (la actual plaza de la Catedral) hasta el Convento de las Madres Agustinas. Toda la calle engalanada de farolillos a la veneciana y banderas de España y de Ibiza. A la derecha de la calle, entrando por la plaza de la Torreta, se halla el tablado, y en el mismo la orquesta improvisada que ameniza la fiesta. Por la noche fuegos de colores”.
Sea como sea, la animación para hacer fiesta con bailes fue creciendo y, el día primero de enero de 1893, un grupo de personajes de la ciudad, encabezados per Guillermo Ramon y Joaquín Cirer, pusieron en marcha la sociedad Círculo Recreativo para animar la vida ciudadana. Aquella sociedad se instaló en los salones del bar El Dos de Mayo, situado en el puerto. Para animar a las féminas a asistir al baile de inauguración hicieron extensa propaganda y les ofrecieron regalos al “bello sexo” (sic) que asistiera.
Durante los Carnavales, esa sociedad puso en marcha otro baile de sociedad, lo que animó a otras personas a que también pusieran en marcha bailes para sus socios. Así comenzaron a crearse, en los locales de frecuentados bares o de sociedades instaladas en el puerto, clubs temporales para organizar bailes de Carnaval. Músicos de la Charanga Ibicenca de Juan Mayans Marí, se organizaron para hacer murgas por las calles, a la vez que organizaban también orquestinas para amenizar los bailes de Carnaval. El primer club temporal de bailes de Carnaval fue El Petaque, en 1895. Después vinieron La Mascarita, título de una zarzuela que se representó en Ibiza, La Violeta, La Azucena, La Nueva Mascarita, El Tulipán, La Favorita y La Amapola, entre muchas otras, hasta que, la Guerra Civil de 1936-39, acabó de golpe con estos bailes.
Los habitantes de la ciudad que provenían del campo también querían celebrar fiestas a su manera, pero no eran muy bien recibidas sus actuaciones. Así nos lo hace saber el Diario de Ibiza del 7 de junio de 1895: “Los vecinos de la calle en que está situada la iglesia del Hospital (debe ser la calle Santa Faz de Dalt Vila) son víctimas cada día de fiesta, y desde primeras horas de la tarde hasta muy avanzada la noche, del monótono son del tamboril y castañuelas (y ya se sabe qué clase de castañuelas), música a la cual parecen aficionados algunos de aquella calle. Y lo peor del caso es que, según añaden dichos vecinos, el número de tamboriles aumenta día a día, pues de uno que antes se usaba, son tres o cuatro ya los que ahora sirven para hacer tan agradable música. ¿No se compadecerá alguien de aquellos aburridos vecinos?”
Por lo que podemos ver, la zona de la Marina de la ciudad de Ibiza fue el núcleo de la diversión artística. Pero faltaba que la población tuviera también su entretenimiento. La primera vez que tenemos conocimiento que los bailes modernos son adoptados por parejas de la población es en el Diario de Ibiza, de julio de 1897, donde nos da cuenta que el día de San Cristóbal, fecha oficial del inicio de los baños en aquella época, un gentió se desplazó a Talamanca y Ses Figueres a merendar, acompañados por la charanga La Pithyusa, que había fundado a finales del siglo XIX el pianista catalán Pedro Sugrañes, músico que había venido acompañando una compañía de zarzuelas y que casó en Ibiza y se quedó a vivir aquí.
La citada charanga tocaría para amenizar la merienda e interpretar piezas bailables modernas. Instalaron en la Isla Plana un gran toldo para que la charanga estuviera cómoda, pues fue la primera vez que habría música en una merienda popular. En el momento que la charanga interpretó las piezas bailables modernas obtuvo poco éxito, pues solo se atrevieron a bailar en público seis o siete parejas encogidos por la timidez y por la falta de costumbre de bailar al aire libre delante de tanta gente. El siglo XIX iba desapareciendo y el club de bailes La Violeta tuvo la feliz idea de organizar en el teatro Pereira, recién estrenado, el que sería el primer baile de Fin de Año de nuestra historia.
A finales del mes de mayo y primeros días del mes de junio de 1906, la ciudad de Ibiza celebró la boda de su rey, Alfonso XIII, con numerosos actos y, entre ellos, una gran verbena en el paseo de Vara de Rey, donde actuó la Charanga La Armonía, de Manuel Marí Seguí, y se prendió, por primera vez en nuestra isla, una gran traca de 400 metros. En 1912, el barrio del Pueblo Nuevo (el comprendido entre las calles Montgrí y Conde del Rosellón, es decir, el surgido entre la primera y la segunda estacada), quisieron celebrar por todo lo alto las fiestas patronales de Agosto y, entre las muchas actividades llevadas a cabo, figuraron varias verbenas a cargo de una agrupación de músicos denominados Paulino y Cia. En estas mismas fiestas actuó por primera vez la rondalla La Lira de Plata, que fundó Juan Torri Marí.
Sea lo que sea, la presencia de charangas y rondallas fueron las que animaron las verbenas, especialmente con ocasión de la fiesta de la Noche de San Juan, a principios del siglo XX. El diario La Voz de Ibiza del 23 de junio de 1922, nos avisaba que habría varias verbenas repartidas entre el puerto y Vara de Rey con atracciones y juegos, cohetes voladores y tracas. Los años 1923 y 1924, con la formación de la Banda de Música del Batallón de Cazadores de Ibiza, las verbenas en Vara de Rey estuvieron mucho más animadas que los años anteriores, gracias a la música de aquella banda.
El año 1925, la banda militar se había marchado de Ibiza, pero las ansias de fiesta de la población no impidió que directivos del equipo de futbol C.D. Ibiza organizara, en el campo de Sa Palmera, una extraordinaria verbena para la noche de San Juan a beneficio de la Cruz Roja para la compra de un aparato de Rayos X. Entre las múltiples animaciones y tenderetes hubo baile popular con un organillo, una rondalla y varios gramófonos.
El año 1926, una charanga formada por diez músicos de la Banda Municipal de Música amenizaron un baile en la calle de sa Xeringa durante la noche de San Juan. Durante la noche de San Juan de 1927, las sociedades Ebusus y Juventud Ibicenca organizaron una animada verbena en Vara de Rey, amenizada por la Banda Municipal de Música, previo permiso municipal, al principio denegado. Los años 1928 y 1929, la Banda Municipal de Música amenizó nuevamente las verbenas de San Juan en el paseo de Vara de Rey.
Al año siguiente, 1930, la verbena de la noche de San Juan se trasladó al puerto a los fines de agasajar a los visitantes que habían llegado a Ibiza para participar en unas regatas internacionales. La Banda Municipal de Música amenizó la fiesta hasta altas horas de la noche. En 1931, Pedro Mas Garau, subdirector de la Banda Municipal de Música, organizó una charanga, conocida como la Charanga Mas, para amenizar una verbena en el puerto. La misma charanga amenizó la verbena de la noche de San Juan del año 1932, organizada por el dueño del Ideal Kiosco, señor Monjé, en el paseo de Vara de Rey.
El año 1933, no hubo verbena popular para la noche de San Juan, pero el Club Náutico de Ibiza organizó una para sus asociados, que resultó muy entretenida y vistosa, pues todos los barcos allí atracados estuvieron iluminados. La noche de San Juan de 1934 transcurrió animada como siempre, y los vecinos del barrio del Pueblo Nuevo organizaron una verbena con charanga en la plaza de sa Font.
El 25 de junio de 1935, el Diario de Ibiza publicó un pequeño comentario firmado por W. en el que, entre otras cosas, dice: “Se vio cuán fácilmente es organizar fiestas verbeneras, con solo alguna música de gramolas y el aliciente de los consabidos carritos de helados”. Aquel año y el siguiente, un establecimiento de la playa de Talamanca fue quien organizó las verbenas de la noche de San Juan con música de baile.
Como tantas otras cosas, las consecuencias de la guerra civil española de 1936-39 y de la Segunda Guerra Mundial dieron al traste con bailes y regocijos hasta bien entrada la década de 1940. El año 1945, la Banda Municipal de Música de Ibiza comenzó a dar sus conciertos veraniegos en el puerto. Al menos habría un aliciente más para la gente que paseaba junto al mar o se tomada un refresco en las terrazas de los muelles portuarios. Fue el 29 de junio del año 1951, festividad de San Pedro y San Pablo, que se inauguró la primera sala de fiestas de nuestra historia, la popular Mar Blau en la zona de Los Molinos. Ahí comienza otra historia de la diversión en Ibiza.
Por Juan Antonio Torres