POR JUAN ANTONIO TORRES PLANELLS
La llegada del otoño nos recuerda los viejos conciertos que nuestra antigua Banda Municipal de Música de Eivissa daba en el paseo de Vara de Rey todos los domingos y fiestas de guardar de los meses de otoño, invierno, primavera y algunas semanas del verano. Finalizadas las fiestas patronales de la ciudad, los músicos tenían derecho a un mes de vacaciones y la única música que se escucharía serían las de las orquestinas de baile. A mediados del mes de septiembre, se iniciaban otra vez los ensayos semanales y los conciertos al aire libre. Aprovechando la reciente festividad de Santa Cecilia, patrona de los músicos, recordaremos nuestros inicios musicales bandísticos.
De entrada, en Ibiza tuvimos charangas de forma intermitente, desde el año 1881 hasta el año 1923, año en que se formó la primera banda militar de nuestra historia, la del Batallón de Cazadores número 19 de Ibiza. La primera charanga que se creó en Ibiza fue la “La Artística”, en 1881, de la mano de los hermanos músicos Vicente y Juan Mayans Marí, dentro de la Sociedad Artística, que tenía su sede en un desaparecido edificio de la Plaza de la Tertulia del puerto, sociedad donde se celebraban zarzuelas y representaciones teatrales, cuyos socios eran del gremio de los artesanos. Esta primera charanga duró poco, pues en1885 ya se volvió a organizar bajo la batuta de Juan Mayans Marí. La suerte de esta charanga no fue buena, pues en 1887 se tuvo que disolver porque el edificio donde tenía su sede la sociedad fue exporpiado por el Estado para poder llevar a cabo la construcción y ampliación de los muelles del puerto. Pero los incansables hermanos músicos Mayans no desfallecieron y, una vez puesto en funcionamiento los nuevos locales de la Sociedad Artística en otro edificio del puerto, lugar donde con el tiempo se construyó el Hotel Noray, ya desaparecido, se creó una nueva charanga, que le pusieron por nombre “Charanga Ibicenca”. Pocos años después, el pianista catalán Pere Sugranyes, que había venido a Ibiza acompañando una compañía de zarzuelas y que se quedó a vivir en Ibiza después de haberse casado con una joven de la familia de joyeros Pomar, organizó la “Charanga Pithyusa”. Todas estas charangas daban conciertos en la plaza de la Constitución y en el paseo de Vara de Rey, e iban a las procesiones del Corpus de Dalt Vila y de la Marina, por lo que cobraban a los interesados en sus actuaciones. Todas ellas duraron pocos años, desapareciendo al poco tiempo.
Con el inicio del siglo XX, el ánimo para volver a organizar charangas paras entretenimiento de la población o dar brillo a determinados actos o actividades no desfalleció. El año 1904, con motivo de la construcción del monumento al general Vara de Rey y la prevista inauguración por el joven rey Alfonso XIII, el músico Vicente Mayans Marí creó nuevamente la “Charanga Ibicenca” o “Xaranga dels Mayans”. Por imprevistos, esta agrupación musical no pudo actuar en la inauguración del monumento por el Rey, el 25 de abril de 1904, pero pudo actuar en la procesión del Corpus del mes de junio y en los actos de bendición del monumento a Vara de Rey, el 2 de julio de 1904. A ese acto de bendición fue invitada la Banda Municipal de Música de Palma, que había fundado y dirigía Miguel Serra Cardona, hijo de padre mallorquín y madre ibicenca. Por la noche estaba previsto un concierto de la citada banda en el Teatro Pereira, pero ante las protestas de numeroso público por no dar el concierto en el paseo de Vara de Rey para toda la población, tuvo que ser suspendido el acto en el teatro por impedir la entrada al mismo numerosa gente. La noche siguiente, antes de su partida hacia Palma, la banda ofreció un concierto en el paseo ante el agrado del público.
Las ansias de música entre la población se hacían notar cada vez que la ocasión se presentara, pero el mantenimiento de estas agrupaciones musicales, aunque fueran reducidas, de alrededor de 10 músicos, se hacía penoso. Así y todo, un antiguo alumno de los músicos Mayans y miembro de su grupo de cámara, Manuel Marí Seguí, primo hermano de mi abuela materna, se animó a crear, el 1905, la charanga “La Armonía”, agrupación que hizo los deleites de la población como lo habían hecho las anteriores. Pero esta agrupación también duró poco tiempo, pues el primero de los músicos “Seguí” emigró a Argentina a buscar mejor vida. Sin embargo regresó a Ibiza en 1917 y ya no volvió a marcharse. Establecido nuevamente entre nosotros creo, el 1917, una charanga juvenil de la Cruz Roja, junto con el hijo del músico Juan Mayans Marí. Para comprar los instrumentos musicales se hicieron rifas y veladas benéficas en los teatros de la ciudad. Pero, nuevamente, la agrupación musical no acababa de funcionar. Un hecho hizo que se reanimara la charanga de la Cruz Roja, el inicio de la creación de una banda militar de música para nuestro Batallón de Cazadores número 19 de Ibiza.
A finales de 1922, llegó destinado a Ibiza desde Granollers, el músico mayor Feliciano Ponsa Riutort para organizar la banda del batallón, que debería tener veinte músicos. Para ocupar estas plazas se hicieron pruebas a todos aquellos músicos que quisieran participar. Pero el director Ponsa tuvo que esperar hasta el día 3 de abril de 1923 (habían pasado seis meses desde su llegada a Ibiza) para que el Ejército le mandara los instrumentos necesarios para poner en marcha la banda militar, ya que los intentos para que la Cruz Roja de Ibiza le dejara los instrumentos que tenía de su charanga, pues ya había no funcionaba, fueron inútiles. Los diarios de la época ponían de manifiesto este estado de cosas y pedían a la Cruz Roja que cedieran los instrumentos para poder organizar la banda militar. Estos escritos consiguieron un efecto contrario: se reorganizó la charanga de la Cruz Roja y comenzaron a participar en bailes y rúas de Carnaval.
El director de la futura banda militar siguió con sus propios planes, ante la negativa de la Cruz Roja a colaborar, la Banda del Batallón de Cazadores de Ibiza comenzó sus ensayos con sus propios instrumentos, llevando a cabo su primera actuación el 23 de abril de 1923 en el patio de armas del Castillo de Ibiza, cuartel de las tropas. Días después, la banda militar ofreció un concierto en el paseo de Vara de Rey para toda la población, un concierto en el Teatro Pereyra para recaudar dinero para los pobres y un concierto en la población de Santa Eulalia del Rio.
La puesta en funcionamiento de la banda militar y sus actuaciones públicas fue la puntilla para que la charanga de la Cruz Roja fuera dejando de actuar hasta su desaparición. Pero, una vez más, el infortunio musical bandístico nos siguió persiguiendo. La alegria de tener aquellas tropas y su banda de música en nuestra ciudad (su presencia conseguía beneficios económicos para los comercios de toda clase de la ciudad y para los payeses por la venta de sus productos, además de distracción a la población) acabó de golpe. A mediados de 1924 llegaron noticias que el batallón y la banda serían licenciados de Ibiza y trasladados a la península. Se hicieron protestas y presiones de todo tipo y la decisión de la marcha se paró, pero solo fue un parón estratégico para evitar aquel malestar entre la población, pues el 4 de mayo de 1925, el Batallón de Cazadores de Ibiza y su banda de música salieron de Ibiza con el vapor ‘Jorge Juan’ camino a su nuevo lugar de destino en Estella (Navarra). Pero como dice el viejo refrán: “no hay mal que por bien no venga”, pues no todos los músicos militares de aquella banda se marcharon de Ibiza, tal es el caso de Florencio Durany Grau, que durante su estancia en Ibiza hizo grandes amistades musicales y políticas y propuso al Ayuntamiento de Eivissa la creación de una banda de música municipal donde podrían intregrarse músicos de las desaparecidas charangas y los nuevos que salieran de su escuela municipal de música, agrupación musical que se presumía más segura y perdurable que todas las iniciativas privadas que se habían llevado a cabo desde 1881.
El Ayuntamiento de Eivissa estudió la propuesta de Durany antes de que se marchara con la banda de música militar y vio su viabilidad. De este modo se creó nuestra Banda Municipal de Música de Eivissa, encargando su formación y dirección a Florencio Durany. El mes de diciembre de 1925, nuestra banda municipal de música ya estaba en condiciones de llevar a cabo actuaciones públicas y el día 19 de aquel mes se presentó en sociedad. Un pasacalles se inició desde la plaza del Ayuntamiento, siendo acompañada por una multitud de niños y gente de la población, pasacalles que acabó en el Teatro Pereira, donde tenía previsto dar su primer concierto público tras los parlamentos de rigor, siendo el más aplaudido el músico más jovencito de aquella banda, el niño Juanito Planells Roig. El director de nuestra banda se había esmerado en la preparación de los músicos y había compuesto un buen número de piezas para ser interpretadas, dado el escaso repertorio bandístico del que se disponía. El programa de aquel concierto estuvo dividido en dos partes, pues entre las partes se proyectó una película extraordinaria muda en cuatro partes. En la primera parte interpretaron la marcha mora ‘Beni’, de R. Aduá; el shimmy ‘Dumka’ de Florencio Durany, y la fantasía de la zarzuela ‘La canción del olvido’ de José Serrano. En la segunda parte, la banda interpretó el one-step ‘Lloriqueando’, de Florencio Durany y la jota ‘La ibicenca’, también de Durany y dedicada a todas las señoras y señoritas de la ciudad.
Los músicos que integraron aquella primera banda municipal de música fueron: Director: Florencio Durany Grau; requinto: José Marí; clarinete 1º: Anastasio Marí; otro clarinete 1º: Marcos Colomar; clarinete 2º: Juan Planells Roig; otro clarinete 2º: José R. Zornoza; saxofón mi b: Ernesto Castelló; saxofón 1º si b: Pedro Mas Garau; saxofón 2º si b: Pedro Matutes Roig; fliscorno: José Torres; cornetín 1º: Juan Planells; cornetín 2º: Francisco Tur; onoven 1º: Antonio Tur; onoven 2º: Francisco Ribas; trombón: Manuel Manzano; bombardino: Juan Manonelles Grau; bajo 1º: Antonio Marí; bajo 2º: Antonio Rufino; Caja: Joaquín Torres; bombo: Juan Roig, y platillero: Antonio Torres.
La Banda Municipal de Música de Eivissa tuvo seis directores: Florencio Durany Grau (1925 a 1930); Juan Gamisans Arabí (1930 a 1931); Casimiro Cemborain García (1931 a 1943); Victorino Planells Roig (1943 a 1980); Manuel Marí Bueno (interinamente desde 1980 a 1982), y Rafael Martínez Castillo (1982 a 1983). A partir de esta fecha acontecieron diversas circunstancias en las que desapareció aquella banda de música y su escuela. Pero también aconteció que la Associació Pro Música de les Pitiüses promovió ante el Ayuntanmiento de la ciudad la creación del actual Patronato Municipal de Música de Eivissa y la recuperación de su actual banda de música.