Los yates que fondean cada año en las costas de Ibiza y Formentera se llevan por delante metros y metros de praderas de posidonia oceánica con sus anclas y cadenas.
El control no llega a todos los puntos y es imposible controlar todos los fondeos de una llegada tan masiva de yates, algunos gigantescos.
Toni Untaltoni reflexiona en su viñeta sobre este hecho: un desastre natural que acontece cada año pero, como no es visible ni espectacular como el fuego que arrasa los montes, parece que no tiene importancia o que simplemente no sucede.
Hay que recordar que la posidonia es una planta valiosísima, milenaria y que oxigena las aguas de las Pitiüses, donde además es el ecosistema donde viven y se alimentan peces y otras especies marinas.